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TRIBUNALES

Suspendida la convocatoria de subasta de parte de los bienes del grupo Mundo

La tercera convocatoria de subasta de parte de los bienes del Grupo Mundo el imperio editorial barcelonés que cerró sus publicaciones en 1979, fue ayer suspendida por la magistratura de trabajo número 3 de Barcelona. La suspensión se originó después que la representación del empresario Sebastián Auger presentara un escrito incidental de nulidad de actuaciones, fundamentado en un defecto procesal.

Las imprevistas alegaciones efectuadas por el consejero delegado y abogado del grupo editorial, Javier de Quintana, consiguieron aplazar nuevamente la realización parcial del activo de las empresas embargadas. Defectos formales de relativa importancia procesal en la convocatoria pública de la subasta fueron la causa de la suspensión.La inesperada voluntad dilatoria del actualmente huido Sebastián Auger, expresada ayer, obtuvo una agria acogida entre el casi centenar de trabajadores del grupo que acudieron a la subasta. Al malestar de la nueva dilación en los procedimientos de embargo -iniciados en 1979- se sumaba la noticia difundida ayer de que Sebastián Auger, actualmente en paradero desconocido, había solicitado ante el juzgado de instrucción número 7 de Barcelona la concesión de un aplazamiento.

Una orden de búsqueda y captura pesa sobre el empresario después de haber sido procesado por apropiación indebida de cuotas de la seguridad social de los trabajadores y retención privativa de descuestos por rentas de trabajo. La no comparecencia de Auger, que, según el escrito presentado por su procurador ante el juzgado, "se halla en viaje de trabajo por el extranjero", provocó una orden judicial de búsqueda y captura tras un auto de ingreso en prisión. El juzgado no ha concedido el aplazamiento solicitado.

El consejero delegado del grupo editorial y abogado de la empresa, Javier de Quintana, afirmó ayer en la propia Magistratura de Trabajo que "se trata de ganar tiempo". A la hora prevista de la subasta -las doce del mediodía- no faltaron, sin embargo, a su cita ante la magistratura el grupo de subasteros capitaneados por el ultraderechista Alberto Royuela, cliente habitual en las subastas laborales. El interés demostrado por Royuela y sus seguidores en adquirir los bienes del Grupo Mundo, compitiendo aventajadamente con los trabajadores en la adjudicación de los bienes, podría hallarse relacionado con el encargo de una tercera persona. La readquisición de sus propios bienes embargados por parte de ciertos empresarios, a través de los impopulares subasteros, es una actividad practicada con relativa frecuencia tras las subastas judiciales en Barcelona.

A un total de quinientos millones de pesetas ascienden las deudas salariales reclamadas por los trabajadores de las diferentes empresas periodísticas del Grupo Mundo en varias magistraturas de Barcelona. La primera de las subastas, que debía haberse celebrado ayer, afectaba a una parte del patrimonio embargado, valorado inicialmente en 99 millones de pesetas.

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