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La oposición paquistaní da un margen de confianza al sucesor del asesinado Zia

La oposición paquistaní ha decidido dar una oportunidad al nuevo presidente, Ghulam Ishaq Jan, para restablecer la democracia. En un comunicado publicado ayer tras la reunión celebrada en Karachi, al sur del país, presidida por Benazir Bhuto, líder del Partido Popular de Pakistán (PPP) -el más importante de la oposición-, se tendió también una rama de olivo a las fuerzas armadas, a las que se calificó de una "institución nacional que merece la más alta estima".

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Ishaq Jan dio a última hora del sábado una conferencia de prensa en la que aseguró que el proceso electoral paquistaní se celebrará de acuerdo a la Constitución. El presidente indicó que está a la espera de que el Tribunal Supremo dictamine si las elecciones han de celebrarse en base a partidos políticos.El desaparecido presidente Mohamed Zia Ul Haq, tras disolver el Parlamento y destituir al Gobierno en pleno el 29 de mayo pasado, convocó elecciones para el 16 de noviembre próximo en base a personas individualizadas, como las celebradas en 1985. La oposición presentó un recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Supremo, que aún no se ha pronunciado al respecto.

Aunque Ghulam. Ishaq Jan no quiso decir si personalmente él está a favor o en contra de las elecciones con partidos, sorprendió a los numerosos periodistas con la afirmación de que nunca había oído a Zia decir cómo serían los comicios. "No conozco ningún comunicado hecho por el presidente Zia de que las elecciones se celebrarán sin la participación de los partidos", dijo. Según el PPP, es conveniente relajar la tensión existente en la atmósfera política paquistaní y no presentar una actitud de enfrentamiento, siempre y cuando el Gobierno encamine su actuación hacia el imperio de la ley y de la democracia.

Syed Zakir Husain Shah, uno de los líderes del PPP, afirmó que se ha puesto fin a una era en la que el general Zia "ahorcó, flageló y envió a las cárceles durante mucho tiempo" a quienes se oponían a su régimen. "Zia será conocido en la historia de Pakistán como un líder que quiso destruir a sus enemigos políticos sin conseguirlo hasta que él mismo murió de forma violenta", destacó.

Los actos fúnebres en memoria del hombre que gobernó Pakistán con mano de hierro durante 11 años continúan celebrándose por todo el país. Tras el multitudinario entierro del sábado, al que asistieron alrededor de un millón de hombres y un centenar de mujeres, Pakistán comienza a recuperar su ritmo normal. Las tiendas, colegios y oficinas gubernamentales abrieron ayer sus puertas, cerradas durante tres días.

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Fuentes diplomáticas en Islamabad aseguran que los encuentros mantenidos por los dirigentes internacionales que han asistido al sepelio de Zia con Ishaq Jan revelan una voluntad democratizadora en el nuevo presidente. Los diplomáticos indican que la actuación de Ishaq Jan puede verse facilitada por el nuevo jefe de las fuerzas armadas paquistaníes, general Mirza Aslam Beg, "un excelente militar profesional sin ambiciones políticas". Beg, de 50 años, parece que nunca defendió la ley marcial que rigió Pakistán desde el golpe de Zia en 1977 hasta 1985, y que considera que esta medida daña el prestigio del Ejército.

El secretario de Estado norteamericano, George Shultz, aseguró el sábado antes de abandonar Islamabad que su Gobierno ha prometido al nuevo presidente "toda la ayuda que necesite" para mantener la independencia y la integridad territorial del país.

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