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Fanfani pone límites a la negociación democristianos-comunistas

La Democracia Cristiana ha vuelto a abrir conversaciones bilaterales con los partidos que, con su abstención mantienen el Gobierno Andreotti: con los comunistas y socialistas, ayer, y con los socialdemócratas, republicanos y liberales, hoy.La Democracia Cristiana camina lentamente hacia una reunión «colegial» con los partidos para concertar definitivamente un acuerdo, que define como «técnico», sobre un programa de urgencia y plantear, si es necesario, el problema de la continuidad del Gobierno, en un segundo término. Mientras la izquierda quiere enseguida un Gobierno de emergencia y, por lo tanto, la modificación del actual «marco» político, la Democracia Cristiana mantiene que no es necesario y que debe seguir, por ahora, el Gobierno Andreotti. Los parlamentarios democristianos aprobaron días pasados a regañadientes los encuentros «colegiales» y, en definitiva, también lo hizo la dirección del partido, con la reserva del presidente del Senado, Amintore Fanfani, que envió una «carta-advertencia» en la que fija claramente los límites de la negociación democristiana.

A través de rodeos y paráfrasis, Fanfani manifiesta que considera positivos los encuentros bilaterales, también un diálogo colegial, pero señala que las posiciones de la Democracia Cristiana no deben superar los siguientes límites: respeto a los principios y procedimientos marcados por la Constitución, respeto a las decisiones de cada partido, según su línea y electorado, y, finalmente, respeto a la conducta a que comprometen las amistades internacionales de Italia.

No ceder a los comunistas sería la palabra de orden lanzada por Fanfani, que sólo admite acuerdos sobre algunos puntos del programa, o de lo contrario, plantearía un Congreso del partido, y a la larga, elecciones anticipadas.

Al mismo tiempo los comunistas han celebrado una conferencia de secretarios de sección y federación del partido. El líder Gerardo Chiaromonté ha manifestado que las convergencias con los democristianos se refieren a los organismos locales, la reforma sanitaria, la escuela, pero sobre el sindicato de policía y la contención de los costes del trabajo, las divergencias son todavía profundas. Chiaromonte ha lamentado, sobre todo, que la DCI no haya querido incluir en las negociaciones la política exterior.

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