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El COI ‘readmite’ a los deportistas rusos y bielorrusos, pero aplaza la decisión sobre París 2024

El Comité Ejecutivo recomienda su regreso a las competiciones internacionales como “atletas neutrales e independientes” y veta a quienes apoyen la invasión de Ucrania

Thomas Bach COI
Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional, este martes durante el comité ejecutivo del organismo olímpico.FABRICE COFFRINI (AFP)
Eleonora Giovio

Thomas Bach ha presidido este martes el comité ejecutivo del COI (Comité Olímpico Internacional) que, en su primera jornada, ha abordado la espinosa cuestión del regreso a las competiciones internacionales de los atletas rusos y bielorrusos. El propio COI recomendó a las federaciones internacionales excluirlos el año pasado cuando Rusia invadió Ucrania. Once meses después de aquello, en enero, Bach dijo que había que buscar una fórmula para que volvieran bajo unas condiciones “estrictas” de neutralidad. Este martes ha insistido en ello y ha recomendado su regreso como “atletas neutrales e independientes” sin himno, uniforme o bandera que identifique su país. No serán admitidos deportistas en competiciones por equipos. Tampoco los que apoyen activamente la guerra, ni los atletas que estén contratados por el ejército o agencia de seguridad nacional. Asimismo, tendrán que acreditar haber pasado controles antidopaje. La decisión sobre los Juegos Olímpicos de París 2024 y Milán-Cortina 2026 será tomada “en el momento apropiado” independientemente de que los procesos de clasificación estén ya en marcha.

Cualquier otra cosa que no sea readmitir a rusos y bielorrusos con esas condiciones, ha insistido Bach, sería politizar el deporte. “Si los gobiernos eligieran qué atletas pueden competir o dejar de competir, el deporte tal y como lo conocemos ahora, dejaría de existir”. Dijo que la recomendación adoptada y dirigida a las federaciones internacionales es una fórmula que “funciona” y que no se han producido “incidentes de seguridad”. Así lo ha manifestado: “La participación de atletas con pasaportes rusos y bielorrusos en competiciones internacionales funciona. Vemos esto casi a diario en deportes como el tenis [en torneos de la ATP, no en la Copa Davis, por ejemplo], pero también en ciclismo, en tenis de mesa. Lo vemos en hockey sobre hielo, en balonmano…”. Dijo que el mundo olímpico condena la invasión rusa a Ucrania y al mismo tiempo aseguró que el deporte tiene que dar ejemplo y tiene que servir de inspiración para el diálogo y la solución de los problemas.

Las recomendaciones detalladas este martes conciernen a pruebas -europeos, mundiales, circuitos internacionales- del futuro más inmediato. No se ha decidido nada sobre los Juegos de París 2024 (los únicos sobre los que el COI tiene potestad para excluir o admitir). Algo que se esperaban en el mundo federativo. La idea es que de alguna manera se empiece a dejar participar a rusos y bielorrusos para ver cómo reaccionan los países y dejar para más adelante las decisiones definitivas. Así lo confirmó Bach: “No sabemos qué pasará mañana, ni la semana que viene, por lo que no es apropiado tomar una decisión ahora sobre 2024 y 2026. Vigilaremos la situación y más adelante decidiremos”. Recordó que el fondo de solidaridad olímpico destinó 7,5 millones de dólares para ayudas a deportistas ucranios. Sigue vigente la recomendación de no organizar eventos deportivos en Rusia y Bielorrusia ni de invitar o acreditar a eventos internacionales funcionarios de ambos paises.

Bach, contestado hace pocos días en un encuentro en Alemania por centenares de refugiados ucranios, insistió que ningún deportista puede ser discriminado por su pasaporte. Que el movimiento olímpico se solidariza con el pueblo de Ucrania, que condena la guerra, pero que no se puede politizar el deporte. Aseguró, asimismo, que se encontrarían las pautas a seguir “apropiadas” para la vuelta de los atletas rusos y bielorrusos en pleno proceso clasificatorio para los Juegos de París 2024. Es lo que le han estado reclamando las Federaciones Internacionales, que aclarara cómo se define un deportista “neutral”. ¿Sin uniforme de su país? ¿Sin himno? ¿Sin bandera? ¿Con una manifestación explicita o una declaración escrita que está en contra de la guerra? ¿Y cómo hacer eso en un país donde está penado con la cárcel manifestarte en contra de la guerra de Putin y donde el servicio militar es obligatorio y donde la mayoría de los deportistas pertenecen a las Fuerzas Armadas?

El COI ha dejado en manos de las federaciones internacionales las decisiones a tomar. En la de esgrima, por ejemplo, ha habido un cisma porque, después de que se aprobara la vuelta de rusos y bielorrusos, varios países de los que albergan competiciones internacionales se han negado a organizarlas. Un miembro de una de esas federaciones internacionales cuenta a este periódico que todas intentarán ir unidas y adoptar el mismo criterio, pero que no es sencillo, por los intereses y juegos de poder. Y menos cuando se trata de deportes de equipo. Porque, argumenta, allí es más complicado definir la neutralidad, ahí sí se representa a un país y no cada uno a sí mismo. Otra persona cuestionada por la decisión del COI asegura que hay que evitar que haya boicots -los países nórdicos sí están presionando- y que no se puede esperar a que el conflicto termine -“tiene pinta de que se alargará”- sino que hay que “encontrar soluciones para salir del paso”.

En la víspera de la reunión de este martes, Bach escuchó por videoconferencia a los presidentes de las federaciones internacionales para testar su sentir y sus inquietudes respecto a la vuelta de los deportistas rusos y bielorrusos y en qué condiciones. En la charla participó también una responsable de Naciones Unidas que, según algunos testigos, hizo hincapié en qué pasa cuando, dando por sentado que todos condenan la guerra y la invasión rusa de Ucrania, eso choca con los derechos individuales de las personas. Eso es, en este caso, de cada deportista a poder competir. La voluntad clara del COI es que los atletas rusos y bielorrusos vuelvan a competir.

En febrero del año pasado, cuando Rusia invadió Ucrania, su comité ejecutivo recomendó que las federaciones internacionales no invitaran ni permitieran la participación de atletas y funcionarios rusos y bielorrusos en competiciones internacionales. Eso fue primero porque los deportistas ucranianos no podían siquiera entrenar bajo las bombas, segundo porque no se podía garantizar la seguridad y la integridad de competiciones y participantes. Once meses después, el pasado mes de enero, el comité ejecutivo aseguró que, en aras del respeto de la carta olímpica -los Juegos Olímpicos son competiciones entre atletas, en pruebas individuales o por equipos, y no entre países- que había que encontrar una fórmula para que los atletas rusos y bielorrusos volvieran a la competición.

Había, según aquel comunicado, que “respetar los derechos de todos los deportistas a ser tratados sin discriminación alguna”. Se insistía que “los Gobiernos no deben decidir qué atletas es pueden participar. A ningún atleta se le debe impedir competir solo por su pasaporte”. Por lo que, prosiguió, “se debe explorar más a fondo un camino para su participación bajo condiciones estrictas”. Eso es: como atletas neutrales y representándose a si mismos.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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