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Ciencia y poder político en la Comunidad Valenciana

La promoción de la investigación científica, como de cualquier otra forma de cultura, no debe confundirse con el dirigismo y con el control político. Ésta es la tesis que sostienen los autores de este artículo al analizar la política seguida hasta ahora por el Gobierno de la Comunidad Valenciana, consistente en crear organismos que sistemáticamente son presididos y dirigidos casi exclusivamente por los políticos, sin respetar, en su opinión, la legítima autonomía que deben gozar los organismos e instituciones científicos y culturales.

La complejidad de la actividad científica y cultural en la sociedad contemporánea, tanto por lo que respecta a la producción como por lo que se refiere a la distribución y consumo, es de tal nivel que una complicada estructura organizativa y financiera que la posibilite e impulse se hace imprescindible.Se han acabado los filósofos que meditan, en la soledad de su estudio y más aún los científicos que tienen su laboratorio en la buhardilla de su propio domicilio. Y más aún, ya que la investigación, y muy especialmente en las ciencias con proyección tecnológica, mantiene una estrecha interrelación con los diversos sectores socioeconómicos.

Todo ello hace que el poder político, en toda su escala, desde el Gobierno central hasta el municipal, tome cartas en el asunto y asuma como actividad propia el organizar y financiar la investigación y la producción cultural y artística.

Esta intervención del poder, aunque necesaria, siempre es peligrosa: todos los que hemos llegado a adultos en el anterior régimen hemos vivido el control ideológico y la utilización de la ciencia y la cultura con fines propagandísticos y con la clara intención de fomentar el dogmatismo y adormecer la conciencia crítica.

Recursos económicos

Los poderes públicos democráticos han de ejercer esta función con suma cautela y sin ninguna extralimitación: las comunidades científicas y culturales no necesitan de ninguna protección paternalista, ni de ningún direccionismo político, los cuales tienen siempre graves consecuencias.

El poder político se ha de limitar a canalizar los recursos económicos, al control objetivo para una adecuada utilización de estos recursos, es decir, a evitar la malversación, y a legislar sobre los requisitos que han de cumplir los usuarios de estos servicios, de tal forma que la sociedad tenga garantías de que son los idóneos para el trabajo de investigación y de creación que tienen encomendados. Ir más lejos es entrar en la pendiente resbaladiza que conduce al control, en el peor de los sentidos de la palabra, y a invadir la necesaria autonomía de la ciencia y de la cultura.

Síntomas peligrosos

Todas estas observaciones vienen a propósito de determinados síntomas que se observan en la política científica y cultural de la Generalitat valenciana, regida, como es sabido, por el PSOE. Son síntomas« peligrosos, y en muchos casos más que eso: se trata de una clara y manifiesta tendencia por parte del poder a la injerencia y la dirección material de la investigación y la actividad cultural.

Veamos un ejemplo flagrante. En septiembre pasado la Generalitat valenciana aprobó los estatutos de la Institució Valenciana d'Estudis i Investigació (IVEI), los fines de la cual son, entre otros "realizar, promover, subvencionar y coordinar investigaciones, estudios y actividades de naturaleza cultural, científica y económica...".

Se trata, claro está, del organismo que ha de planificar, coordinar y potenciar la investigación en el País Valenciano. Pues bien, la presidencia ejecutiva de este organismo la ostenta el propio presidente de la Generalitat, y el gobierno del mismo lo constituye una comisión ejecutiva formada por el mismo presidente, el conseller de Cultura, un presidente de una de las diputaciones, otro representante de la misma Generalitat y de cada diputación y únicamente un par de consejeros, entresacados de entre los 40 consejeros de número que, aunque proceden de la comunidad intelectual, son todos ellos votados a propuesta de la Comisión Ejecutiva.

Y aún más, ya que su renovación se hará, por mitades, cada dos años y a propuesta, de nuevo, de la comisión ejecutiva. En el futuro, pues, este sistema dejará sometida a todas las alternancias del poder político, propias de todo régimen democrático, la composición del Consell de esta institución.

Políticos

Y mal, muy mal funcionará la investigación en nuestro país si ha de estar presidida y dirigida, casi exclusivamente, por los políticos. No creemos que ser miembro de un partido de derecha, de centro o de izquierda, y figurar en la lista más votada; sea la prueba de idoneidad científica y cultural para "el estudio y la investigación".

No se trata únicamente de que un organismo de este tipo no pueda estar sometido a su dirección -¡ya lo estará, inevitablemente, en su financiación!- merced a las urnas: se trata, fundamentalmente, de garantizar la autonomía de la ciencia respecto del poder político, lo que constituye, además, una característica específica de los Gobiernos democráticos frente a las dictaduras. Como miembros de la comunidad científica y cultural del País Valenciano pensamos que ha de ser la Generalitat la primera interesada en respetar y en instituir la autonomía en la dirección de la investigación científica y la producción artística y cultural. Y no al revés.

en nombre del Colectivo Joan Lluís Vives, integrado por un conjunto de profesores de la universidad de Valencia.

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