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Camavinga, de microondas a navaja suiza

Fundamental como revulsivo en las remontadas de 2022, el francés es ya indispensable, de lateral o en el medio, y los analistas destacan el valor de su polivalencia

Camavinga
Eduardo Camavinga, en el partido contra el Girona del pasado 25 de abril.Alex Caparros (Getty Images)
David Álvarez

La progresión de Eduardo Camavinga en el Real Madrid la dibuja la línea que va de la vuelta de la semifinal de la Champions contra el Manchester City el año pasado en el Bernabéu a la ida de este curso en el mismo escenario. En 2022 el francés entró al campo en una situación desesperada: era ya el minuto 75 y su equipo necesitaba dos goles para forzar la prórroga. La semana pasada llegaba al tramo decisivo de la temporada como pieza imprescindible, ya fuera en el centro del campo o como lateral. El año pasado lanzó a Benzema el pase profundo que el nueve convirtió en la asistencia a Rodrygo con la que empezó la última remontada increíble. Esta vez, con el Madrid atascado, escapó por la banda con una pared con Modric y asistió a Vinicius para el 1-0. Esa noche fue el futbolista del Real al que Opta contabilizó más intervenciones (78).

Su peso ha crecido tanto, de revulsivo a pilar, que el pisotón de Juan Iglesias que le retorció la rodilla izquierda el sábado contra el Getafe abrió un delicado periodo de incertidumbre para la vuelta de este miércoles en el Etihad (21.00, Movistar). Cuando terminó el partido, arrastraba cojeando la pierna izquierda envuelta en hielo. De un modo parecido a lo que sucedió con Fede Valverde el curso pasado, Camavinga se ha convertido en el futbolista al que Ancelotti siempre encuentra sitio. El francés ha alcanzado esta condición por una vía rara: la reinvención de una posición.

El resumen más sencillo de en qué consiste su particularidad lo hizo el técnico italiano antes de la ida: “Camavinga juega de lateral sin balón. Con balón, su posición cambia. A veces se pone como interior, a veces se pone al lado entre líneas. No es un lateral que empuja por fuera, porque por fuera tenemos ya uno que es bastante peligroso, que es Vinicius”.

La formidable amenaza que supone el brasileño condiciona desde hace tiempo cómo se mueven los futbolistas del Madrid que operan por aquella banda izquierda. Como señala un técnico que ha ejercido como analista en varios equipos de Primera, esta influencia ya podía detectarse cuando jugaba Mendy: “Tiraba la diagonal hacia dentro para limpiar la línea de pase de Vini y crear problemas al defensor. Con Mendy ahí, son más problemáticas las ayudas” para intentar parar al brasileño.

Mendy solía situarse por dentro, alejado de la banda, en algún punto por delante de Toni Kroos. Por ahí es donde aparece también Camavinga cuando el Madrid ataca en estático. Y ahí es donde marca la diferencia respecto del titular del puesto, según Marcelino García Toral, exentrenador del Athletic, el Valencia y el Villarreal: “En cuanto a creación y profundidad, por posibilidades de juego en esa zona intermedia, Camavinga es el más dotado, el más ofensivo”, explica. En eso coincide con Ancelotti: “La posición de Camavinga nos puede ayudar en la ruptura cuando Vinicius tiene el balón, porque tiene calidad para jugar entre líneas”.

El francés llegó al lateral izquierdo como un parche de emergencia por las lesiones y se ha hecho con el puesto mediante una mezcla de fiabilidad en defensa y brillantez en ataque: “Es elogiable la adaptación de este chico a ese puesto”, dice Marcelino. “Ha demostrado una gran capacidad futbolística con un altísimo rendimiento como lateral. Ha respondido perfectamente”.

Además, cuando el equipo ataca enriquece de manera notable el flanco izquierdo, el más desequilibrante del Madrid. Contribuye a la velocidad de circulación con Vinicius y Benzema, y permite a Kroos la perspectiva de permanecer algo más retrasado. “Desde ahí es capaz de crear mucho más juego, de ver el fútbol de cara”, abunda Marcelino. Ancelotti ha encontrado con Camavinga la manera de sumar un futbolista dañino a la zona avanzada sin renunciar a nada del entramado defensivo. “Tiene más calidad que Mendy, y el físico le permite defender por capacidad individual”, explica el analista. “Luego, los dos tienen un regreso muy bueno desde esas posiciones adelantadas, porque son muy rápidos”.

Camavinga ha irrumpido en un puesto que en el Madrid atesora una tradición particular de perfiles atacantes, como Roberto Carlos y Marcelo. Aunque pisando más por dentro, y sin sentirse en su ecosistema: “No me gusta jugar de lateral”, dijo hace un mes en Stamford Bridge después de eliminar al Chelsea en cuartos. Sea donde sea, Modric lo considera fundamental: “A pesar de que a lo mejor no le gusta jugar ahí, donde le pongas lo va a hacer bien. Es muy importante para nosotros: su fútbol, su personalidad en el campo. Es un chico top”.

Ancelotti tampoco cree que la banda sea su mejor ubicación, pero Camavinga se desenvuelve ahora como el mejor por esa zona. A ojos del italiano, el experimento tiene otras ventajas: “Está aprovechando el tiempo que juega como lateral para mejorar sus límites, que están, sobre todo, ligados a la edad que tiene. Tiene que madurar su experiencia, su conocimiento del aspecto táctico, porque, como he dicho en otra rueda de prensa, técnicamente no tiene nada que aprender”.

Marcelino también lo ve como una oportunidad: " Con esa polivalencia y ese altísimo rendimiento, estamos ante un proyecto de futbolista extraordinario”.

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Sobre la firma

David Álvarez
Sigue la información del Real Madrid y la selección española en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de la sección de Deportes. Ha cubierto los Juegos Olímpicos, el Mundial de fútbol y la Eurocopa. Antes trabajó en ABC, El Español, ADN, Telemadrid, y La Gaceta de los Negocios. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra.

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