Alcaraz tira el muro de Auger-Aliassime
El número dos impone su valentía ante el canadiense, al que todavía no había batido (doble 6-4), y se medirá en semifinales con Sinner (6-4, 4-6 y 6-4 a Fritz)
La vida pirata es la vida mejor, predica Carlos Alcaraz con ese tenis de rompe y rasga, permanentemente al abordaje el español para desasosiego y desesperación de sus rivales. Le toca esta vez a Félix Augger-Aliassime, hasta ahora un muro infranqueable, enquistado, 3-0 a su favor pero derribado finalmente con un ejercicio de demolición soberbio: doble 6-4, tras 2 horas. Es decir, el de El Palmar se saca la espinita, resuelve una asignatura pendiente y desembarca pletórico en las semifinales de Indian Wells, en las que chocará este sábado (hacia las 23.30, Movistar Deportes) con otro talento natural, de cuño italiano aunque de perfil más bien nórdico; más científico, menos virtuoso, pero igualmente un portento. Su nombre es Jannik Sinner, verdugo del último campeón en California, Taylor Fritz (6-4, 4-6 y 6-4).
El Paraíso del Tenis, así le llaman, asiste este viernes a la máxima expresión de Alcaraz; esto es, vértigo, potencia, un repertorio de golpes delicioso y piernas, más y más piernas. Le sobran cilindros y disfruta deslizándose, como si fuera de goma. “Está en todas partes”, dice asombrado el locutor de la ATP, mientras los gerifaltes del organismo siguen frotándose las manos porque el murciano, el producto, con mayúsculas, está intacto y barrunta otro golpe sobre la mesa esta temporada, en la que visto lo visto, él, Novak Djokovic, Daniil Medvedev y quién sabe si Rafael Nadal –dependiendo de lo dictamine su cuerpo–, van desmarcándose del resto con jerarquía y paso militar.
El serbio enlazó 15 victorias hasta que le detuvo el ruso en Dubái; el moscovita, citado en la otra semifinal (21.00) con Frances Tiafoe, encadena 18 y tres títulos, recuperando poco a poco el nivel y esa capacidad intimidatoria que perdió tras el sopapo recibido el curso pasado en Australia; y apenas tres semanas de competición le han bastado a Alcaraz (19 años) para dispararse de nuevo –12 triunfos y una sola derrota, a raíz esta de la lesión en el isquio que sufrió contra Cameron Norrie en la final de Río– y asomar otra vez como la gran amenaza para todos, torrente imparable, enérgico y desbordante, una verdadera bendición para el espectador.
En tiempos de monotonía, su propuesta garantiza espectáculo y prescinde de la especulación. Quiere, y va a por ello todo el rato. No mira atrás ni titubea: Auger-Aliassime, objetivo abatido.
“Sí, ganarle a un gran jugador como él, y jugando como he jugado… Estoy realmente contento con mi nivel. Pero ahora, a seguir”, se expresa en la sala de conferencias, después de ofrecer un maravilloso recital de movilidad y voleas que termina con la imbatibilidad de Auger-Aliassime, erguido hasta el final, sin dar el brazo a torcer, estupendo proyecto de presente y futuro. Pese a la erosión y la corrosiva ofensiva de Alcaraz, erre que erre –12 minutos se dilata el juego que le proporciona el primer break–, el canadiense no se ha inclinado hasta el pelotazo definitivo. No le faltan velocidad ni actitud, pero esta vez el entorno y las circunstancias eran bien distintas.
CARLOS. ALCARAZ. @carlosalcaraz | #TennisParadise pic.twitter.com/mJXREeDrF0
— ATP Tour (@atptour) March 17, 2023
“Estaba muy concentrado. He intentado devolver cada resto, ser agresivo y atacar sus segundos servicios; he tratado de jugar desde el fondo y hacer mi juego. No le había roto el saque hasta hoy…”. Fecha en la que lo consigue tres veces, una en el primer parcial y otras dos en el segundo, después de un intercambio de golpes y de sortear la franja más tensa, cuando el canadiense (22 años y 10º del mundo, un cañón) se ha revuelto y, orgulloso, ha contragolpeado. Sin embargo, acaba cediendo al acoso. Cada devolución del español va cargada de intención y mala leche, y al final, de tanto percutir, el muro termina abriéndose. Cierra Alcaraz con 26 ganadores y solo 16 errores, y con un 81% de puntos retenidos con los primeros servicios; 69% de efectividad en la red, por donde se dejar ver 16 veces.
El clásico que viene
“He disfrutado”, afirma. “Lo más importante es tener una buena derecha”, matiza cuando se le pregunta por las dejadas. “Así tiras hacia atrás al rival, y en ese instante es cuando puedes hacerlas. Tienes que hacer que se defienda y, entonces sí, se la tiras”, continúa el número dos, a un par de victorias de recuperar el uno que perdió el 30 de enero y de vuelta en las semifinales. El año pasado le rindió Nadal, ausente, y ahora encara otro baile con Sinner, el pelirrojo de hielo que pelotea con el aplomo de los veteranos, a un paso de regresar al top-10, territorio que ya conoce. “Incluso aunque no sonría, me divierto”, dice el italiano, criado en las montañas del Tirol del sur.
Este viernes reduce a Fritz –con una producción del 80% con los primeros saques– y enfila hacia Alcaraz. En el particular entre ambos, tablas: 2-2. La última referencia es el partidazo que brindaron en los cuartos del US Open, donde venció el español, y retrocediendo cronológicamente se encontraron en la final de Umag (Sinner), los octavos de Wimbledon (también el italiano) y hace dos años en la segunda ronda de París-Bercy, superior ese día el español. Sinner, de 21 años y 13º de la ATP, es otro de los grandes talentos de la nueva generación y está llamado a protagonizar una hermosa rivalidad con el prodigio de El Palmar, de nuevo en ebullición.
RYBAKINA, DURA PRUEBA PARA SWIATEK
Este viernes se disputarán las semifinales femeninas, en las que confluyen cuatro de las mejores jugadoras de la actualidad. La polaca Iga Swiatek, gobernadora actual de la WTA, batió con autoridad a Sorana Cirstea (6-2 y 6-3) y afrontará una prueba de máxima exigencia (no antes de las 2.00, Teledeporte y Dazn) ante la kazaja Elena Rybakina (7-6(4) 2-6 y 6-4 a Karolina Muchova).
Previamente, no antes de las 23.00, se enfrentarán Aryna Sabalenka y Maria Sakkari. La bielorrusa, que apeó a Coco Gauff en los cuartos dirimidos el miércoles, conquistó el Open de Australia en enero y se presenta como favorita ante la griega, una de las competidoras más regulares del circuito.
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