Ancelotti no encuentra lanzador de penaltis y el acierto del Madrid se aleja de la élite

Cuando Benzema se fue a Arabia, dejó al Real Madrid con dos incógnitas abiertas. Curiosamente, Ancelotti parece haber resuelto antes la que parecía más compleja, la desaparición de los goles que aportaba el francés. Sin embargo, sigue sin desenmarañar la que tenía una apariencia más sencilla, encontrar otro lanzador de penaltis. El fallo de Luka Modric el martes en Berlín agudizó un asunto que se arrastra desde la pretemporada, y que se ha enredado con malentendidos y dudas.

Con el del croata, el Madrid ha tirado cuatro penaltis desde julio y no ha acertado ni uno, algo tan raro que solo ha sucedido otras cuatro veces en las últimas diez temporadas, según los registros de Opta: al Valencia en 2014, al Betis en 2015, al Sevilla en 2017 y al Getafe en 2018. Uno de los mayores estudiosos de las dinámicas de los penaltis, el profesor de la London School of Economics Ignacio Palacios-Huerta, pone números a la rareza: “En general, un jugador profesional falla un 20% de los penaltis. Fallar dos penaltis seguidos tiene una probabilidad del 4%. Fallar cuatro seguidos, un 1,6 por 1.000″.

El suceso, más allá de la anomalía estadística, apunta a algo más profundo, según Palacios-Huerta, que asesora a varios clubes ingleses y una federación: “Yo diría que un evento que tiene una probabilidad tan extremadamente baja de que ocurra, de un 1,6 por mil veces, es muy probablemente un síntoma de que se tiene un problema. Y más cuando son cuatro jugadores distintos”.

El baile de lanzadores es común en estas rachas. El Valencia, el Sevilla y el Getafe también usaron cuatro lanzadores en sus series de cuatro fallos. Solo en el Betis fue el mismo, Rubén Castro.

Las dos últimas transiciones de lanzador en el Madrid habían salido mejor, y se estabilizaron enseguida. Cuando Cristiano Ronaldo se fue en el verano de 2018, se ocupó Sergio Ramos. Desde que heredó la tarea hasta que dejó el club, en el verano de 2021, dejando al margen las tandas, el Madrid marcó las 29 penas máximas de las que dispuso (18 el central, nueve Benzema, una Bale y una Hazard).

Cuando salió Ramos, heredó Benzema, ya con Ancelotti en el banquillo. En sus dos temporadas, el Madrid dispuso de 34 penaltis, de los que anotó 26, un 76,5% de acierto, en línea con lo esperable. Además de Benzema, acertaron Rodrygo (tres de tres) y Modric (tres de cuatro).

Ya sin el francés, Ancelotti escogió no seguir con sus lanzadores exitosos de la etapa anterior, sino que comenzó confiando en Vinicius. El brasileño se perfilaba como el futbolista con más peso y proyección de la plantilla, y el italiano optó por él, pese a su escasa experiencia —había tirado solo uno unos días antes con Brasil, y lo había anotado—, y pese a las dudas que despertaba su desempeño en los entrenamientos, donde no mostraba porcentajes demasiado prometedores. Se estrenó contra el Barcelona el 29 de julio en Dallas y dio al larguero.

El plan del entrenador era que el brasileño continuara con las penas máximas, pero cuando tuvieron la siguiente oportunidad, el 25 de agosto en Balaídos, Vinicius ya no se encontraba en el campo, lesionado. Tiró Rodrygo y falló, para enfado de Ancelotti, que tenía otros planes: “Libertad no hay. No sé qué ha pasado. Yo le he dicho a Valverde que tenía que tirar Luka. No sé qué ha pasado entre ellos, pero el que tenía que tirar el penalti no estaba, que era Vinicius, entonces ellos han elegido a Rodrygo”.

Antes del siguiente partido, contra el Getafe, el italiano fijó en público un nuevo orden: “El primero puede ser Joselu, el segundo Modric, el tercero Vinicius”. Pero aquella declaración no acabó con los enredos. Al día siguiente hubo otro penalti y Modric cogió el balón delante de Joselu, aunque no se tiró, porque el VAR deshizo la decisión. Ancelotti trató de explicar el lío: “Era Joselu el que tenía que tirar”, empezó. “Es una trampa, porque habitualmente puede pasar que al que coge el balón lo van a molestar. Entonces, no siempre el que coge el balón es el que tira”.

El 7 de octubre, con 4-0 ya contra Osasuna en el Bernabéu, llegó el momento de Joselu, que hasta entonces había metido el 68% de los penaltis. Y se lo paró Sergio Herrera. Era el tercer error de una serie que completó Modric el martes. El suceso dejó a Ancelotti desconcertado: “Buscar una razón es muy complicado”, dijo. “Entrenarlo tampoco es tan sencillo, porque el penalti es un problema ambiental. Lo estamos intentando con Bellingham, con Rodrygo, con Vinicius, con Joselu…”. Acababa de aparecer un nuevo nombre, el del inglés que todo lo arregla este curso y que solo ha tirado dos penaltis en su carrera, con el Borussia Dortmund: dos aciertos.

Ancelotti ha apuntado varias veces a las dificultades de replicar en un entrenamiento las condiciones ambientales que rodean un penalti, pero Palacios-Huerta cree que su racha apunta a otras carencias: “Si se analizan los penaltis con un modelo de Nash [de teoría de juegos], resulta que la dirección de los lanzamientos en esos cuatro penaltis era bastante predecible, lo que es consistente con la idea de que puede haber un problema”, explica. “Pero no todo son malas noticias, es un problema que se puede resolver”. Bajo el mando del italiano, el Madrid ha metido 26 de sus 37 penaltis, un 70,3% de acierto. En el mismo tiempo, el Barça acertó el 78,6%; el City, el 78,9%; el PSG, el 80%; y el Bayern, el 84%.

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