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Nadal se reafirma ante Kubler

El español se impone con solvencia al australiano (6-1 y 6-2, en 1h 23m) y se medirá este viernes en los cuartos de Brisbane (11.00) con otro jugador local, Thompson

Nadal celebra la victoria contra Kubler, este jueves en Brisbane.
Nadal celebra la victoria contra Kubler, este jueves en Brisbane.ZAIN MOHAMMED (EFE)
Alejandro Ciriza

Decía Rafael Nadal que el triunfo del martes contra Dominic Thiem era tan solo “un partido”, que convenía tener los pies sobre el suelo y que no se ilusiona excesivamente con el presente, sino que su objetivo apunta a lo que pueda hacer o cómo pueda estar a medio plazo, cuando llegue la dulce franja de la primavera. No le faltaba razón. Ocurre que a la primera intervención en su regreso —después de un año en el dique seco, con una operación de por medio— le sucede este jueves otra igual de esperanzadora frente a Jason Kubler, quien alza la cabeza, divisa al español enfrente y se pregunta cómo demonios puede alguien volver de semejante forma, con esa velocidad de piernas y ese feeling con la raqueta, con tantísima energía y sin haber perdido las referencias de la pista. “No se me ha olvidado cómo jugar”, precisaba el mallorquín. Y queda claro de nuevo, contundente el mensaje: abordaje directo, sin duda alguna. Él, a lo suyo. Y sus seguidores sueñan. Con solo dos partidos, resuelto este último por 6-1 y 6-2, en 1h 23m, Nadal asusta. Avisado está Jordan Thompson, escollo este viernes (no antes de las 11.00, Movistar+) en los cuartos de final de Brisbane.

“Creo que he empezado jugando muy bien, con muy buena determinación. Vi vídeos de Jason antes del partido y me fijé en que era muy sólido desde línea de fondo. Así que entré a la pista siendo agresivo desde el fondo y profundo”, señala a la conclusión, con el habla ligeramente condicionado por el esfuerzo efectuado. Recuérdese: han sido 350 días sin competir. “Ha sido un partido muy positivo. Poder jugar mañana significa mucho para mí. Dos victorias después de un tiempo largo fuera del circuito es algo que me hace sentir bien y feliz”, prorroga el de Manacor, que en los dos precedentes con el también local Thompson prevaleció —Bercy 2020 y Roland Garros 2022— y que en un abrir y cerrar de ojos ha dado un sustancioso salto en el ranking, del puesto 672º al 450º.

Si ante Thiem encontró exactamente lo que necesitaba, el balear da frente a Kubler con otro pozo de petróleo. El australiano, otro de esos jugadores que ha logrado sobreponerse al infierno de las lesiones, seis operaciones de rodilla hasta hoy, brinda ritmo, peloteo y variantes en el juego; se transforma, a fin de cuentas, en otro perfecto campo para la experimentación y el rodaje. Replica, pero su derecha no oculta trucos ni desborda, así que Nadal, agresivo, va y viene, analiza, acomete y disfruta de nuevo, pone en marcha la cilindrada en la carrera y sigue afilando ese drive que en solo tres días ya dicta, dirige y mete miedo. 14 de los 15 primeros puntos a la hucha. Kubler, 30 años y 102º del mundo, sale tan impresionado por quién está al otro lado de la red que no consigue arañar recompensa alguna hasta el sexto juego, cuando el español ya lo ha mecido de un costado a otro de la pista, poniendo a prueba todo el repertorio con él, y el médico ya ha tenido que asistirle del codo. Masaje, muecas, suspiros, plátano, agua. Nada está de más para pasar lo mejor posible el mal trago. Un calvario. Se rompe el duelo, un solo sentido de inicio a fin. Ahí se ha terminado, en realidad.

Nadal pega duro y aprieta cada vez más el nudo, cediendo solo cuatro puntos con su servicio antes de adjudicarse el primer parcial. Serán siete al desenlace, por los seis del primer día. Otra exhibición con el saque. Gesto de concentración y de convicción, alterado solo cuando el juez de silla le lanza una advertencia por haberse demorado unos segundos en el receso de un set a otro para irse al vestuario y cambiarse la indumentaria, empapada por el sudor en esta noche australiana de calor y humedad, techo cerrado otra vez. “Sé que tengo cinco minutos, pero me he tenido que cambiar toda la ropa. Iban avisándome por el walkie-talkie y creía que iba bien… Sé que soy lento, así que voy a tratar de mejorar en ese sentido este año”, dice cuando ya ha rubricado la victoria, sellada con 20 tiros ganadores y solo ocho errores no forzados. Esto es, de nuevo un Nadal serio y firme, sin fisuras. Solvente. A la espera de un diagnóstico más fidedigno que llegará cuando se tope con un rival de mayor envergadura, su reaparición sigue alimentando el optimismo de sus feligreses.

“Necesito partidos, necesito salud, necesito seguir entrenando bien. Los dos últimos partidos aquí ayudan, también el dobles [disputado el pasado domingo, con su técnico Marc López]. Las victorias y pasar tiempo en pista claro que ayudan”, valora a pie de pista; “estoy feliz por ello, por volver después de un largo tiempo y por sentirme competitivo, eso es todo lo que quiero. Ahora veremos qué pasa y hasta dónde puedo llegar”.

“LO IMPORTANTE ES QUE VUELVO A JUGAR MAÑANA”

A. C.

Como ya hiciera dos días antes, Nadal puso de relieve el fondo por encima de la forma. Ahora mismo, dice, el resultado es tan solo el salvoconducto para estar el día siguiente en la pista y ganar horas de vuelo. Junto con la salud, su prioridad.

“Mi plan es simplemente salir a la pista e intentar jugar bien, dar lo mejor de mí. Eso es todo. Ha sido un partido positivo, sin duda. Creo que los primeros cinco juegos han sido de un nivel de tenis muy positivo, haciendo casi todo de la manera correcta. Ha sido un partido sólido”, señaló; “la mayor parte del tiempo he estado jugando bien, haciendo las cosas que tengo que hacer. Estoy feliz por la victoria, por supuesto, es importante para mí; es importante que mañana vuelva a jugar. Todo eso es importante para mí en este momento”.

El mallorquín, de 37 años, se refirió a las exigentes condiciones climatológicas de la cita. “Ha sido un partido más duro en cuanto a humedad que el primer día. Hoy había mucha humedad”, incidía. “Fue duro. Necesito acostumbrarme a esas condiciones porque estaba sudando mucho; después del primer set necesitaba cambiarme todo, básicamente. Lo positivo es que los dos primeros partidos no han sido muy largos”. 

Por último, respecto al warning recibido por dilatarse en exceso entre un parcial y otro, indicó: “Realmente no lo entiendo muy bien, ha sido extraño. Necesito llegar a la regla exactamente porque no sé cómo están las cosas, si ha cambiado algo. Si no me equivoco, tienes cinco minutos dentro del vestuario; después de esos cinco minutos, estaba fuera. No sé si fue la persona que estaba conmigo le avisó al árbitro cuatro segundos después... Pero no pasa nada, es anecdótico. Necesito saber más sobre la regla porque algo cambió y me perdí durante este año”.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.
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