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El club maldito de los 100 millones

Muchos de los 10 fichajes que traspasaron la cifra más simbólica del mercado del fútbol no han cumplido con las expectativas de su enorme inversión

Neymar Júnior.
Neymar Júnior.FRANCK FIFE (AFP)
Diego Torres

Cuando hace un mes el agente Mino Raiola recibió al enviado de Tuttosport en su majestuosa oficina con vistas a la bahía de Monte Carlo para anunciar que Paul Pogba era un desgraciado, al fútbol se le cayó otro jirón del decorado que la peste ha expuesto a las inclemencias. “Paul es infeliz en el Manchester United”, dijo Raiola; “ya no puede rendir como debe ni como se espera de él. Tiene contrato hasta 2022 pero creo que la mejor solución sería que se vaya cedido en el próximo mercado”.

El mercado del que habla Raiola comienza a operar en enero sin que nadie manifieste ningún interés por el que fuera su cliente más cotizado: 105 millones de euros pagó el United por Paul Pogba en el verano de 2016. Presentado con un aparato propagandístico digno de superproducción de Disney, el fichaje pretendió definir el comienzo de una era gloriosa en Old Trafford. Pero Pogba, como Bale, Neymar, Mbappé, Coutinho, Dembélé, Cristiano, Hazard, Griezmann o João Félix, los diez futbolistas que costaron más de 100 millones, traspasó el umbral de un laberinto.

“Los equipos grandes han pagado unas cantidades que superaron el valor real de los jugadores”, admite un exdirectivo del Barcelona que prefiere el anonimato, y que señala el movimiento exacto que provocó la ola inflacionista. “El PSG rompió la armonía fichando dos jugadores: Neymar y Mbappé. Y eso provocó la reacción de los seis o siete equipos que compiten por la Champions. Si el PSG no actuaba, los otros tampoco habrían llegado a esas cantidades”.

En 2017 los jeques de Catar, dueños del PSG, desencadenaron un frenesí consumista que contribuyó a distorsionar la relación entre precio y rendimiento, valor deportivo y valor económico. Pero las bases de la disociación ya estaban sentadas por el aumento exponencial de los derechos audiovisuales. Daniel Levy, presidente del Tottenham, asegura que él fue el primer beneficiario del fin del tabú, el día que vendió a Gareth Bale al Real Madrid por más de 100 millones de euros —el portal especializado Transfermarkt informa de que fueron 101— en septiembre de 2013.

A Bale lo siguió Pogba, vendido por la Juventus al United en 2016, preámbulo del verano más caliente, en 2017, cuando el PSG compró a Neymar por 222 y a Mbappé por 180, mientras el Barça pagaba 120 más 40 en variables por Coutinho y 105 más 40 en variables por Dembélé. En 2018 la Juventus contrató a Cristiano por 117; y en 2019 el Barça fichó a Griezmann por 120, el Madrid a Hazard por 115, y el Atlético a João Félix por 127.

“Ni yo ni nadie nos podíamos imaginar que pagaríamos 100 millones por un jugador”, dice Enrique Cerezo, el presidente del Atlético. “Lo que pasa es que las circunstancias cambian. Nosotros antes ingresábamos como mucho 50 millones de euros y ahora estamos en 400. Esa diferencia es la que nos da pie a poder arriesgarnos para hacer un fichaje por 100 millones o por 127”.

“Hace dos años te decían que gastar más de 100 millones en João Félix era una locura”, recuerda Cerezo. “Corres un riesgo, pero el muchacho acaba de hacer 20 años, y cuanto más joven es el jugador, más posibilidades tienes de amortizarlo si sale mal. Y si sale bien... consigues algo muy difícil de tener. Porque es difícil encontrarte dentro de tu equipo un chico como Fernando Torres, Messi o Cristiano. Si quisiéramos poner en el mercado ahora a João Félix nos darían 150 millones. Solo está al alcance de ocho o diez equipos”.

Un técnico que se especializa en tasar jugadores para una empresa con sede en Londres que asesora a clubes, ligas y televisiones, opina con la condición de que no se cite su nombre: “Bale, Coutinho y Dembélé no valen más de 100 millones; los demás sí. En el caso de João Félix, es muy probable que conserve su valor de mercado, a pesar de la pandemia, porque tiene 20 años. Salvo accidente jugará a su máximo nivel hasta 2030”.

“Un problema de ego”

De los diez fichajes que costaron 100 millones o más, el portugués es el único que conserva su precio intacto. El resto ofrecen un registro de frustraciones bien pagadas. Comenzando por el pionero, Gareth Bale. Cedido el verano pasado al Tottenham, que, según The Telegraph, solo le abona la mitad de los 670.000 euros semanales que cobra del Madrid en virtud de un contrato que vence en 2022, el galés se convirtió, con solo la mitad de su salario, en el empleado mejor remunerado del club de Londres, aunque su rendimiento resulta casi testimonial. Bale ha sido titular en un solo partido de Premier, competición en la que suma un tanto.

El paso de Bale por el Madrid tuvo un desenlace sombrío. Pero sus cuatro Champions deslumbran en el contraste con las trayectorias de sus sucesores en el viaje al más allá de los 100 millones. Pogba solo ha ganado una Copa de la Liga y una Liga Europa con el United. El peregrinaje de Neymar por los campos de Francia resulta también accidentado. Kylian Mbappé no lo mejora. El magnífico delantero francés solo ha marcado un gol en los nueve partidos de eliminatorias de Champions que ha disputado con el PSG, club que confunde la quimera del título de campeón de Europa con su razón de ser. No son más afortunados los avatares de Dembélé, Coutinho y Griezmann en el Barça, o de Hazard en el Madrid.

“Pagar más de 100 millones por un jugador supone un problema para su rendimiento porque altera el equilibrio de egos”, señalan desde la dirección deportiva de uno de los clubes históricos de la Liga. “Principalmente afecta al ego del futbolista que cuesta esa cantidad, que siente que tiene unos privilegios adquiridos; y luego afecta al ego de los compañeros, que se sienten discriminados. Lo ves en Neymar, que, con todo lo pasota que es, parece agobiado por la exigencia. Y, salvando las distancias, lo ves en situaciones análogas en otras categorías. Por ejemplo, en Stuani, que cobra tres veces más que el compañero que más cobra en el Girona, así es que, o mete un gol en cada partido o tiene un problema”.

13 récords desde 1986

La barrera de los 100 millones reproduce la idea del fichaje récord, la línea que separó lo posible de lo imposible, lo prudente de lo temerario, y lo pudoroso de lo impúdico en el mercado del fútbol. Quienes gozaron del privilegio de romper el molde de la cotización, rara vez cumplieron con las expectativas en el campo de juego. Donadoni (1986), Baggio (1990), Vialli (1992), Shearer (1996), Ronaldo (1997), Denilson (1998), Vieri (1999), Figo (2000), Zidane (2001), Cristiano (2009), Bale (2013), Pogba (2016) y Neymar (2017) fueron sucesivamente quienes batieron el traspaso récord en los últimos 35 años. Solo cuatro ganaron el Balón de Oro por lo que hicieron en el campo tras la compraventa: Figo, Roberto Baggio, Ronaldo Nazario y Cristiano Ronaldo.

Cristiano ha sido el jugador de más de 100 millones que mejor se manejó en la presión. A sus 35 años, su promedio anotador en la Juventus ronda el gol por partido. Pero la Juventus le fichó para ganar la Champions y desde 2018 el equipo no solo manifiesta una crisis de identidad futbolística. También ha mostrado su versión menos competitiva de la década. Después de 14 jornadas disputadas, marcha sexto clasificado de la Serie A, a diez puntos del Milan.

“No conozco a nadie de ningún club de fútbol que cuando pague una cantidad por un jugador piense que van a perder dinero”, dice Cerezo. “Es como cuando haces una película. Siempre piensas que, como mínimo, vas a recuperar la inversión”.

El verano de 2020 se cerró sin fichajes de más de 100 millones de euros. La covid amenaza con secar el río. “Ahora la gran mayoría de los clubes tienen problemas para afrontar sus pagos”, dice el exdirigente del Barça consultado. “Pero hay clubes que, gracias a los ingresos derivados de la Champions, harán operaciones. No creo que paguen más de 100 millones, pero pagarán 60, 70 u 80”.

En el marco de prosperidad de los años previos a la pandemia, los clubes que pagaron 100 millones casi siempre recuperaron la inversión gracias al auge de la publicidad y los derechos de televisión. Los futbolistas señalados también se hicieron inevitablemente ricos. Pero, generalmente, o jugaron mucho peor de lo esperado o no ayudaron a sus equipos a mejorar. El caso del Barça con Griezmann, Coutinho y Dembélé es el mejor ejemplo.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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