La vieja guardia de los Hispanos busca el billete olímpico

La selección de balonmano, con muchos veteranos, abre este jueves el torneo contra Bahréin, el viernes se enfrenta a Eslovenia y el domingo, a Brasil. Pasan dos en un grupo factible

14 mar 2024 - 05:15CET

El seleccionador español, Jordi Ribera, se dirige a los jugadores en un entrenamiento en Granollers.JLRECIO

La selección masculina de balonmano busca a partir de este jueves en Granollers, al calor del hogar, el billete olímpico para París 2024. Sobre el papel, la entidad de los rivales (Bahréin, Eslovenia y Brasil) no obliga a ninguna proeza al conjunto de Jordi Ribera, que, eso sí, debe enderezar la figura después del decepcionante Europeo del pasado enero. La 13ª posición obtenida en Alemania supuso el peor resultado en un gran campeonato desde el Mundial de 2009. En medio, 10 medallas en 17 torneos posibles construyeron la imagen de un combinado con crédito. “Ciertas cosas del pasado te sirven de revulsivo e impulso. La gente está preparada”, afirmó este miércoles el seleccionador.

Se reparten dos pases para la gran cita de este verano y los Hispanos debutan contra Bahréin (18.30, Teledeporte), que llega debilitado después de que la Federación Internacional castigara con dureza a cinco jugadores por conducta antideportiva durante los incidentes ante Japón en la semifinal del Campeonato de Asia. Los dos únicos enfrentamientos acabaron con triunfo español; el último, por 23-33 en el Mundial de 2019.

El viernes (21.00), el cuadro de Jordi Ribera afrontará el choque más complicado, contra la Eslovenia de Jure Dolenec, Dean Bombac, Blaz Janc, Miha Zarabec y Blaz Balgotinsek. En el último Europeo, fue sexta. Los dos últimos duelos, en el Europeo de 2020 y el Mundial de 2023, también acabaron con victoria española. Ambos equipos son los grandes favoritos para lograr la clasificación. Y el domingo (17.45), Brasil, la selección de procedencia de Jordi Ribera, aunque de eso hace ya ocho años. Los dos compromisos previos marcarán la relevancia de la última jornada.

Después del revolcón en el torneo continental y ante la naturaleza de un preolímpico de tres encuentros en cuatro días y sin red, el técnico español ha formado una lista dominada por la veteranía. Respecto al Europeo de enero, Antonio García (40) entró por Jan Gurri (21), Rodrigo Corrales (33) relevó bajo palos a un Sergey Hernández (28) que había disputado su primer gran torneo en primera fila, y Viran Morros (40) sustituyó al lesionado Miguel Sánchez-Migallón (29). Destaca, sobre todo, la acumulación de años y experiencia en la pareja defensiva, una vuelta a los orígenes con Morros y Gedeón Guardiola (39). “Es un torneo de mucha responsabilidad y la experiencia siempre es un punto importante para saber lidiar con la tensión de lo que hay en juego”, justificó Ribera, que tampoco cuenta con el lastimado Kaudi Odriozola.

No hay lugar para probaturas, experimentos ni jóvenes sin testar en la alta competición de selecciones. Los estimulantes hermanos Cikusa siguen a la espera. Más de la mitad de los convocados tiene más de 30 años, siete de ellos cuentan 35 o más, y hasta hay hueco para dos cuarentones (Morros y García). El domingo no habrá resultado intermedio: billete a París o chasco monumental.

La fiabilidad exhibida en los últimos lustros y un grupo de rivales que no genera tembleques alimentan el optimismo, aunque el inesperado trastazo del Europeo y el recuerdo traumático del preolímpico de 2016 (eliminados por un gol) invitan a la cautela. Desde Montreal 76, la selección masculina de balonmano solo ha fallado una vez a la cita olímpica, en Río 2016. Una ausencia que martirizó a una generación, que no paró hasta disputar otros Juegos, en Tokio, donde se colgó el bronce. En la historia hay otros tres terceros puestos: en Atlanta 96, Sídney 2000 y Pekín 2008.

En Granollers, la vieja guardia de los Hispanos rema para perseguir un billete olímpico que se considera obligado. Del 11 al 14 de abril, en Torrevieja, será el turno de la selección femenina, que se enfrentará a Países Bajos, República Checa y Argentina. Un reto, a priori, más crudo.