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El presidente del TAD cree que hubo abuso de autoridad de Rubiales

Francisco Pajuelo, primer miembro del Tribunal Administrativo del Deporte, fue el único que en su voto particular consideró que el presidente de la federación española cometió una falta muy grave

Ladislao J. Moñino
Luis Rubiales
Rubiales, al ser recibidos por el presidente de España tras la conquista del Mundial.Manu Fernández (AP)

Como todos los jueves, hoy se reúne de manera ordinaria el controvertido Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) que el viernes pasado dictó una resolución por la cual no consideraba como abuso de autoridad el beso no consentido de Luis Rubiales a Jennifer Hermoso. Esto provocó que el expediente sancionador abierto por el tribunal deportivo fuera por falta grave y no muy grave. Con esta decisión el TAD bloqueaba la posibilidad de que Víctor Francos, presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), pudiera suspender de manera provisional —como ya ha hecho la FIFA— a Rubiales.

La decisión del TAD fue contra el criterio del CSD y fue un duro varapalo para el Gobierno. Votada mayoritariamente por los seis miembros del tribunal la opción de no considerar los hechos como falta muy grave contó con un único voto en contra, el del presidente del tribunal, el prestigioso jurista Francisco Pajuelo. Este quiso dejar claro su opinión contraria a la mayoría de miembros del TAD ejerciendo su derecho a redactar el voto particular. El documento, al que ha tenido acceso este periódico, es demoledor en cuanto a la existencia de abuso de autoridad por parte de Rubiales en el beso no consentido que le propinó a Jennifer Hermoso.

Si los miembros del tribunal contrarios a abrir expediente consideraban que no estaba entre sus competencias juzgar el beso por tener un marcado contenido sexual y que por ello debería dirimirse el asunto por la vía penal y no por la deportiva, Pajuelo discrepa de esa opinión en su escrito. Lo hace basándose “en considerar que tanto la Ley del Deporte como, entre otras, la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno (artículo 29), contienen como tipo infractor el abuso de autoridad con carácter genérico, sin que a mi juicio debamos considerar que cualquier abuso de autoridad, si tiene contenido sexual, deba incardinarse necesariamente en el tipo penal”.

Pajuelo continúa su argumentario incidiendo en que, sin tener necesidad de considerar el beso como un acto de contenido sexual, “es un acto desmedido e injusto, indecoroso, discriminatorio para la mujer y realizado precisamente por quien se halla en la posición de superioridad que permite realizar este tipo de actos, con absoluto desprecio hacia la persona a la que se besa”.

Bajo estos razonamientos, el presidente del TAD advierte de que el acto de abuso de poder de Rubiales para con la jugadora fue un claro abuso de autoridad que debería haber derivado en un expediente por falta muy grave y por tanto permitir al CSD convocar a su comisión directiva 48 horas después y suspender de manera provisional a Rubiales.

Pajuelo encuentra otro punto importante de discrepancia con respecto a la resolución apoyada por la mayoría de los componentes del tribunal en el uso indebido de los medios federativos que pretendió encubrir a Rubiales. En este sentido, se refiere a la redacción del comunicado emitido por la federación la misma noche de autos y en la que se utilizaron palabras de Jennifer Hermoso que esta desmintió después. “Ha sido un gesto mutuo totalmente espontáneo por la alegría inmensa que da ganar un Mundial. El presi y yo tenemos una gran relación, su comportamiento con todas nosotras ha sido de diez y fue un gesto natural de cariño y agradecimiento. No se puede dar más vueltas a un gesto de amistad y gratitud, hemos ganado un Mundial y no vamos a desviarnos de lo importante”, rezaba el primer comunicado federativo que trataba de apagar el incendio que provocó Rubiales con esa supuesta aclaración de Hermoso.

La respuesta de la internacional española al respecto fue contundente. La difundió después de que el mandatario granadino describiera el beso en la asamblea del 25 de agosto y se presentara como presunta víctima del ímpetu de la jugadora. “Tal y como se vio en las imágenes en ningún momento consentí el beso y, por supuesto, en ningún caso busqué alzar al presidente. No tolero que se ponga en duda mi palabra y mucho menos que se inventen palabras que no he dicho”, desmintió Hermoso en una nota difundida por su sindicato, Futpro, y en el que más de 80 jugadoras (entre ellas las 23 campeonas del mundo), renunciaban a la selección. Al poco Jennifer Hermoso, era aún más contundente en sus redes sociales: “Me siento obligada a denunciar que las palabras de Luis Rubiales explicando el desafortunado incidente son categóricamente falsas y parte de la cultura manipuladora que él mismo ha generado. Me sentí vulnerable y víctima de una agresión, un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento por mi parte”.

Pajuelo también hace hincapié en las presiones por parte de la federación que denunció la jugadora en el citado comunicado difundido en sus redes sociales. “Se me pidió realizar una declaración conjunta para rebajar la presión sobre el presidente, pero en esos momentos en mi cabeza solo tenía la idea de disfrutar del hito histórico alcanzado junto con mis compañeras de equipo”, y añadió: “A pesar de mi decisión, tengo que manifestar que he estado bajo una continua presión para salir al paso con alguna declaración que pudiera justificar el acto del señor Luis Rubiales. No solo eso, sino que, de diferentes maneras y a través de diferentes personas, la RFEF ha presionado a mi entorno (familia, amigos, compañeras, etc.) para que diera un testimonio que poco o nada tenía que ver con mis sensaciones”.

Estas evidencias llevaron a Pajuelo a concluir en su escrito que: “La segunda cuestión que motivaría la apertura del expediente solicitado por abuso de autoridad es la posible utilización de los medios federativos para encubrir, mitigar, difuminar o blanquear una conducta indecorosa del presidente de dicha federación, que ha sido reconocida por el mismo y por la que ha pedido disculpas. Con la derivada, de considerar si hay indicios bastantes para entender que la jugadora besada ha sido presionada (tal y como ella misma ha manifestado en comunicados públicos) para, igualmente, hacer declaraciones que intenten mitigar o justificar dicho comportamiento”.

La posición de Pajuelo no fue considerada por la mayoría de un tribunal, cuya independencia está bajo sospecha porque como adelantó este periódico, uno de sus miembros, Jaime Caravaca, es sobrino de Ramón Caravaca, asociado al despacho GC que dirige Tomás González Cueto. Este es el asesor jurídico externo de la federación, a la que factura cientos de miles de euros al año por sus servicios.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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