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Dani Carvajal: “Nos han sometido”

El lateral reconoce la superioridad del City en un partido en el que Butragueño no quiere ver un “final de ciclo”, y después del cual Ancelotti solo quiere mirar al futuro, con él en el banquillo

Champions League
Benzema, con la pelota después del cuarto gol del City.DAVID RAWCLIFFE (EFE)
David Álvarez

Cuando, después de una hora de tortura, retiró del campo a Luka Modric, Carlo Ancelotti se fue a recibirlo en la salida. Le echó un brazo por encima del hombro y le revolvió el pelo. Cariño y respeto para un símbolo. También quizá un pequeño gesto para compartir la desesperación de una noche en la que la maquinaria no había fluido. Dani Carvajal esbozó poco después un resumen bastante preciso de lo que había sucedido en el campo: “El rival ha sido mejor de principio a fin. Nos han sometido. Nos ha faltado un poco de valentía. Hemos estado demasiado metidos atrás”.

Unos minutos después del croata dejó el campo Toni Kroos, tantas noches el socio con el que gobernó partidos y espantó miedos pisando con calma centros del campo atestados de trampas. También había dejado poco. También se marchó a sentarse cabizbajo. La pelota había sido del Manchester City. El partido había sido del City, que frustró al Real Madrid, como explicó Ancelotti: “No podíamos salir y tomaron ventaja”, dijo.

El técnico italiano trató enseguida de centrar el análisis de la temporada en la dura derrota contra Guardiola. Y eso pese a que las particularidades del encuentro se prestaban a establecer balances. Se trataba del encuentro en el que Ancelotti se convertía en el entrenador que más veces había dirigido en la Copa de Europa, con 191. También pasó a ser su derrota más amplia, junto con el 4-0 que encajó dirigiendo al Milan contra el Dépor en Riazor en 2004.

Para el club también supuso una marca en la historia. Antes de este 4-0, el Madrid solamente contaba con cuatro derrotas por cuatro o más goles en la Copa de Europa, según el recuento de Alexis Martín-Tamayo: un 5-1 contra el Benfica en 1965, un 5-1 ante el Hamburgo en 1980, un 5-0 contra el Milan en el que el propio Ancelotti abrió el marcador en 1989 y un 4-0 contra el Liverpool en 2009.

Los primeros mensajes del club también apuntaron a tratar de que la debacle no funcionara como una marca determinante. El director de relaciones institucionales del club, Emilio Butragueño, aseguró que no se trataba de un punto de giro: “Estos jugadores nos han dado mucho y merecen todo el respeto. En el grupo hay gente veterana y joven, no tiene por qué ser un final de ciclo”.

Ancelotti tampoco cree que la dura derrota apunte necesidades nuevas en el grupo de futbolistas a su disposición: “Claro que con esta plantilla se puede pelear, como el año pasado”. Quiso mirar enseguida hacia delante: “Estamos ya focalizados en la próxima Champions League, donde vamos a pelear para ser protagonistas como el año pasado”. Todavía sobre los rescoldos de la hoguera en la que habían ardido en Mánchester, el italiano dibujó un futuro en el que se veía sentado en el banquillo: “Nadie duda, porque el presidente ha sido bastante claro hace 15 días. Entonces, nadie duda”, dijo en referencia a las declaraciones de Florentino Pérez en el estadio de La Cartuja después de que el equipo ganara la Copa.

Pese a que todas las miradas se dirigían hacia el futuro, el desempeño del equipo resultó preocupante. Las únicas señales de vida que dejó el Madrid en muchos tramos del encuentro fueron fugaces raptos de supervivencia al límite, apenas el “coraje” que había invocado el día antes Ancelotti. Bajo el vendaval, parecían sostenerse aún en pie Alaba y Courtois. Y ni con esas. El belga le hizo cinco paradas a Haaland en esta eliminatoria, más que ningún otro portero en esta Champions, según Opta. Contra ningún otro equipo intentó tantos remates el noruego sin marcar: siete, cinco de ellos a puerta.

Pero la desconexión del Madrid fue muy notable: solo en el primer tiempo, permitió 13 remates, más que nunca en un partido de Champions al menos desde la temporada 2003/04. Courtois vio el derrumbe desde primera línea: “Ellos empezaron con mucha presión, nos metieron en el área, pero el problema era que no hicimos nuestro juego y no les hicimos daño. Nos costó mucho”, dijo el que tal vez fue el único futbolista que rindió a su nivel en Mánchester. Poco más que salvar de un hundimiento de época ante Guardiola.

Cuando todo terminó, Kroos regresó a la hierba, cruzó el campo hasta la esquina de la hinchada blanca y volvió el último a la bocana del túnel, donde le esperaba el resto. Solo entonces se fueron juntos.

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Sobre la firma

David Álvarez
Sigue la información del Real Madrid y la selección española en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de la sección de Deportes. Ha cubierto los Juegos Olímpicos, el Mundial de fútbol y la Eurocopa. Antes trabajó en ABC, El Español, ADN, Telemadrid, y La Gaceta de los Negocios. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra.

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