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Empieza el Mundial de Fórmula 1: Red Bull parte con ventaja

El campeonato más largo de la historia echa a rodar en Baréin, donde el equipo campeón pretende sacar partido de un coche aparentemente inalcanzable

Gran Premio de Barein 2023
Max Verstappen durante un entrenamiento en el Gran Premio de Baréin, este viernes.DPA vía Europa Press (DPA vía Europa Press)
Oriol Puigdemont

El Mundial de Fórmula 1 más largo de la historia arranca este domingo en Baréin (16.00, DAZN) con Max Verstappen y Red Bull como grandes favoritos a encadenar su tercera corona consecutiva, un desafío que, de conseguirlo, elevaría un poco más el estatus del holandés al situarlo en el mismo plano que Ayrton Senna y Niki Lauda. A pesar de la carrerilla que ha cogido el equipo energético, esta es la primera temporada que subraya a Mad Max como principal referencia, al menos si atendemos a lo sucedido durante los ensayos invernales. “¿En qué áreas es mejor este coche que el del anterior?”, le preguntaron a Verstappen este jueves, en el circuito de Sakhir. “En todas”, respondió él, con esa mirada que parece atravesar el hormigón armado.

Hace dos años, la escudería del búfalo rojo logró lo que parecía una quimera al darle el alto a Mercedes, que circulaba embalada con una racha de siete dobletes (2014-2020). Lo más relevante es que lo consiguió en el último año de un ciclo de estabilidad reglamentaria que entró en erupción en 2022, y que obligó a rediseñar los monoplazas para adaptarlos al nuevo marco aerodinámico. En ese escenario, Red Bull volvió a demostrar por qué merece ser visto como el engranaje más eficaz del paddock, al protagonizar una remontada forzada por un inicio traumático, como consecuencia de la falta de fiabilidad de su coche. En manos de Verstappen, el RB18 se quedó seco en dos de las tres primeras paradas del calendario para entrar después en esa zona dulce que le permitió al chico de Hasselt salir a hombros en Japón, mucho antes de lo esperado.

Al festival de la tropa de Milton Keynes (Gran Bretaña) contribuyeron de forma decisiva quienes, sobre el papel, debían complicarle las cosas. Fiel a su ADN moderno, Ferrari se hizo la vida imposible con gatillazos estratégicos inexplicables, lo suficientemente gordos como para dejar sin efecto la incuestionable velocidad del F1-75, el bólido rojo más afilado de la última década.

Imprevisible Ferrari

El prototipo de Maranello fue capaz de acumular más pole positions (12) que ningún otro, por más que Charles Leclerc y Carlos Sainz solo pudieran escalar cuatro veces hasta el escalón más alto del podio. Mercedes, por su parte, se enredó sola en la proyección de su W13 hasta convertirlo en un potro de tortura para Lewis Hamilton y George Russell, víctimas de la coctelera que tuvieron que conducir hasta que los técnicos dieron con la clave para mitigar el famoso porpoising, el efecto suelo.

El campeonato se vuelve a poner a rodar ahora sin ningún cambio dramático en la normativa, circunstancia que anticipa un curso de continuidad; esto es, con Red Bull como dominador mientras la marca de la estrella y la de Il Cavallino Rampante harán lo posible para recuperar el terreno perdido. Llegados a este punto habrá que ver qué es lo que da de sí la efervescencia con la que se ha presentado Aston Martin, la gran sorpresa de la pretemporada. Las Flechas de Plata apenas han variado su enfoque y se podría decir que la diferencia más relevante es la recuperación del color negro en la decoración de su bólido. Ferrari, a su vez, se ha encomendado a Frédéric Vasseur, su quinto director en 10 años, tras cargarse a Mattia Binotto, su antecesor, que cayó de la misma manera en que antes lo hicieron Stefano Domenicali y Marco Mattiacci (2014), y Maurizio Arrivabene (2018). La llegada del francés, procedente de Alfa Romeo, despierta cierta inquietud entre los seguidores de Sainz, habida cuenta de los vínculos que unen al ejecutivo con Leclerc. Vasseur cofundó la estructura ART junto a Nicolas Todt, hijo de Jean, expresidente de la FIA, y representante del compañero de Sainz.

Poco tiempo ha necesitado el francés para dar el primer volantazo desde su nuevo cargo, al relevar a Iñaki Rueda, jefe de estrategia de Ferrari, para mandarle de regreso a la fábrica, en una maniobra que expone al ingeniero madrileño y le subraya como uno de los responsables de la falta de tino de la formación italiana la temporada pasada. Mercedes, a su vez, se muestra convencida de que el W14 se ha desprendido del rebote que martirizó a Hamilton y Russell, que todavía no conducen a su aire por la falta de aplomo que sienten en las curvas.

No deja de ser paradójico que la FIA promoviera el cambio de reglamento introducido en 2022 como una medida de choque para igualar las cosas, y que el Mundial anterior, el de 2021, terminara decidiéndose en la última vuelta de la última carrera. Por el contrario, el pasado, el primero con las nuevas hechuras, cayó del lado de Verstappen con cuatro pruebas todavía por celebrarse. A menos que alguien haga algo, el que empieza este fin de semana puede resolverse incluso antes.

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