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44 muertos y 154 enterrados en Suráfrica al incendiarse una mina de oro

Un incendio en una mina de oro en Kinross, unos 100 kilómetros al este de Johanesburgo, provocó ayer la muerte de 44 trabajadores y dejó enterrados a 154, según datos facilitados por la compañía propietaria de la explotación. Testimonios recogidos en la zona por periodistas elevaban, sin embargo, la cifra de muertos por encima de 100.El fuego se originó hacia las 9.30 de la mañana, al parecer por un accidente en el departamento de soldadura. El portavoz de la compañía propietaria Gencor, segundo grupo minero de¡ país, agregó que las víctimas perecieron a causa de los humos producidos por el incendio, y que de los aproximadamente 2.200 mineros que trabajaban en la zona en el momento de producirse el fuego, 1.800 pudieron ser evacuados con rapidez.

Por su parte, la cadena de televisión surafricana Sabc informó, citando a Kobus Olivier, uno de los directores de la mina, que: 240 personas habían quedado bloqueadas a un kilómetro de profundidad y que había pocas posibilidades de encontrarlas con vida.

Ocho equipos de socorro proseguían las operaciones de rescate esta madrugada. Según un testigo citado por la agencia surafricana de noticias Sapa, en el lugar del accidente había podido contar "personalmente más de 100 cadáveres".

El jefe de los servicios locales de socorro, Kobus van Zyl, afirmó por su parte que la dirección de la mina impuso el bloqueo total de las informaciones referidas al accidente.

Según las estadísticas oficiales, unas 500 personas mueren anualmente en Suráfrica a causa de accidentes laborales en el sector minero.

Por otro lado, los ministros de Asuntos Exteriores de la Comunidad Europea (CE) aprobaron ayer sanciones económicas limitadas contra el régimen surafricano. La CE suspende las importaciones de acero, hierro y monedas de oro procedentes de Suráfrica, y no destinará nuevas inversiones al país del apartheid. Entre las sanciones no figura el embargo a las compras de carbón surafricano.

La oposición de la República Federal de Alemania y Portugal, señalando que la inclusión del carbón en el paquete de sanciones tendría repercusiones negativas sobre la mano de obra extranjera y de color empleada en las minas, obligó a retirar lo de la lista de productos embargados. Holanda y Dinamarca expusieron que era preferible no alcanzar ningún acuerdo a concluir un compromiso de tan escaso alcance.

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