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La FIA sospecha que Red Bull superó el límite presupuestario la pasada temporada

El equipo energético se arriesga a una sanción ejemplar si las pesquisas confirman que en 2021 excedió el tope de 145 millones de euros

Max Verstappen después de la clasificación del GP de Singapur este sábado.
Max Verstappen después de la clasificación del GP de Singapur este sábado.TOM WHITE (EFE)
Oriol Puigdemont

El título de campeón del mundo de Max Verstappen le puede salir carísimo a Red Bull. El equipo energético, que entró en trance en aquel apoteósico último gran premio de la temporada pasada, en Abu Dabi, está bajo la lupa de la Administración de Contención de Gastos de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), que tiene la sospecha de que la marca del búfalo rojo superó el límite presupuestario de 145 millones de euros que entró en vigor en 2021. La resolución de las pesquisas, que debería ver la luz en los próximos días, puede traer consecuencias de una magnitud colosal para la escudería de Milton Keynes (Gran Bretaña) y para otra que, se entiende, también rebasó el tope. En el paddock instalado en Singapur, estos días no se habla de otra cosa que de la dimensión de las sanciones que les pueden caer a los presuntos infractores. Según parece, uno de ellos se habría pasado de forma leve, esto es, en menos de un 5%. Todo apunta a que el responsable de este desliz es Aston Martin. En este supuesto, el reglamento establece “una multa de naturaleza económica, que dependerá de cada caso, o una sanción deportiva mínima”. Red Bull, en cambio, habría ido mucho más allá, y se expone a la pérdida de puntos en el Mundial de constructores, o incluso a la exclusión del campeonato.

Como era de esperar, los equipos que rivalizan con Red Bull fueron inmisericordes cuando se les preguntó por la presunta irregularidad. Por el contrario, los responsables de la estructura campeona no solo tiraron balones fuera, sino que incluso llegaron a amenazar con tomar medidas por daños a su imagen. “No es casualidad que eso salga a la luz precisamente cuando Max tiene su primera bola de partido”, ironizaba Christian Horner, director de Red Bull, desde el circuito urbano de Marina Bay. “Es inaceptable que estemos escuchando comentarios difamatorios, no solo contra nosotros, también contra nuestros patrocinadores e incluso contra la F1″, añadía el expiloto, reciclado a ejecutivo, antes de asegurar: “Tengo la certeza de que nuestro inventario está por debajo del límite”.

Mucho menos condescendientes y más directos se han mostrado en las últimas horas sus homólogos de Ferrari y de Mercedes. Sobre todo, en el caso de la compañía alemana, que todavía maldice la apoteósica clausura del último curso, aquella que Lewis Hamilton definió como “manipulada” por la intervención del Director de Carrera, posteriormente despedido. “Es gracioso que Christian diga eso, porque [Red Bull] está siendo investigado desde hace meses. A lo mejor no habla con su responsable de finanzas”, ironizaba Toto Wolff, jefe de Mercedes. “Todos hemos sido investigados diligentemente. Y, por lo que entendemos, hay un equipo que ha cometido una infracción menor, y otro que ha sobrepasado masivamente los márgenes establecidos”, relataba el austríaco, que lleva años dándose cera con Horner a través de los medios de comunicación. Preguntado por la magnitud de la presunta falta, Wolff, lógicamente, le dio una trascendencia descomunal de confirmarse. “Es algo gordo, muy gordo. Nosotros estamos utilizando piezas usadas y dejando de incorporar mejoras [para respetar la normativa]”, prosiguió el gerifalte de las Flechas de Plata, que apeló a la crueldad del proceso de contención de gastos que su compañía aplicó. “Despedimos a más de 40 personas, que echamos mucho de menos. No sé cuántas decenas de millones tuvimos que reestructurar, y cada uno de ellos es una gran desventaja”, apostilló Wolff, que sostiene que si Red Bull se pasó de la raya en 2021, se beneficiará de ello este año y también el que viene.

“Ya no es ningún secreto que dos escuderías transgredieron el límite de presupuesto fijado para 2021; uno de largo y el otro, por una cantidad menor”, intervino Laurent Mekies, director deportivo de Ferrari. “Consideramos esto como algo muy serio, y esperamos que la FIA maneje la situación de manera ejemplar”, lanzaba al aire el ingeniero, con la clara intención de intentar meter presión al organismo regulador, que tiene entre una papeleta tremenda, una carpeta que debe manejar como si se tratara de nitroglicerina. Para tratar de rebajar la excitación, la FIA mandó un comunicado en el que declaraba ser consciente de las especulaciones surgidas, e invitaba a toda la comunidad a esperar a las conclusiones. El veredicto que salga del análisis tendrá una gran relevancia. Si queda probado que Red Bull vulneró el límite presupuestario de forma grosera, habrá que ver qué penalización recibe, porque eso seguramente marcará el camino que seguirán los equipos que sí contuvieron su inversión para entrar dentro del reglamento.

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