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Nadal sigue sin curarse

El tenista descarta jugar en Madrid, su séptima renuncia de la temporada, y su periodo de baja se duplica: “La evolución no ha sido la que nos dijeron en enero”

Rafael Nadal, el pasado 13 de noviembre en Turín. Foto: Marco BERTORELLO / AFP | Vídeo: Rafael Nadal
Alejandro Ciriza

El calendario sigue descontando fechas hacia Roland Garros (a partir del 28 de mayo) y las últimas novedades, emitidas por boca del propio protagonista, ofrecen una confirmación, tan fría como meridiana: hoy por hoy, el cuerpo de Rafael Nadal no termina de responder. El campeón de 22 grandes, que cumplirá 37 años el 3 de junio, anunció este jueves que no podrá competir a finales de este mes en el Masters de Madrid y que se perderá, por tanto, su séptimo torneo esta temporada. Lesionado del psoas ilíaco de la pierna izquierda desde el pasado 18 de enero, el mallorquín se dejó ver a través de un vídeo clarificador, sin pliegues ni ambages; el proceso de recuperación no es el deseado y el tratamiento aplicado tampoco termina de funcionar, por lo que los cartuchos se agotan y donde hasta hace poco había interrogantes, ahora cunde la preocupación.

A diferencia de los escuetos mensajes que transmitió para comunicar sus ausencias en Montecarlo y Barcelona, esta vez el tenista se extendió y precisó. “Hace un tiempo que no me comunico directamente con vosotros. Han sido unas semanas y unos meses difíciles”, introdujo en la nota. “En principio tenían que ser de seis a ocho semanas de período de recuperación, y ya vamos por la 14. La realidad es que la situación no es la que hubiéramos esperado. Se han seguido todas indicaciones médicas, pero de alguna manera la evolución no ha sido la que en principio nos dijeron y nos encontramos en una situación que es difícil”, prosiguió el balear, que había diseñado una plataforma de lanzamiento hacia París con cuatro torneos preparatorios, reducida ahora a solo uno. O tal vez ninguno.

“Están pasando las semanas y tenía la ilusión de poder jugar en torneos que son los más importantes en mi carrera como Montecarlo, Barcelona, Madrid, Roma y Roland Garros, y de momento me he perdido dos. Desgraciadamente, tampoco voy a poder estar en Madrid”, lamentó Nadal, tan crudo como realista. En estos momentos, ni su lesión acaba de remitir ni el ritmo adquirido en los entrenamientos efectuados hasta ahora era el necesario, de modo que, a solo 38 días de la celebración del grande francés, optará por un giro estratégico que deslizó en este último parte. Mientras el resto de los aspirantes a triunfar en el Bois de Boulogne van rodándose, Novak Djokovic en la arena de Banja Luka y Carlos Alcaraz sobre la del Godó, él sigue entre interrogantes y sin conseguir desencallar la situación.

La incógnita crece y desde su entorno persiste el mismo mensaje conservador que se trasladaba hace un mes, cuando desde algunos rincones se daba por segura su presencia en la gira sobre arcilla. Sin embargo, el tiempo estimado de baja sigue dilatándose y la planificación ha saltado por los aires. Se expone Nadal –14º en el ranking– a una situación insólita, dado que nunca había desembarcado en sus dominios de París con tan escasa preparación; en 2020 solo disputó la cita de Roma, tres partidos de base, pero entonces la pandemia hizo trizas el calendario y el margen concedido fue mínimo. Aun así fue capaz de llevar a buen puerto su asalto, aunque en aquel momento su chasis respondía con relativas garantías y el condicionante fue sobre todo ambiental, dado que el torneo tuvo que trasladarse al otoño al haberse suspendido en la primavera.

“No puedo dar plazos”

El curso pasado, la lesión sufrida en Indian Wells (fisura en las costillas) retrasó su aparición hasta Madrid, donde al menos pudo ir adquiriendo tono (tres duelos); después jugó dos más en el Foro Itálico, pero el pie izquierdo disparó la alarma a apenas dos semanas de Roland Garros. Pese a todo, Nadal logró sobreponerse y vencer. De nuevo, el balear –cuatro encuentros en 2023, tres derrotas y una sola victoria– se enfrenta al más difícil todavía, dado que se agota el tiempo y las circunstancias deberían de cambiar de manera significativa para no pensar que tendrá que hacer una incursión a la desesperada en el major galo: salto sin red, a todo o nada; siempre y cuando pueda competir, porque hoy día el escenario es completamente incierto. Una vez más, su carrera transcurre en forma de thriller.

“La lesión sigue sin curarse y no puedo trabajar lo que necesito para competir. Estaba entrenando, pero hace unos días hemos decidido cambiar un poquito de rumbo, hacer otro tratamiento y ver si las cosas mejoran para intentar llegar a lo que venga. No puedo dar plazos porque si los supiera os lo diría, pero no los sé. Esta es la situación actual”, señaló el tenista en su comunicado, sin desviarse un ápice del guion que ha seguido al dedillo a lo largo de toda su trayectoria; “no me queda más que intentar estar con la actitud adecuada durante todo este tiempo, intentar darme la oportunidad de competir en alguno de los torneos que queda de la temporada de tierra y no hay más remedio que trabajar y estar con la mentalidad adecuada”.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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