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A Raisa, con amor

La señora Gorbachov ha regresado a Moscú con un regalo del ministro de Educación del Reino Unido, Kenneth Baker. Éste obsequió a la primera dama soviética, tras su visita a un centro escolar, con una primera edición de la novela La pequeña Dorrit, de Charles Dickens. Raisa Gorbachov debería estar, desde el punto de vista de los coleccionistas y bibliófilos, encantada con semejante regalo, que es de gran valor, pese a que su precio no supere las 200 libras. Es un presente valioso en un viaje en el que Raisa fue advertida para que no usara en exceso su tarjeta American Express.En toda la literatura rusa no puede encontrarse una novela como La pequeña Dorrit, en la que se define con la mayor crudeza el encarcelamiento como símbolo de la esclavitud y la opresión del espíritu creativo. Y que describe el impacto de una burocracia moribunda sobre las vidas de los ciudadanos. Algunos colegas de Baker hubieran preferido para la primera dama algo de Walter Scott o una obra de Thomas Hobbes, al que ella considera uno de sus autores británicos favoritos. Quizá Baker no meditó sobre su elección. Si hubiera recapacitado, hubiera debido elegir algo de Hobbes, dado que el autor del Leviatán trató de entender la naturaleza del poder estatal y contemplar lo que ocurriría si el Estado se colapsara. Escribió: "Entonces la vida sería solitaria, pobre, desagradable, embrutecida y corta". Seguidores de la perestroika, ¡cuidado!

14 de diciembre

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