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El profesor Ivan Illich afirma que el hombre pierde más su tiempo cuanto mas rápido viaja

Ivan Illich, profesor de Historia Cultural del siglo XII en la Universidad de Marburg ("enseño en la misma aula donde Zwinglio se separó de Lutero", precisa) ha pasado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, con sus maneras informales y sus teorías entre revolucionarias y arcaicas. En el aula del palacio de la Magdalena, rompiendo barreras con el auditorio, provocándolo, sorprendiéndolo y despertando en ocasiones la sonrisa de quienes no comprendían o comprendían demasiado bien, Illich desarrolló algunas de sus más conocidas teorías.

Desmitificador, revolucionario, cínico, en todo caso sorprendente, Ivan Illich, de origen austriaco, llegó a la UIMP para hablar en torno a La producción histórica de la escasez, y lo hizo en un aula abarrotada y ante unos medios de comunicación expectantes, pese a ser notorio, o precisamente por ello, su desinterés por las entrevistas y particularmente por el medio televisivo. Un desinterés que lo lleva a confesar sin recato que todo su contacto con la prensa escrita se reduce a la lectura de un periódico una vez al mes.El escritor y pedagogo manifestó, ante la sorpresa general, su convencimiento de que existe una relación directa entre el crecimiento de la velocidad de los medios de transporte y el aumento del tiempo que dos terceras partes de la humanidad pierden utilizando esos medios mecánicos y en la creación de la riqueza que los hace posibles.

Para Illich no se trata de una teoría en torno a las consecuencias que se derivan del avance tecnológico, sino de la "verificación de una observación que se puede hacer en todos los países desarrollados".

Transporte y progreso

"Estamos pensando", señaló Illich, "en el mundo como un espacio inaccesible lleno de localidades para llegar a las cuales se necesita transporte, y estamos pensando en un ser humano que tiene necesidad de transporte y que por esa razón tiene derecho a asientos en los medios de transporte, para no ser condenado a la inmovilidad". Esta constatación no interesa al pedagogo austriaco, para quien la pregunta que debe plantearse es cómo y a través de qué pasos históricos se ha llegado a formar esta concepción.Como historiador, Illich rechazó el concepto actual de progreso, del que afirmó que es de reciente aparición, precisando que podía prescindir de esa palabra. En su opinión, progreso, en la acepción tomada en el siglo XII, sobre cuya historia cultural enseña en la Universidad de Marburg, se refiere a la salida de los peregrinos en dirección a Santiago. "Progreso, en latín quiere decir esto. Solamente desde Juan XXIII, con su encíclica Populorum progressio, se utiliza la palabra latina para indicar lo,que las Naciones Unidas definieron como progreso".

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