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La salida de Andreu Camps marca el camino de la reestructuración profunda en la RFEF que pedían las futbolistas españolas

La federación destituye al secretario general, señalado por su proximidad al expresidente Rubiales y su dureza con las internacionales. Montse Tomé dirige su primer entrenamiento con fecha de caducidad: saldrá tras estos dos primeros partidos de la Liga de las Naciones

RFEF
La selección española, durante su primer entrenamiento tras dar salida a la crisis en Oliva, Valencia.Alberto Saiz (AP)
Nadia Tronchoni

Era la pieza clave. Si él caía, la reestructuración del fútbol español sería posible. Y la etapa de Luis Rubiales al frente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) se daría por concluida. Y cayó. El presidente interino de la federación, Pedro Rocha, asumió este miércoles el compromiso alcanzado con las jugadoras de la selección española la noche anterior y ejecutó la destitución de Andreu Camps, secretario general.

Con su despido, la RFEF inicia la reestructuración profunda que demandaban las jugadoras para volver a vestirse de corto. La salida de Camps se produce un día después de que el Gobierno, a través de la figura del presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), Víctor Francos, y la federación, lograran desbloquear la crisis interna que vive el órgano que rige el fútbol español desde que el ya expresidente Rubiales besara en la boca a Jenni Hermoso. La gestión de aquello, cómo la federación cubrió a Rubiales y señaló a la víctima, Hermoso, en lugar de ayudarla y protegerla, provocó un cisma en el seno de la RFEF y un enfrenamiento frontal con las futbolistas, recién proclamadas campeonas del mundo.

Una de las figuras más señaladas fue siempre la de Camps, el brazo armado de Rubiales y una de las personas que con más dureza trató a las jugadoras desde hace ahora un año, cuando 15 futbolistas se proclamaron no convocables como medida de fuerza para lograr cambios estructurales en la RFEF, regida con despotismo y malas maneras para con las deportistas.

Andreu Camps, durante una comparecencia en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas en marzo.
Andreu Camps, durante una comparecencia en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas en marzo.Óscar J. Barroso (AFP7 / Europa Press)

Un año después de aquello, un mes después del pico no deseado que se convirtió en la última reivindicación del feminismo, los cambios empiezan a verse realmente. La salida de Camps no es la primera —antes de él cayeron su amigo Rubiales y el seleccionador nacional, Jorge Vilda—, ni será la última.

Las 39 futbolistas españolas que el viernes firmaron un comunicado exigiendo cambios profundos en la federación señalaron a diferentes departamentos y, la noche del martes, reunidas hasta las cinco de la mañana en la concentración de la selección en un complejo de golf en Oliva, al sudeste de Valencia, pusieron nombres y apellidos. Además de a Camps, las jugadoras quieren fuera a Miguel García Caba, director del departamento de Integridad que redactó el informe tras el beso a Hermoso; a Rubén Rivera, del departamento de marketing, que se plantó en Ibiza junto al exfutbolista y director de la selección, Albert Luque, para presionar a Hermoso de que cambiara su versión de los hechos; o al director de Comunicación, Pablo García Cuervo, muy erosionada su relación con las futbolistas desde la crisis de las 15.

De entre las figuras que querían fuera de la federación, las jugadoras nunca pusieron en primer lugar a Montse Tomé, la nueva seleccionadora. No les gustaba, consideraban que su nombramiento respondía a una línea continuista, pero tampoco les molestaba en exceso. Hasta el lunes, cuando la entrenadora ofreció una lista en la que incluía a muchas jugadoras que habían declarado no estar en condiciones de jugar con la Roja hasta que se solventaran los problemas sabidos por todos. Cuando pronunció, además, un discurso repleto de mentiras, medias verdades y eufemismos. No tiene ninguna autoridad sobre las futbolistas a las que este miércoles dirigió en su primer entrenamiento tras el triunfo en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda y el tsunami que arreció en la entrega de medallas. Será la seleccionadora que se sentará en el banquillo el viernes en Gotemburgo, donde España se mide a Suecia (18.30, Teledeporte y RTVE Play), y el martes en Córdoba, donde juega contra Suiza (21.00, Teledeporte y RTVE Play). Y será relegada de su cargo tras esos dos partidos. Nadie contempla que pueda durar más tiempo al frente de un equipo que no confía en ella y se sintió engañado.

Las 21 futbolistas que se quedaron en Oliva —Mapi León y Patri Guijarro dejaron la concentración en la mañana de este miércoles con el compromiso de que no serían sancionadas: “No estamos en condiciones”, dijo Mapi— volvieron a vestir la camiseta de la selección por la tarde. Saltaron al campo a las 18.30, una hora más tarde de lo esperado. Unos rondos, unas carreras y un intento (complicado) de volver a la normalidad, sin Jenni en la convocatoria —Tomé la dejó fuera de la lista sin hablarlo con ella para supuestamente “protegerla”, aunque ella no lo ve igual— y con un buen puñado de asuntos todavía por resolver.

Montse Tomé, durante un entrenamiento de la selección femenina este miércoles en Oliva.
Montse Tomé, durante un entrenamiento de la selección femenina este miércoles en Oliva. Alberto Saiz (AP / LAPRESSE)

No olvidan que viajaron “obligadas”, ante la amenaza de perder la licencia federativa. “No me he quedado precisamente por estar a gusto”, asumía Alexia Putellas, la estrella del equipo, ante la prensa que se plantó a hacer guardia en el Oliva Golf. Ella y sus compañeras, volvieron, sin embargo, a recibir el calor del público: centenares de aficionados se acercaron a Oliva a ver a las campeonas del mundo, arrancarles alguna sonrisa y robarles algún selfi.

Este jueves viajarán a Suecia para disputar el primer encuentro de la Nations League en el que la selección se juega la clasificación para los Juegos Olímpicos de París. Lo harán después de obtener el compromiso del Gobierno de que se darán los profundos cambios estructurales que llevan tanto tiempo demandando. Y que empezaron por la salida de Camps. Para suplirlo, Pedro Rocha se ha acogido al artículo 39.2 de los estatutos federativos que dice que el nombramiento del secretario general será facultativo para el presidente. Las personas designadas para esa secretaría general son Elvira Andrés, para tareas representativas, y Alfredo Olivares, para las funciones ejecutivas.

El ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, declaró: “No es un final feliz, es un inicio feliz de un camino que debe llevar a una federación renovada y a que las jugadoras se sientan cómodas y felices para jugar y ganar. El camino no será fácil porque la federación está en un momento de transición, pero se culminará con las elecciones en el primer trimestre de 2024″.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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