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Reportaje:

China guarda celosamente los misterios de su política

China significa el país del centro, el ombligo del mundo, y, consciente de su papel histórico, guarda celosamente sus entrañas de las indiscretas y miradas del exterior. Llegado el extranjero al corazón del imperio, surgió en Pekín la Ciudad Prohibida, penúltimo recinto de los arcanos del poder. Ahora, aunque abierta al público, queda un rincón de ella al reparo de toda indiscreción: es Zhongnanhai, despacho y morada de los actuales depositarios del poder, sede del Partido Comunista de la República Popular de China y de su Gobierno. Aquí se guardan celosamente todos los secretos de la política china. Este misterio lleva periódicamente a efectuar especulaciones sobre caídas en desgracia o nuevas revoluciones.

En ese cónclave rojo se decide diariamente sobre el presente, el pasado y el futuro. Su responsabilidad principal es alimentar en todos los órdenes a una población de mil millones de personas.Los escasos extranjeros residentes en Pekín -casi todos diplomáticos o periodistas- topan a cada paso con la muralla china. No hay intimidades ni indiscreciones. Todo ciudadano es una fortaleza, por tradición y por miedo. Los residentes, por tal circunstancia, adquieren el hábito de la adivinación. Hoy, por ejemplo, las apuestas estaban así: 70% a que "Den Xiaoping no ha caído" y 30% a que "ha sido derrocado".

Algunos llaman sinología a este juego adivinatorio, que, en ocasiones, se ve recompensado con el acierto. Los residentes recuerdan con deleite su fortuna del año pasado, precisamente en estas fechas, cuando volcaron sus ahorros en la apuesta fija del derrumbamiento de Hua Guofeng. Tanto entonces como hoy, el principal problema con que uno tropieza es la escasez de datos y la deliberada confusión difundida por Zhongnanhai.

El día 12 de febrero del año pasado, con motivo de la visita de François Mitterrand a Pekín, el propio Deng Xiaoping se quejó ante los periodistas franceses de la publicación de especulaciones sin sentido sobre la presunta caída en desgracia de Hua Guofeng. Agregó que Hua "es aún el presidente" del partido.

Una fabulosa herencia de poder dejaba por Mao

Exactamente un año después, un portavoz de Zhongnanhai afirma que Deng Xiaoping es aún el presidente de la Comisión Militar, presidente de la Conferencia Consultiva Política y vicepresidente del partido". Huelga decir que todo el mundo lo da por cierto, pero también que eso no aclara si mantiene el poder efectivo o no. Para mayor confusión, un miembro del Gobierno ha dicho que Deng se ha retirado de las actividades diarias y ha pasado a segunda línea, aunque subrayó que sigue participando e impulsando las grandes decisiones políticas.Deng, Flu y Zhao se repartieron así la fabulosa herencia de poder, dejada por Mao Zedong, a su muerte -en 1976-, en manos de Hua Guofeng, porque "cuando él dirige los asuntos del Gobierno, yo estoy tranquilo". A cambio de ello, y también como compensación por su decisiva intervención en el derrocamiento de la banda de los cuatro, le dejaron quedarse con la sexta y última vicepresidencia del partido.

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La estructura oficial del poder quedó constituida así: presidente del partido, Hu Yaobang, y vicepresidentes, Ye Jiianying, Deng Xiaoping, Zhao Z¡yang, Li Xiannian, Chen Yun y Hua Guofeng. Pero, en la práctica, Deng ha impuesto desde entonces su política y ha recibido a personalidades extranjeras como si fuera presidente de la República Popular de China. Su actuación política real, al margen de su escalafón oficial, le ha valido el sobrenombre de el hombre fuerte de China, y es eso lo que, al parecer, está ahora en tela de juicio.

Dio pábulo a los primeros rumores sobre su presunta caída en desgracia su prolongada ausencia de actos públicos que se realizó durante la celebración del Año Nuevo chino, el pasado 25 de enero. Curiosamente, tampoco Hua Guofeng asistió el año pasado a esa fiesta, en manifiesto desafío a Deng Xiaoping, que le había reservado silla. Este año estuvo Hua Guofeng, con amplia sonrisa, pero faltó Deng.

Desde entonces han transcurrido casi veinte días, y Deng no ha dado señales de vida. Cada día se dicen los residentes en Pekín: "Dentro de unas horas, o mañana a más tardar, saldrá". Pero los días van pasando sin que reaparezca físicamente, aunque de tiempo en tiempo la prensa oficial recoje sus consignas. Así ocurrió ayer cuando la prensa oficial recogió instrucciones suyas dirigidas al Ejercito y a la administración.

Las relaciones de Pekín con Washington son francamente malas últimamente, debido a la decisión de Ronald Reagan de vender armas a Taiwan (China nacionalista). ¿Hasta qué punto pueden tener alguna relación la ocultación de Deng y la cuestión norteamericana? Muchos creen que tienen mucho que ver, habida cuenta de que Deng ha sido el promotor principal de las relaciones entre los dos países.

Director de una orquesta misteriosa

Esta misteriosa situación se complica últimamente por la ausencia paralela de otros líderes importantes: ni el jefe de Gobierno, Zhao Ziyang, ni Hua Guofeng, ni Li Xiannian salen en público desde la fiesta del Año Nuevo. Tampoco lo había hecho el presidente del Partido Comunista Chino, Hu Yaobang hasta que el viernes la agencia china de noticias distribuyó una curiosa fotografía suya en la que aparece barriendo las hojas de un parque junto a una cuadrilla de barrenderos.Sin embargo, durante la última semana, en la que los diarios chinos han lanzado la campaña de depuración contra los militantes y dirigentes del partido corrompidos o con ideas erróneas, Hu Yaobang y Zhao Ziyang han sido citados en varias ocasiones como promotores de la purga. El hecho de que aparentemente éstos controlen de alguna forma la Prensa hace pensar aquí a la mayoría que Deng Xiaoping, su jefe de filas, sea el director de esta orquesta misteriosa que difunde su música desde Zhongnanhai.

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