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ELECCIONES, EL 22 DE JUNIO

Cortarle la cabeza a Fraga, "un error"

Manuel Fraga se miró la corbata, de grandes y complicados dibujos blancos y azules: "Es la típica corbata que te aconsejan que no te pongas en una campaña", dijo a los periodistas que le rodeaban. "Pero a mí me gusta". En esta ocasión, los expertos vigilan más que antes la imagen de Fraga ante esta campaña, probablemente más decisiva para él que para ninguno de los otros candidatos a la jefatura del Gobierno. Responsables de la campaña de Alianza Popular en las elecciones de octubre de 1982 reconocieron que fue "un error", subsanado sólo en parte y ya en la recta final, publicar una gran fotografía de Fraga en la que se había cortado la parte superior de la cabeza.

La imagen del candidato resulta esencial dentro de una campaña: "En el elector, que es un indeciso inconsciente, la fotografía de la persona tiene una importancia tremenda", opina Lorente. Por ello, la beatifica fotografía de Felipe González, mirando hacia el cielo azul y prometiendo cambio, tuvo un gran impacto; no en vano una norma clásica de la publicidad asegura que "no hay nada más dramático que el primer plano de una cara". Gabriel Giménez, que en 1982 consumió dos días en sesiones fotográficas con el candidato González, opina que el actual presidente del Gobierno "no es fácil de fotografiar, no le gusta". Pero una vez metidos en ello, "tiene una buena cara".

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Jamás se la han retocado, asegura Giménez; ni siquiera cuando, con la campaña Cien años de honradez, apareció por primera vez con las sienes plateadas: "No le pintamos canas para que pareciese un ejecutivo; simplemente, aquellas canas ya estaban allí y, al parecer, nadie se había dado cuenta".

En todo caso, aquella campaña, realizada en blanco y negro y con constantes recordatorios sobre la "firmeza" de los socialistas, "asustó un poco al elector", admite Giménez. En lo referente a corbatas, Lorente discrepa de las teorías clásicas de los asesores de imagen: "Da lo mismo la corbata que te pongas; lo importante es que el candidato se sienta cómodo en su traje, que jamás ofrezca sensación de agobio o de cansancio. Un gesto cansado hace que la gente desconfíe de un candidato que aparece tan vulnerable".

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