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El Papa ha pedido al arzobispo Marcinkus que dimita, según el investigador Gordon Thomas

El arzobispo Paul Marcinkus, presidente del IOR (Instituto para las Obras Religiosas), cuyos posibles delitos penales en relación con el caso del Banco Ambrosiano están siendo investigados por la justicia italiana, recibió hace cuatro semanas una petición del papa Juan Pablo II en el sentido de que dejara su puesto al frente del Banco Vaticano, de acuerdo con unas declaraciones hechas a EL PAIS por el escritor irlandés Gordon Thomas, 48 años, que ha investigado durante veinte meses las interioridades y los escándalos de los tres últimos papas.

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El material recogido por Gordon Thomas y su compañero Max Morgan-Witts será publicado dentro de algunos meses bajo el título De Pontífice. La petición del Papa no encontró eco en Marcinkus, quien, según Gordon Thomas, se negó a dimitir. "Si me voy, va a ser peor que lo de Chicago", añadió, refiriéndose al escándalo financiero protagonizado por Sindona, el famoso consejero económico de Pablo VI, que actualmente cumple una condena de veinticinco años en la cárcel de New Jersey como consecuencia de unos delitos financieros en los que también tuvo alguna relación, siempre de acuerdo con el relato de Gordon Thomas, el entonces cardenal de Chicago, Cody. "El asunto Calvi", agrega Gordon Thomas, "es muy confuso, pero puede decirse que es similar al protagonizado por Sindona, sólo que éste se llevó del Vaticano noventa millones de dólares, mientras que el escándalo Calvi alcanza la cifra de doscientos cuarenta millones".El oscuro asunto de las finanzas del Vaticano es uno de los temas centrales del libro De Pondfice, obra que, según su autor, causará un gran impacto en el mundo porque en ella se revelan documentalmente muchos de los secretos del Vaticano. "Estudiar las interioridades del Vaticano es un tema alucinante", reconoce el investigador irlandés, que ha vendido treinta y tres millones de ejemplares con sus siete libros anteriores.

El último cónclave es otro de los temas que han interesado a Gordon Thomas y a su compañero Max Morgan-Witts.

¿Consiguió alguien introducir una pequeña grabadora o, incluso una cámara de cine? "Cuando estuve hablando con el cardenal Koenig" dice Gordon Thomas, "me puso en alerta sobre este apasionante tema. El cardenal Koenig es un gran experto en las cuestiones de la KGB, en su funcionamiento. El sospecha que del último cónclave existen grabaciones. No lo puedo probar -me dijo-, pero investiga. A raíz de esta conversación con el cardenal Koenig me puse a trabajar en el asunto y estoy por asegurar que sí, que es cierto, que el último cónclave no es precisamente un secreto para los servicios de inteligencia de varios países".

Juan Pablo II, cercado por el clero polaco

Gordon Thomas ha hablado varias veces con Juan Pablo II, Tiene muy buena impresión de él. "Es un hombre muy piadoso. Una vez le pregunté qué pensó cuando le dispararon. Me respondió que nada en especial, que si los planes de Dios era que tenía que morir, pues moriría y en paz. Es realmente un hombre bueno, forzosamente solitario porque la gente no tiene acceso a él, rodeado como está por la mafia vaticana". Gordon Thomas emplea esta expresión de "mafia vaticana" sin ningún resquemor. "Sí, se trata de una auténtica mafia, en la que el clero polaco juega un importante papel. A mí me da la impresión de que Juan Pablo II se siente aislado, como pueda sentirse un hombre solo en un país extranjero. Fue elegido Papa, en mi opinión, porque no había un buen candidato italiano. El último cónclave fue una lucha entre progresistas y conservadores. Del actual Juan Pablo II se pensaba en algunos ambientes que era progresista, pero esto no es cierto, él es un tremendo conservador que está luchando por una Iglesia que ya no es posible".El libro al que Gordon Thomas y Max Morgan-Witts están dando ahora los últimos toques estudia también el cortísimo reinado de Juan Pablo I.

En contra de la versión oficial, la primera persona que supo que el Papa había muerto fue una monja, que fue expulsada del Vaticano por haber entrado en las habitaciones privadas del Papa, cosa que hizo cuando fue a dejar la bandeja del desayuno y se extrañó de no oír nada en la habitación de Juan Pablo I. Gordon Thomas encontró a esta monja y, consiguió de ella un relato completo de los hechos. "Es curioso", dice Thomas, "cómo siempre se ofrece en el Vaticano una versión de las cosas distinta de como suceden en realidad. También se negó siempre que Pablo VI fuera embalsamado. Sin embargo, yo encontré la compañía que se ocupó de ello".

Gordon Thomas está pasando una temporada de vacaciones en la, costa. Es autor, con Max Morgan-Witts, de El día en que murió Guernica, Enola gay, El viaje de los malditos, etc.; pronto se verá en los escaparates de las librerías españolas El día en que explotó la Bolsa, un libro en el que se narra el crak del 29 en Nueva York.

Más información en la página 37

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