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Real Madrid-Barcelona, final de la Supercopa | Entre Kepa, Lunin y Cruyff

Un equipo blanco en racha, con la gran incógnita de la portería, y un conjunto azulgrana que apela a las raíces se enfrentan en el exilio de Arabia Saudí por el primer título del curso

Final Supercopa 2024
Carlo Ancelotti y Xavi Hernández, este sábado junto al trofeo de la Supercopa de España.RFEF
Lorenzo Calonge

La Supercopa saudí acoge este domingo (20.00, Movistar) el partido que persigue cuando paga cada año 40 millones de euros por el torneo. El Real Madrid en racha (20 partidos invicto) de Jude Bellingham contra un Barcelona que llega a tirones, pero agarrado a la clarividencia de un Pedri recuperado de otra lesión. La trayectoria reciente apunta al favoritismo de los blancos, algo aceptado incluso por Carlo Ancelotti —”puede que hayamos demostrado en los últimos partidos que estamos mejor”, admitió este sábado—, pero en un clásico se sabe cómo se entra pero nunca cómo se sale.

La cita gravita sobre dos antecedentes: la inapelable victoria azulgrana (3-1) de la pasada final de la Supercopa, recordada por Xavi como “el partido ideal”; y el enorme impacto del joven inglés del Madrid en el triunfo liguero en Montjuïc (1-2). “Yo llego más desahogado que el año pasado. Más tranquilo, con más poso. Ya hemos demostrado que somos un proyecto ganador”, aseguró el técnico azulgrana a una bancada de la prensa con la que no siempre se ha entendido en los últimos tiempos. “Hemos jugado bien al fútbol esta temporada, y diría que mejor que la pasada. Una cosa es lo que yo analizo y otra lo que decís vosotros”, reivindicó Xavi.

La previa subrayó los distintos universos de ambos clubes a la hora de afrontar una final. Mientras Ancelotti atendió a cuestiones rutinarias del día a día (el asunto abierto de la portería, sobre todo), Xavi apeló a las esencias más profundas, casi místicas. “Debemos tener nuestro ADN, el que hace 30 años nos inculcó Johan Cruyff. Ese es el camino: buscamos ser fieles al cruyffismo”, proclamó el preparador culé.

En este Madrid en días de gracia (aventaja en Liga en siete puntos al Barça), solo hay una puerta abierta: la portería. El mundo terrenal que queda por debajo del malherido Thibaut Courtois. Un asunto que sube de volumen cada semana y que Carletto no cierra públicamente. La dubitativa actuación de Kepa en la semifinal ante el Atlético elevó el debate y este sábado el técnico no quiso anunciar el elegido para la final. El italiano señaló hace un mes al meta vasco como fijo, pero las buenas actuaciones de Lunin inauguraron un casting por el que se le pregunta cada jornada. “Os veo preocupados por lo que voy a hacer. Tranquilos”, pidió en la comparecencia del estadio Al-Awwal Park. “Kepa se lesionó y el suplente se ha merecido la competencia. No por demérito de Kepa, sino por lo que ha hecho Lunin. Yo ahora no puedo elegir un titular y un suplente. Lo importante es que lo entiendan los dos y lo han entendido”, recalcó Ancelotti, que dijo que ha recuperado a Carvajal después de los calambres con los que acabó el miércoles.

El ‘vacío’ de Bellingham

Arriba, Bellingham atraviesa su peor racha anotadora desde que firmó por el Madrid. Un vacío de tres partidos seguidos sin marcar (Mallorca, Alavés y Atlético), una cifra intrascendente para un medio, lo que da una idea de su dimensión hasta ahora. El cruce liguero lo resolvió él entero después de una hora muy pobre de los blancos. “El principio no fue bueno, sobre todo, a nivel defensivo. Hay que tener en cuenta la alineación rival, que puede cambiar nuestra manera de plantear el partido”, deslizó sin dar más detalles el de Reggiolo, que este domingo supera a Zinedine Zidane en número de partidos dirigidos en el club (ahora están empatados a 263), solo por detrás de un imposible: Miguel Muñoz (605). Y si levanta el trofeo, también lo alcanzará en títulos (11), a tres de Muñoz.

Xavi tampoco quiso dar pistas sobre si dispondrá tres o cuatro centrocampistas, y si volverá a recurrir a Araujo en el lateral derecho para esposar a Vinicius, la mejor medicina encontrada hasta ahora ante el ventilador del brasileño. Nadie lo ha frenado tantas veces como el uruguayo. Pero en esa búsqueda de las esencias barcelonistas, todos los ojos se van a Pedri. Pasó la prueba física de la media hora final contra Osasuna y el juego de los suyos lo agradeció. En un conjunto que a veces se muestra difuso, la presencia y continuidad del tinerfeño se antojan claves para el juego culé. El medio se ha perdido 15 partidos completos este curso por problemas de salud.

Aunque si el Barça repasa como palanca anímica el antecedente de la última final de la Supercopa, esta vez no tendrá a Gavi, la pieza clave de esa noche que tanto daño le hizo al Madrid de la cuesta de enero y a un Ancelotti hoy renovado. Sí contará con Lewandowski, animado por su gol frente a los rojillos en una campaña inferior respecto a la pasada: 11 tantos en esta y 19 en la anterior a estas alturas del curso.

Florentino y Laporta, juntos

La Supercopa del exilio saudí volverá a reunir en un palco a Florentino Pérez y Joan Laporta, una foto habitual que desapareció con la explosión del caso Negreira. En los tres últimos clásicos oficiales, disputados en Barcelona, el máximo dirigente madridista no acudió. Tampoco estuvo en el celebrado en Dallas durante la pretemporada. El escándalo arbitral ha rebrotado estos días tras la publicación de nuevas informaciones sobre las pesquisas judiciales, pero los dos presidentes compartirán espacio en el estadio. Este sábado ya lo hicieron en la recepción que la embajada de España en Riad organizó a los dos clubes y al presidente de la federación, Pedro Rocha.

La nube más negra que se posa ahora sobre el fútbol español acaparó la comparecencia de los dos colegiados de la final: Martínez Munuera (campo) y Soto Grado (VAR), una aparición solo para citas muy señaladas en la que no se habló nada de manos ni de penaltitos. Solo del caso Negreira, “Esto se traslada a lo personal”, denunció Munuera. “Vas al supermercado y hay gente que te dice corrupto. Vas con tu mujer e hijo, y tienes que mirar para atrás para ver qué tipo de persona es”. A Soto Grado, que culpó a la prensa de las críticas de los aficionados, le “hierve la sangre” con el tema. “Los que estamos no somos corruptos. Es esa persona, si el juzgado lo decide así”.

Todos tuvieron la palabra en la lejana Riad antes de un duelo que dejará una estampa nueva. Nacho o Sergi Roberto, primeros capitanes de sus equipos, levantando un trofeo por primera vez. Dos perfiles bajos que reclaman el foco en el primer título del curso.

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