_
_
_
_
_

Una mujer lanzó el "chupinazo" de los "sanfermines"

Una mujer, Elisa Chacartegui, concejal por UCD en el Ayuntamiento de Pamplona, fue ayer la protagonista del cohete que anuncia los sanfermines. Ayer se introdujo en el rito del chupinazo un nuevo aditamento, acorde con la modernidad de los tiempos: fue una mujer, Elisa Chacartegui, quien encendió la mecha del cohete que, a las doce del mediodía, anunció el comienzo de las fiestas de San Fermín.A Elisa, que estuvo nerviosa durante toda la mañana, de un despacho a otro de la casa consistorial, no le tembló el pulso ni se le quebró la voz cuando, desde el balcón principal del Ayuntamiento, ante una multitud que se agolpaba en la calle, gritó en castellano y vasco: «Pamploneses, viva San Fermín (Iruñarrak, gora San Fermín)».

Después, cuando el cohete explotó en el aire, Pamplona volvió a transformarse, como sucede año a año. La Pamplonesa inició los primeros compases de la música sanferminera más tradicional; luego fueron los gaiteros y, finalmente, los txistularis. Una masa humana comenzó a bailar y a expandirse por todo el casco viejo de Pamplona, escenario principal de la fiesta.

A través de un comunicado, las peñas de mozos expresaron ayer su deseo de que Pamplona sea «una auténtica explosión de fiesta», si bien llaman la atención por el hecho de que todavía no se hayan aclarado los trágicos sucesos del 8 de julio de 1978, en los que falleció, por un disparo de la policía, el joven Germán Rodríguez. Del mismo modo, las trece peñas denuncian una campaña discriminada de la policía contra los ciudadanos, por las continuas detenciones injustificadas, y expresan su preocupación por las agresiones que está sufriendo la cultura vasca en general y el eusquera en particular.

A las ocho de la mañana de hoy dará comienzo el primer encierro de las Fiestas, con los toros de la ganadería de Pablo Romero. El recorrido de este año -idéntico al de los anteriores- presenta algunas novedades, ya que se han hecho seis modificaciones en los vallados protectores, encaminadas a dar más fluidez a la carrera. Sin embargo, y a pesar de las buenas intenciones del Ayuntamiento, el grave problema del encierro continúa siendo el excesivo número de personas que intenta correr, por calles estrechas, los cerca de ochocientos metros que separan los corrales de la plaza de toros.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_