La "cumbre" europea de Londres finalizó sin resolver la crisis de la CEE

Viene de la página primera

La cumbre, prevista inicialmente corno un trámite, tuvo altos y bajos a lo largo de los dos días de reunión.

En la madrugada del viernes, los jefes de Gobierno parecieron haber llegado a un acuerdo, que quedó destruido en cuanto llegó a manos de los técnicos, que se levantaron a la hora del desayuno de la mesa de negociaciones sin conclusiones positivas.

Los jefes de Gobierno coincidieron en subrayar su voluntad política de llegar a un acuerdo lo antes posible, pero no ocultaron el fracaso de la cumbre en el plano de los hechos concretos.

Los diez no han sido más hábiles que sus ministros a la hora de resolver el complejo problema del llamado mandato del 30 de mayo, por el que la CEE se comprometía a realizar una profunda reforma interna.

Ni siquiera el presidente de la Comisión Europea (órgano ejecutivo y burocrático de la Comunidad), Gaston Thorn, intentó disfrazar el evidente fracaso con que concluyó esta cumbre. El mayor progreso ha sido el que unos y otros conocen ahora sus propios límites", afirmó.

Unión europea

Los diez no se han molestado -o no han tenido tiempo- para discutir en profundidad el proyecto de unión europea, presentado por Genscher y Colombo, los ministros de Asuntos Exteriores de la República Federal de Alemania e Italia. La cumbre la rodeó de buenas palabras, pero lo devolvió al Consejo de Ministros.

Las propuestas italo-germanas deberán ser "examinadas y clarificadas" por los ministros de Asuntos Exteriores de la Comisión Europea, según un comunicado hecho público tras concluir la cumbre, en el que se destaca "la importancia de reforzar la integración económica paralelamente al desarrollo político".

Precios agrícolas

Pese a la imposibilidad de encontrar soluciones a la crisis interna de la CEE en esta reunión, los problemas no admiten dilaciones: el próximo mes de abril, los diez se encontrarán en la hora de la verdad: la fijación de los precios agrícolas para la campaña 1982-1983. En ese momento, a la fuerza, la Europa comunitaria tendrá que ponerse de acuerdo.

Tanto la primera ministra británica, Margaret Thatcher, como e presidente francés, François Mitterrand, reconocieron en sus conferencias de prensa finales que no hubo forma de conjuntar definitivamente los distintos puntos de vista, aunque calificaron de útiles y provechosos los dos días de dis cusiones.

Según Thatcher no puede ha blarse de fracaso en esta cumbre puesto que ha habido numeroso puntos de acuerdo total, sobre todo en la política internacional de la Comunidad, sin que surgieran enfrentarmentos ni situaciones de obstinación, como ocurrió en reuniones anteriores.

La primera ministra británica precisó que los ministros de Asuntos Exteriores de la CEE tienen como tarea inmediata intentar resolver las dificultades, colaborando fundamentalmente con los ministros de Agricultura. Deberán "proponer recomendaciones", pero esto, agregó, necesitará "mucho trabajo preliminar" antes de que celebren una reunión formal previa a la próxima asamblea del Consejo Europeo, prevista para marzo de 1982.

Interrogada sobre la eventualidad de una adhesión de Gran Bretaña al Sistema Monetario Europeo, Thatcher declaró que no estaba en condiciones de precisar "si y cuándo" podría producirse tal adhesión.

Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, Gaston Thorn, lamentó que, a pesar de la "preparación intensiva", la cumbre "no haya podido llegar a un acuerdo detallado y de conjunto", y agregó que era preocupante ver cómo después de tantas negociaciones difíciles no se haya podido dar prueba de un sentido de compromiso y de espíritu de solidaridad". Añadió, no obstante, que había razones para tener la esperanza de que se puedan realizar progresos durante las próximas semanas con el fin de llegar a un acuerdo sobre las reformas comunitarias.

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