Cenicienta o el masoquismo
"El mito de Cenicienta está en todas las culturas: hay más de 200 versiones del relato. Siempre Cenicienta es atropellada por la madrastra y las hermanastras. Un ritual en el que ella participa también, de forma masoquista". Así recuerda Felicidad Orquín, crítica literaria, editora y responsable de una colección de libros juveniles, el análisis de Bruno Bettelheim sobre este relato clásico, en el volumen Psicoanálisis de los cuentos de hadas, en el que el psicólogo restituye "el valor simbólico profundo de los cuentos de siempre, frente a los más triviales de ahora".Y aquellos son un valioso instrumento para "brindar seguridad a los niños", un modelo en el que existen pruebas que superar, "como en la vida", para llegar a una resolución feliz, "en el que se rompe el cordón umbilical con la familia y por eso", recuerda Orquin, "todos los cuentos de hadas acaban en boda". El pequeño Pulgarcito "vence con astucia al mayor", al mundo adulto, y en Blancanieves aparece la rivalidad entre la madre buena y la mala. El psicólogo, que participó con Orquín hace unos diez años en el programa de televisión La clave, era enemigo declarado de las adaptaciones de Walt Disney para el cine, "por almibaradas, ya que los relatos pierden su parte subersiva y crítica" y defendía que los cuentos "deberían contase o leerse", para que así el niño fantasease con todas las imágenes que en ellos se sugieren.