Nadal no despeja interrogantes: tampoco jugará el Godó
El mallorquín, lesionado desde el 18 de enero, descarta su sexta cita este curso e intentará reaparecer dentro de dos semanas sobre la arena del Masters de Madrid
Progresa la gira de tierra batida y, de momento, no hay huella alguna de Rafael Nadal. El mallorquín, de 36 años, descartó el despegue inicial de Montecarlo y este viernes anunció que tampoco reaparecerá la próxima semana en el Conde de Godó, por lo que su ausencia de las pistas se dilatará hasta al menos los tres meses. Lesionado desde el 18 de enero, cuando se dañó el psoas ilíaco mientras competía en la segunda ronda del Open de Australia, el campeón de 22 grandes sigue ganando ritmo en los entrenamientos, pero las sensaciones le dicen que debe esperar. Será, por tanto, su segunda renuncia consecutiva al torneo de Barcelona, donde el curso pasado no pudo competir debido a un percance previo en las costillas. Allí se ha coronado 12 veces en 16 participaciones, la última en 2021.
En la línea de los últimos tiempos, el tenista apuesta por la prudencia y prefiere no acelerar su regreso, pese a que el calendario avance y a lo lejos empiece a divisarse la silueta de Roland Garros. Su objetivo prioritario esta temporada es París, y cualquier paso en falso podría ser definitivo. “Barcelona es un torneo especial para mí, porque es mi club de adopción y porque jugar en casa es siempre una sensación única. Pero aún no me encuentro preparado y sigo, por tanto, mi proceso de preparación para la vuelta a la competición. Mucha suerte a mi amigo David Ferrer [director desde 2019] y todo su equipo para esta edición, que seguro será como siempre un éxito a todos los niveles”, transmitió el deportista a través de las redes sociales.
El grande francés comenzará el 28 de mayo y, dadas las circunstancias, Nadal podría desembarcar allí con tan solo un par citas preparatorias en las piernas: Madrid y Roma, aunque decidirá el día a día. Pese a que no pueda disponer de plenas garantías, el balear sí quiere al menos minimizar el umbral de riesgo y de ahí que no le termine de convencer la opción de Barcelona, donde le esperaban con los brazos abiertos –se formó en el club de Pedralbes– para festejar el 70º aniversario del torneo. Cuando pueda jugar, desea hacerlo a pleno rendimiento. Ahora mismo, su deseo es volver sobre la arena de la Caja Mágica, del 26 de abril al 7 de mayo; esa es la idea, pero decidirá sobre la marcha. Su presente se escribe con puntos suspensivos.
Nadal evoluciona positivamente de su lesión, pero el proceso se ha ralentizado bastante más de lo previsto. En un principio, el parte médico emitido el día después de lesionarse contra Mackenzie McDonald precisó que el tiempo estimado de baja iba a ser de seis a ocho semanas; son ya 13. Entretanto, él ha transmitido en todo momento un mensaje conservador, el mismo que se desliza desde su entorno. “Me hice una avería muy grande, debo tener paciencia”, expresó el 3 de marzo, durante una visita al Santiago Bernabéu. “Sigo mi rumbo y aún no sé cuándo volveré. Es es la verdad”, incidió a finales de ese mes, en Mallorca. “No me encuentro aún en condiciones de jugar con las máximas garantías”, expuso en la renuncia a Montecarlo, donde la organización daba por segura su presencia.
Como hace un año
Llega ahora el último anuncio y con él, la sexta vez que descarta un torneo este año. No jugó en Doha ni Dubái, ni tampoco en Indian Wells ni Miami; se evaporó la exhibición intermedia programada en Las Vegas y pese a que pelotea desde finales de febrero sobre la arcilla de su academia –de manera progresiva, por bloques–, no ha podido reengancharse de momento en su estación favorita. El paréntesis le ha perjudicado en términos de ranking y ha descendido del segundo al decimoquinto puesto; por primera vez desde 2005 no figura entre los diez mejores y la pérdida de jerarquía comportará cuadros más complicados, cruces iniciales más duros.
En 2023, Nadal ha disputado cuatro partidos, con un balance de un triunfo y tres derrotas. Prevaleció sobre el joven Jack Draper en el despegue de Melbourne, pero cedió luego ante McDonald, lastimado, y previamente había sido derrotado por el británico Cameron Norrie y el australiano Alex de Miñaur en la United Cup, encabezando al equipo español. Desde que se rompiera el abdominal en los cuartos de Wimbledon, julio, ha perdido más de lo que ha ganado (5-8).
En cualquier caso, hoy por hoy su preocupación se ciñe a llegar a punto a Roland Garros, independientemente de los números y la posición que ocupe en el listado de la ATP. Se da la coincidencia de que la temporada pasada dispuso del mismo trampolín, Madrid y Roma. A pesar de los problemas sufridos en el pie izquierdo, el español –37 años el 3 de junio, 22 como profesional– logró coronarse por decimocuarta vez en el Bois de Boulogne y ahora aspira a repetir, en busca de otra muesca en París y su vigesimotercer Grand Slam. Quiere jugar Nadal con regularidad, pero su cuerpo le envía señales contradictorias; más que nunca, deberá protegerse y seleccionar. Ley de vida, la realidad choca contra la voluntad.
TSITSIPAS, APEADO EN MONTECARLO
Después de que Nadal confirmara su baja en Barcelona y de que Carlos Alcaraz empezara a dar sus primeros pelotazos en las pistas de Pedralbes para ensayar, la jornada del Masters 1000 de Montecarlo deparó la eliminación de dos de los tenistas más fuertes del circuito.
Pese a no ser un especialista, ni mucho menos, el ruso Daniil Medvedev pretendía dejar un buen sabor de boca en el Principado y al final se quedó a medias. El día previo se deshizo del alemán Alexander Zverev, pero las más de tres horas invertidas le pasaron factura y lo pagó ante el joven Holger Rune, otro de los jóvenes que más aprietan. El danés, de 19 años, le venció por 6-3 y 6-4, y se medirá no antes de las 15.30 (Movistar Deportes) con Jannik Sinner (doble 6-2 a Lorenzo Musetti).
Todavía más reseñable fue el adiós de Stefanos Tsitsipas, ganador de las dos últimas ediciones. El griego sigue sin entonarse del todo y perdió por 6-2 y 6-4 ante Taylor Fritz, cada vez más asentado en las alturas y cada vez más polivalente. El norteamericano, de 25 años y 10º del mundo, logró la franquear la barrera de los cuartos alcanzada hace un año y se enfrentará en las semifinales de este sábado (no antes de las 13.30) al ruso Andrey Rublev, superior a (6-1 y 7-6(5) a Jan-Lennard Struff).
Las marchas de Medvedev y Tsitsipas se unen a la del número uno, Novak Djokovic, superado el jueves en tres set por el italiano Musetti. El serbio participará la próxima semana en el torneo de Banja Luka (Bosnia y Herzegovina) después de sufrir su segunda derrota de la temporada.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.