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Los trabajadores acusan a la dirección de FEMSA de incumplir el plan de reconversión

Los trabajadores de la Fábrica Española de Magnetos, SA (FEMSA), han acordado realizar nuevos paros de veinticuatro horas los días 29 de marzo y 14 y 26 de abril. Estas acciones, aprobadas mayoritariamente en un referéndum celebrado el pasado martes en los diferentes centros de trabajo, son continuación de los tres días de huelga realizados ya en este mes y están dirigidas a presionar a la multinacional Robert Bosch, propietaria de FEMSA, para el cumplimiento del plan de reconversión firmado hace dos años.

La coordinadora de los comités de empresa de Femsa ha elaborado un informe en el que se denuncia el incumplimiento del plan por parte de la empresa y se exige la intervención de la Administración, que ha concedido ayudas por valor de 10.000 millones de pesetas. En el informe se pide "la congelación automática de toda ayuda en curso o futura, destinada a la multinacional Robert Bosch", hasta que las partes lleguen a un acuerdo sobre la aplicación del plan, dado que, hasta ahora -el plan finaliza en diciembre de este año-, sólo los trabajadores y la Administración han cumplido sus compromisos.En concreto, los trabajadores denuncian la negativa empresarial a efectuar subida salarial alguna, a pesar del compromiso firmado de aplicar un incremento del 9% para este año. Asimismo, la multinacional, según denuncian los trabajadores, está incumpliendo puntos básicos del plan de reconversión, como la asignación de productos para los centros de trabajo y los retrasos y modificaciones a la baja en las cantidades previstas.

Por otra parte, la dirección ha anunciado su intención de posponer hasta finales del año próximo la fusión jurídica de Femsa y Robert Bosch, prevista para el primer semestre de este año. En el informe se expone que, a pesar del compromiso de Robert Bosch, cuando adquirió Femsa, de mantener los puestos de trabajo -"en los documentos se hablaba de 8.000 empleos"-, la realidad es que desde entonces se han cerrado dos centros (Albacete y Solares), otros dos han reducido sustancialmente su actividad, y la plantilla actual es de poco más de 5.000 trabajadores.

La compra de Femsa, realizada en abril de 1978, fue autorizada por el Gobierno español, pero la multinacional alemana quedaba obligada, además, a mantener la identidad española de Femsa, a continuar con los planes de inversión e investigación, y a mejorar la competitividad internacional de los productos. Sin embargo, de acuerdo al informe, se ha suprimido el desarrollo de productos, así como "importantes proyectos de investigación que, en parte, se financiaban con fondos públicos".

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