_
_
_
_
_

Thompson se le hace largo a Nadal

El español, con molestias en la zona que se dañó hace un año, cede en los cuartos de Brisbane tras un intenso pulso con el australiano, que salvó tres bolas de partido (5-7, 7-6(6) y 6-3, en 3h 25m)

Nadal es atendido por el médico durante el partido contra Thompson en Brisbane.
Nadal es atendido por el médico durante el partido contra Thompson en Brisbane.PATRICK HAMILTON (AFP)
Alejandro Ciriza

Se cierra esta reaparición de Rafael Nadal en Brisbane con un regusto agridulce. Dos triunfos, desfile ilusionante, una derrota —anecdótica, porque lo que le ocupa ahora no es el resultado— y preocupación. Un beso a la grada que huele a despedida. Tras un año apartado de la competición, el campeón de 22 grandes cuenta con los primeros elementos de juicio, que corroboran a los soñadores una doble realidad: su tenis y su combatividad siguen ahí, asombrosamente intactos, pero al mismo tiempo, su cuerpo recordó durante el tramo final del pulso de este viernes contra Jordan Thompson —5-7, 7-6(6) y 6-3 favorable al australiano, después de 3h 25m— que el camino de retorno va a ser largo y espinoso, crudo probablemente, como viene insistiendo el protagonista en las últimas fechas. Todo es incierto.

Podía haber terminado este episodio —el tercero de la semana, tras las victorias frente a Dominic Thiem y Jason Kubler— de forma muy distinta, de haber convertido alguna de las tres bolas de partido de las que dispuso en el segundo set; sin embargo, Thompson escapó y las exigencias físicas del pulso hicieron que mediado el tercero, 4-1 abajo ya, Nadal tuviera que reclamar al médico para ser atendido de una molestia alrededor de región inguinal izquierda, de la zona que precisamente le frenó hace un año y de la que fue intervenido en junio. A poco más de una semana para el inicio del Open de Australia, del 14 al 28 de este mes, un desagradable recordatorio. Lógico, por otra parte. El tenista se fue al vestuario, regresó y finalizó el duelo aparentemente bien, pero remite a la cautela.

“Necesito ver cómo me despierto mañana por la mañana”, expuso de entrada. “Honestamente, ahora no estoy seguro al cien por cien de nada”, remarcó en la sala de conferencias, precisando a la vez que el dolor “no era relevante, en absoluto” y que confía en poder ejercitarse los próximos días para poder asistir a la cita de Melbourne. “Sé que después de un año es difícil para el cuerpo estar jugando torneos al más alto nivel. Cuando las cosas se vuelven más difíciles, no sabes cómo va a reaccionar. Necesito aceptar todo como viene. Si las cosas suceden, si tengo un problema ahí [en el psoas ilíaco] o en otra parte del cuerpo, tengo que aceptarlo. Es un comienzo. Hacía mucho tiempo que no jugaba un torneo”, incidió.

Tras los ensayos contra Thiem y Kubler, esta vez Nadal encontró viento en contra. No soplaba en la Pat Rafter de Brisbane, de nuevo una sauna, pero sí lo hacía con fuerza Thompson, un tenista que no luce demasiado en el escaparate pero que aporta casi siempre argumentos interesantes. Es astuto, sabe jugar, posee un atractivo abanico de recursos —asiduo a la modalidad de dobles— y detectó la inseguridad del español durante el primer parcial. Por primera vez esta semana, el mallorquín (38 años el próximo 3 de junio) torcía el gesto y negaba con la cabeza, razonando consigo mismo en alto. Su voluntad le pide una cosa, y la realidad le señala otra. Paso a paso. El proceso. En su juego empezaban a adivinarse las fisuras lógicas derivadas de la inactividad, y en cuanto se resintió un poco el porcentaje de sus primeros servicios, empezaron las curvas.

Peajes necesarios

La situación es tan peliaguda como beneficiosa. En este retorno planteado a medio plazo —así lo señala el protagonista, apuntando hacia la primavera terrícola—, la exposición a los momentos de tensión y de dificultad como el de este viernes va a ser tan inevitable como necesaria. Debe Nadal pasar por todas las estaciones de regreso y después de dos jornadas a pedir de boca, sorprendentes por el alto rendimiento ofrecido contra Thiem y Kubler, el tercer compromiso le obligó a navegar por aguas revueltas, sometido a la incomodidad la mayor parte del rato. No encontró una sola tregua, las imprecisiones afloraron. Y Thompson no cedía.

Aun así, Nadal experimentó y se puso a prueba, aceptando los peajes. La duda, sin embargo, se había colado por la rendija y Thompson, dinámico e inmune a los riesgos, un tipo intrépido que no acostumbra a vacilar, buscó con decisión la victoria. Jugó el australiano (29 años y 43º del mundo, citado este sábado con Grigor Dimitrov) con un cuchillo entre los dientes, hambriento y desafiante de inicio a fin, y aunque cediera la primera manga y se pudiera intuir un declive anímico, resultó ser efímero. Persistió en la misión. No se inclinó ni siquiera cuando Nadal le tuvo contra las cuerdas. Sorteó tres bolas de partido —una con 5-4 y otras dos en el tie-break— y lo condujo definitivamente hacia el escenario de lo físico, donde tenía todas las de ganar.

En esas, el español se llevó la mano a la ingle y se dirigió a su fisio. Fue atendido por el médico de la organización y a partir de ahí, mente fría y cierre de este primer test en Brisbane, que ofrece una certeza: tenísticamente, Nadal está de vuelta. Falta por comprobar hasta dónde le alcanzará su cuerpo.

“ESPERO QUE SEA SOLO UNA SOBRECARGA”

A. C.

El día previo al cruce con Thompson, Nadal destacaba que no había tenido la necesidad de invertir demasiado tiempo para resolver los duelos con Thiem (1h 29m) y Kubler (1h 23m). En esta ocasión, sin embargo, tuvo que desempeñarse durante casi tres horas y media.

“He tenido la oportunidad de jugar tres partidos, y hoy el rival jugó bien. Todo el mérito es de él, luchó muy duro. Por mi parte, estoy contento por cómo ha ido la semana. Es un día para estar contento y felicitar al rival. Luego, en los próximos días, veremos cómo me siento. Debo estar tranquilo”, indicó, quedándose con la vertiente positiva de este primer torneo, al que llegó tras poco más de un mes de entrenamiento a alta intensidad.

“Si esto no es importante, es una semana muy positiva porque he jugado bien; si no me siento bien, entonces haremos pruebas y los revisaremos”, señaló; “el único problema es que como el lugar es el mismo, te asustas un poco más. Espero que sea solo una sobrecarga. Es un lugar muy parecido al del año pasado, pero cosas diferentes”, aseguró; “siento más algo muscular, y el año pasado fue el tendón. Siento el músculo cansado. Seguro que no es lo mismo, porque entonces sentí algo drástico, inmediato. Hoy no he sentido nada”.

“Como dije, no he venido aquí para ganar torneos ahora. Únicamente para tratar de volver y de hacerlo de una manera positiva, y ha sido positiva”, concluyó Nadal.

Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.
Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_