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Donnarumma, de ver por la tele a Buffon a batir récords de juventud

El meta, libre este verano tras acabar su contrato con el Milan, se asienta con 22 años

Jordi Quixano
Donnarumma, durante el amistoso ante la República Checa preparatorio para la Eurocopa.
Donnarumma, durante el amistoso ante la República Checa preparatorio para la Eurocopa.ALBERTO LINGRIA (Reuters)

Contaba con siete primaveras y, desde el sofá de casa, vio cómo Buffon atajaba un cabezazo de Zidane para desbravar a Francia y finalmente coronar a Italia en el Mundial de 2006 en la tanda de penaltis. “Quiero ser portero”, le dijo entonces Gianluigi Donnarumma (Castellammare di Stabia, Italia; 22 años) a la mamma Marinella, por más que hasta ese momento no parecía muy enamorado del balón, convencido por su tío Ernesto y la pasión de sus hermanos para que fuera a la escuela del Nápoles. “No es casualidad que os llaméis igual”, le respondió su madre. Aunque tampoco se podía imaginar que sería su relevo en la selección, el portero más precoz de Italia y también uno de los más criticados por su relación contractual con el Milan. Un culebrón que se acabará pronto pero que por ahora le sitúa como el guardameta de Italia y nada más, desvinculado del conjunto lombardo (acaba contrato el 30 de junio) y con visos de ocupar la portería del PSG, por más que renovaran hace poco a Keylor Navas y sigan contando con Areola en sus filas, que este curso ha rendido a un gran nivel en el Fulham como cedido. Antes de eso, sin embargo, a Donnarumma le toca soportar la presión de competir con la alargada sombra de Buffon en el estreno de Italia, que abre la Eurocopa ante Turquía (21.00 h. Telecinco). Pero eso no le incomoda.

Donnarumma se marchó al Milan con 15 años y se dio a conocer con apenas 16, en un partido de pretemporada ante el Madrid en el que en la definitiva tanda de penaltis le atajó uno a Kroos y falló el suyo, atrevido él por lanzarlo. Era la apuesta del técnico Filippo Inzaghi, que le veía el portero del futuro. Eso entendió al curso siguiente Sinisa Mihajlovic, que al ver el rendimiento irregular de Diego López (ahora en el Espanyol), hizo debutar oficialmente al imberbe y espigado portero (1,96 metros) para acabar de atornillarlo bajo los palos. Excelente por arriba, solvente en el uno contra uno y sobrio en las paradas. “Yo no miro la edad en el DNI, si hay un bajón de forma, se cambia de portero. Sin más”, resolvió el técnico. “A su edad tiene mucho margen de mejora, pero para mí ya es de los mejores del mundo. Si continúa con la misma progresión, imagínate donde puede llegar”, apuntó el castigado Diego López. Y es que Donnarumma contaba con 16 años y ocho meses. Una historia de precocidad que ya no se detuvo, pues también fue el más joven en debutar con Italia (17 años y 189 días), en ser titular con la selección (18 y 31), además de ser el más joven en alcanzar los 100 (19 y 49) y 200 partidos (21 y 361) en la Serie A. Por eso cuesta tanto de digerir su marcha en Milanello, centro deportivo del Milan. No es que haya descolocado a Paolo Maldini -leyenda del fútbol como lateral y después central, ahora director deportivo del club-, que ya ha fichado a Mike Maignan después de que conquistara la Ligue 1 con el Lille, pero molesta las formas en las que deja el club, a coste cero. Una historia ya vivida hace unos años con distinto final.

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Resulta que en 2017 Donnarumma decidió no renovar por el Milan -hasta el punto de que el club sacó un comunicado oficial para confirmarlo-, inconforme con el salario y siempre aconsejado por su agente Mino Raiola, excelente en las negociaciones sin atender a los vínculos emocionales. Una decisión que disgustó a sus aficionados y se hizo extensible en la Eurocopa Sub-21 de ese verano, donde le lanzaron billetes falsos desde la grada al tiempo que le bautizaron como Dollarumma. Al final, por más que el Madrid y el PSG se interesaron en sus servicios, el portero se desdijo y aceptó renovar hasta este verano, aunque se incluyó el fichaje de su hermano Antonio para el primer equipo -ahí sigue-, también meta y el mejor de sus apoyos. Ahora, sin embargo, ya no hay marcha atrás. De momento, Donnarumma solo defiende a Italia.

“Es un joven de 22 años que juega para el país. Tiene todas las cualidades y el futuro es suyo. Pero espero y deseo que no le condicione el no tener equipo ahora mismo, por muy extraño que me resulte que haya dejado el Milan, subcampeón de la Serie A”, expone desde el otro lado del teléfono Dino Zoff -112 veces internacional y con cuatro Mundiales a sus espaldas-; “pero también mira por su futuro y posiblemente el agente tiene otra visión”. Un debate nacional. “Sería bueno que encontrase pronto un equipo para dedicarse solo al Europeo, pero no parece que se distraiga mucho un gran portero como él”, expuso el extécnico Marcello Lippi. “Por muy joven que sea, por experiencia no se le discute”, apuntó el exjugador Gianluca Zambrotta; “ahora solo tiene que pensar en Italia”. No es una portería sencilla de defender, sobre todo si se tiene en cuenta que bajo ese larguero han pasado arqueros de la talla de Zoff, Zegna, Pagliuca, Toldo, y en las últimas dos décadas Buffon (líder la tabla de internacionalidades con 176). Precisamente, fue su inspiración. Ahora es su relevo. Italia le aguarda. Y el PSG o la Juve -que parece pujar en los últimos días-, también.

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