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Ancelotti: “Vinicius debe controlar más la presión del ambiente; lo hará porque es humilde e inteligente”

El brasileño, que se perderá el próximo partido tras ver la octava amarilla del curso, decide otro partido con su sexto gol en los cuatro últimos encuentros

Ancelotti Osasuna Real Madrid
Ancelotti abraza a Vinicius tras sustituirlo en El Sadar.Jesús Diges (EFE)
Lorenzo Calonge

El paso del Madrid por El Sadar dejó la dosis de estos días del ventilador de Vinicius, el jugador que nunca descansa, ni cuando el árbitro señala el descanso. El brasileño, el más pitado cuando el equipo blanco se bajó del autobús una hora y media antes del partido, tiene tiempo para todo. Doblete, una tarjeta con castigo doble, cánticos ofensivos contra él… Otro encuentro que dio para otro pequeño desplegable alrededor de su figura. Momento Vinicius, que se apuntó el decimoctavo tanto del curso, 12 desde enero y seis en los últimos cuatro duelos, ya a dos del sancionado Jude Bellingham. En el 85, relevado por Arda Güler, Ancelotti lo abrazó largamente con una sonrisa y le dedicó unas palabras al oído (que luego evitó desvelar) mientras el tendido le lanzaba la última pitada.

OSAOsasuna
Osasuna
2
Herrera, Catena (Iker Muñoz, min. 69), Unai García, Jorge Herrando (Juan Cruz, min. 79), Moi Gómez (Raul García de Haro, min. 69), Jesús Areso, Lucas Torró, Mojica, Jon Moncayola, Ante Budimir (Pablo Ibáñez, min. 69) y Arnáiz (Rubén García, min. 69)
RMA Real Madrid
4
Real Madrid
Andriy Lunin, Rüdiger, Ferland Mendy (Fran Garcia, min. 84), Aurelien Tchouameni, Dani Carvajal, Federico Valverde, Camavinga (Nacho, min. 72), Kroos (Lucas Vázquez, min. 77), Brahim Diaz (Modric, min. 72), Vinicius Junior (Arda Guler, min. 84) y Rodrygo
Goles 0-1 min. 3: Vinicius Junior. 1-1 min. 6: Ante Budimir. 1-2 min. 17: Dani Carvajal. 1-3 min. 61: Brahim Diaz. 1-4 min. 64: Vinicius Junior. 2-4 min. 91: Iker Muñoz.
Árbitro Juan Martínez Munuera
Tarjetas amarillas Jorge Herrando (min. 31), Vinicius Junior (min. 43), Camavinga (min. 52), Lucas Torró (min. 54) y Unai García (min. 63)

“Es un jugador determinante. Eligió y atacó muy bien sin balón. Es en lo que más ha mejorado”, valoró Carlo Ancelotti, que ahora le pide que pise más los pasillos centrales. “Intento jugar más por dentro para marcar más goles. El míster me da esa libertad”, comentó el brasileño. Un nuevo rol que, como admitió Jagoba Arrasate, supone una complicación extra para los contrarios. “Ahora no juega tan pegado a la banda y en esas posiciones interiores es más difícil de defender. Hoy fue un dolor de muelas, no lo voy a ocultar”, analizó un entrenador local muy tocado con la endeblez de los suyos.

Pero la sesión vespertina de Vini también dejó el ruido de todo lo demás: la ofensa de la grada, y su roce con los contrarios y el árbitro. Ancelotti, sin explayarse mucho, sí deslizó un mensaje en esa dirección. “La presión que tiene en el ambiente debe controlarla un poco más. En esa faceta, puede mejorar y lo hará. Es un chico humilde, serio e inteligente”, afirmó el italiano. Su colega Arrasate, muy contrariado por la blandura rojilla, no quiso saber nada del asunto y apuntó a la prensa. “Somos un equipo honesto y honrado, pero hoy no lo hemos podido frenar. Si hay ruido alrededor de él, no es por la gente del fútbol”, zanjó el técnico local sobre un asunto que camina en paralelo a su gran influencia futbolística.

La centrifugadora de Vini se concentró en una hora sin tregua. Todo fue muy rápido. Se la birló al infantil Catena en el 0-1. Poco después del empate, falló un mano a mano ante Sergio Herrera. La zona de graderío sur, donde se sitúan los aficionados más radicales, le cantó a coro “Vinicius muérete”. El árbitro le sacó amarilla (octava del año en todas las competiciones) tras varias protestas, se perderá el partido frente al Athletic y ya no volverá a jugar con el Madrid hasta la ida de Champions contra el City. La grada (esta vez entera) le gritó “tonto, tonto”. Cuando iba camino de los vestuarios, en el intermedio, se quejó a una cámara por la tarjeta, lo que llevó a Brahim a apartarlo del foco. Y en la celebración del 1-4, volvió a encararse con la grada, aunque no tan retador como en Mestalla. Un no parar de goles, ocasiones, pitadas y gritos contra él. Pura agitación en un día en que El Sadar no dejó de mostrar su rechazo al racismo a través de mensajes de megafonía y de una camiseta que llevaron los jugadores de Osasuna a la salida al campo.

“Valientes pero frágiles”

En medio del ruido, nadie sacó más tajada que él de una defensa osasunista que fue mantequilla en punto pomada. Arrasate, que no contaba por lesión con David García (se quedó fuera de la lista de la selección), se había forrado con tres centrales, pero de nada le valió con errores tan alevines como el del 0-1. En el 1-2, Carvajal remató solo con el exterior dentro del área. El 1-3 y el 1-4 terminaron de abrir en canal una zaga que iba desnuda. “Fuimos valientes, pero frágiles”, resumió un abatido Arrasate.

En la previa, los dos entrenadores habían tomado sus precauciones defensivas. También Ancelotti, que sumó todos los centímetros posibles en el centro de la zaga para protegerse del cuarto equipo de la Liga que más centros metía al área: 21,5 de media por partida y 16,2 solo en acciones de jugada. Relegó a Nacho (1,80), que no pasa por sus mejores días, y bajó a Tchouameni (1,88) para unirlo a Rüdiger (1,90). Como había dejado caer el italiano en las últimas semanas y por mucho que el francés haya mostrado su descontento por ejercer de central, el pivote no solo iba a estar en la defensa cuando no hubiera otra opción. La medida, sin embargo, no le valió para evitar recibir el primer gol del campeonato en un córner. Despejó mal Carvajal, el más bajo de la zaga (1,73), y descompensó el escudo. Un empate que ocurrió tras el 0-1 de Vini y antes de un mano a mano errado por Vini. Son los tiempos de Vinicius.

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