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La oposición italiana presenta otra vez el proyecto de ley sobre el aborto

La Democracia Cristiana (DC) prosiguió ayer las conversaciones a nivel técnico con los socialistas, socialdemocráticos y liberales. El tema más importante del futuro acuerdo programático, sobre el que tendrán que discutir colegiadamente la semana que víene, sigue siendo el orden público. Anteayer, la Democracia Cristiana trató sobre el mismo asunto con comunistas y republicanos. Se siguen constatando convergencias y divergencias, después de dos meses de discusiones, que al hombre de la calle le resultan ya bizantinas. Se teme que a todo esto se añada ahora el tema del aborto.

Todos los partidos están de acuerdo en que se procede con excesiva lentitud, pero que el episodio inesperado de la ley sobre el aborto, suspendida por el Senado, aconseja aún mayor cautela, mientras no se decante y serene la situación.Los denominados «laicos», derrotados en el Senado, presentaron ayer en la Cámara el mismo proyecto de ley sobre el aborto rechazado por los senadores. La iniciativa fue del senador republicano Giovanni Spadolini, historiador y ex director de Corriere Della Sera, quien contó con el apoyo de los jefes de cada grupo de senadores socialistas, socialdemocráticos, comunistas y liberales. El proyecto de ley, dadas las enmiendas introducidas por el Senado, es prácticamente diferente al aprobado por la Cámara.

Los democristianos aceptan volver a discutir la ley

Al término de una reunión de secretaría, los socialistas afirmaronen un comunicado que es ' preciso llegar a una «ley justa y humana

sobre el aborto, a la que con tanta obstinación se opone la DCI».

También los socialdemocráticos creen que la derrota en el Senado no debe alterar los problemas,

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-Políticos en discusión, aunque se reconozca que el clima enrarecido exige nuevas garantías políticas.

Por su parte, los democristianos aceptan la iniciativa laica de volver a discutir la ley. El líder de los diputados democristianos, Flaminio Piccoli, declaró por radio que «en el Senado ha triunfado la conciencia» y que la «conciencia no conoce fronteras de partido». Piccoli calla, naturalmente, el hecho de que - en el triunfo democristiano ha, sido determinante el voto de los fascistas, además de los siete «francotiradores» sobre cuya identidad en los ambientes políticos se avanzan mil hipótesis, desde la compra de votos por la Democracia Cristiana hasta la defección de socialistas; o la maquiavélica voluntad de los comunistas, quienes, a cambio de participar en el Gobierno, habrían movido a votar contra el aborto a los independientes elegidos en sus listas. La posición pública de estos últimos fue siempre crítica y favorable al aborto.

Mientras tanto en los movimientos feministas se prepara una nueva declaración de guerra. Estos grupos han convocado para esta tarde una concentración nacional en Roma a la que se sumarán, según cálculos dignos de crédito, unas 20.000 mujeres. Se trata de la Unión de Mujeres Italianas, de las chicas de L,ucha'Continua y del Movimiento por la Liberación de la Mujer, que están dispuestas a marchar sobre el Parlamento y ha cerse detener. La diputada radical Emina Benino ha declarado: -«Ya hemos ido a la cárcel otras veces y no tendremos miedo de volver en 1977.»

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