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Isco, el llamado heredero de Iniesta es hoy un futbolista en paro

El exmadridista, en declive desde 2018, rescinde su contrato con el Sevilla a los cuatro meses y tras una bronca con Monchi

Isco Sevilla
Isco recibe instrucciones de Sampaoli en el duelo ante el Copenhague, donde marcó su único gol como sevillista en 19 partidos.DPA vía Europa Press (DPA vía Europa Press)
Rafael Pineda

Unos 12.000 aficionados recibieron a Isco Alarcón (Benalmádena, Málaga; 30 años) en su presentación como nuevo jugador del Sevilla en un festivo Ramón Sánchez Pizjuán el pasado 10 de agosto. Algo más de cuatro meses después, el equipo andaluz anunció la rescisión de contrato del futbolista madrileño, que llegaba hasta 2024. Isco ya es un jugador libre, en paro. Su paso por el Sevilla es un fracaso y ha finalizado después de una monumental bronca con Monchi, el director deportivo. A partir de ese incidente ocurrido a principios de diciembre, cuando ambos estuvieron a punto de llegar a las manos delante de jugadores y cuerpo técnico, el club decidió desprenderse del que había sido su fichaje más ilusionante. Isco se dejó ir en sus últimas semanas como sevillista. Apenas se entrenó por unas molestias en su tobillo izquierdo e incluso algunas voces deslizan que llegó con sobrepeso después de las vacaciones que concedió el cuerpo técnico tras el parón liguero por el Mundial de Qatar.

Un cuerpo técnico donde ya no estaba Julen Lopetegui, su gran valedor en el Sevilla, y sí un Jorge Sampaoli que había pedido su salida al club. Pero las causas del declive futbolístico de Isco tienen mucho que ver también con sus últimas temporadas en el Madrid. A partir de 2018, el futbolista destinado a heredar el trono de Iniesta en la selección española protagonizó una aguda caída.

El Madrid fichó en 2013 a un mediapunta de enorme talento del Málaga. Un Isco que había sido nombrado Golden Boy (mejor joven de Europa) en el club andaluz en 2012. El Madrid pagó 30 millones de euros por un futbolista de 21 años de una calidad incontestable, que había superado los recelos del Valencia, su club de origen, donde había dudas en torno a su capacidad física y vio con buenos ojos que el Málaga pagara los seis millones de su cláusula.

En el equipo de la Costa del Sol formó parte de un grupo histórico, liderado desde el banquillo por Manuel Pellegrini y que alcanzó los cuartos de final de la Champions. Ya en el Madrid, Isco ofreció siempre detalles de una enorme calidad. Jugó más de 30 partidos por temporada con técnicos como Carlo Ancelotti en su primera etapa, Rafael Benítez o Zidane. Con este último encontró, además, su posicionamiento como una estrella después de encontrar dificultades para acomodarse en el sistema de la BBC (Bale, Benzema y Cristiano) o de que Benítez no apostara por él.

El Isco que emerge en las temporadas 2016-17 y 2017-18 es un jugador que alcanza grandes cotas de protagonismo, hasta el punto de ser titular en la final de la Champions de 2018 ante el Liverpool, donde el Madrid logró su 13ª Copa de Europa. Se había ganado su renovación en 2017 a cambio de cinco millones anuales.

La caída de Isco en el Madrid llega justo tras su mejor momento. En el verano de 2018 la mayoría de los analistas lo sitúan como el heredero de Andrés Iniesta. Con el reconocimiento del entonces seleccionador nacional, Julen Lopetegui, es el líder de una España que, sin embargo, cae en octavos del Mundial ante Rusia con Isco como estandarte. Poco después, se reencuentra con Lopetegui en el Madrid y todavía firma algún partido importante. En ese curso 2018-19, los síntomas de su caída futbolística se entienden como consecuencia de su mala relación con Santiago Solari, el nuevo entrenador. A Isco se le abre incluso un expediente en marzo de 2019 por indisciplina.

A la llegada de Zidane al club blanco, este intentó rescatarlo de nuevo y le dio oportunidades, pero Isco ya no volvió a ser el mismo de antes. Las dos últimas campañas en el Madrid muestran a un futbolista devaluado, con pocos minutos y un papel secundario. “Me lo he pasado de puta madre”, afirmó el jugador tras confirmarse su salida del Madrid, donde fue parte de una generación que conquistó cinco Champions.

Monchi, que era reticente al fichaje, acabó por ceder a las presiones de Lopetegui después de que nadie apostara por él. Con un precio asequible y como guinda a la planificación, el director deportivo decidió acometer la operación. Tras 19 partidos y solo un gol, Isco fue protagonista con Lopetegui. Cuando el vasco fue destituido, su fútbol cayó en picado, tanto como el de un equipo en puestos de descenso..

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