_
_
_
_
_

Justin Torres, el escritor ‘queer’ que ha conquistado la cima literaria de Estados Unidos con un libro inspirado en ‘Pedro Páramo’

El autor estadounidense ganó recientemente el National Book Award con ‘Blackouts’, su segunda novela

Justin Torres
El novelista Justin Torres en su casa de San Francisco, California.Liz Hafalia (EL PAÍS)
Luis Pablo Beauregard

La novela ganadora del National Book Award nació en una caja llena de libros. Justin Torres, el autor de Blackouts, trabajaba en Modern Times, una extinta librería de San Francisco, cuando tuvo que descargar un donativo. “Parecía que eran los libros de alguien que había muerto recientemente. Casi todos eran novelas, pero entre estos había un extraño libro de sexología, un texto médico que simplemente me voló la cabeza”, asegura Torres, quien leerá un fragmento de su obra este jueves en un evento gratuito en el Museo Hammer de Los Ángeles. Aquel documento era Sex Variants, un estudio publicado en 1941 donde los investigadores George Henry y Jan Gay publican uno de los primeros tratados sobre la identidad queer en Estados Unidos y varios años antes de que vieran la luz los célebres informes realizados por Alfred Kinsey.

El hallazgo hizo que Torres, un escritor queer de 44 años nacido en Nueva York, se preguntara por el curioso lector, que tenía entre sus propiedades esta investigación a 40 hombres y 40 mujeres iniciada en 1935 y que debía ser buscada, pues era apenas disponible para miembros de la comunidad médica. “Fue fascinante toparme con esto y conocer a la gente que voluntariamente expuso todo sobre sí mismos, sus vidas sexuales, sus cuerpos. Su deseo fue cambiar la narrativa que había alrededor sobre lo queer, aunque algunos de ellos sí querían ser curados”, señala Torres. Sex Variants era una prueba empírica de la historia clínica y de criminalización a la que ha sido sometida parte del colectivo LGTBIQ.

Así nació Juan, uno de los personajes de Blackouts, que será publicada en España por Random House en septiembre. Es un hombre mayor que se marchita dentro de una residencia en una ciudad desértica sin nombre. Su vida transcurre entre recuerdos, que son traídos al presente por un narrador anónimo que se ha presentado en el lugar para tratar de interrogar a Juan sobre los dos misteriosos tomos que descansan sobre un viejo radiador. Son dos volúmenes de Sex Variants que tienen muchas partes censuradas con tachones negros, lo que da al libro uno de los significados de su título.

La prosa de Torres está cargada con una energía erótica y una tensión sexual permanente. Esto es una postura sobre los tiempos pacatos que corren, donde el gozo sexual es un placer reprimido. “Me gustaría ver más descripciones de sexo, y sobre todo de ese sexo que no es seguro o que necesita un sello de aprobación de los censores de lo correcto, ya sea que vengan de la izquierda o de la derecha. Espero que la próxima generación se dé cuenta de lo raros que han sido estos tiempos y traiga de vuelta el amor libre”, ríe el autor, quien no teme a la polémica.

La obra ha sido premiada en Estados Unidos en un momento especialmente conservador. Aunque Torres se ha movido siempre por los liberales polos del país, los medios estadounidenses están repletos de noticias sobre censura a obras literarias y de autoridades tratando de regular los cuerpos de las mujeres y de las personas trans. Torres recibió su premio en una ceremonia que tuvo un gran momento político. Los ganadores leyeron un mensaje conjunto sobre la Guerra entre Israel y Hamás, que ha dejado miles de víctimas inocentes dentro de la Franja de Gaza. “Me pareció un mensaje muy balanceado. Si hubiera dicho algo por mi parte, creo que me hubiera concentrado mucho más en la disparidad de la violencia y me hubiera enfocado en la larga ocupación israelí. Habría dicho algo mucho más controvertido”, asegura.

El jurado del National Book Award ha destacado la “complejidad estética, multiplicidad y la belleza” de las imágenes creadas por Torres. El autor elabora una historia que corrige el borrado que la gente queer sufrió por décadas. No solo lo hace a través del personaje de Juan, sino de la estadounidense Jan Gay, una de las autoras del tratado y discípula del sexólogo Magnus Hirschfeld en el Instituto de Investigación Sexual de Berlín, un centro que desarrolló conocimiento hasta que los nazis saquearon el lugar y quemaron los libros. “La investigación inició por completo gracias a Jan Gay y su activismo para tratar de replicar lo que aprendió de Hirschfeld, de una sexología de la liberación y de cambiar las actitudes negativas de la sociedad, pero un comité le arrebató todo y se pusieron en su contra. Ella odió el resultado final a pesar de haber sido parte central”, dice Torres a través de la charla por Zoom.

Blackouts es el segundo libro de Torres y llega 12 años después de Nosotros los animales (2011). Su debut literario, una novela basada en sus recuerdos de infancia y en la tóxica relación de sus padres, fue muy bien recibida por la crítica. Tuvo también una adaptación cinematográfica estrenada en el festival de Sundance. Significó también el rompimiento con un pasado lleno de agobios económicos y de empleos de poca monta. Fue el inicio de las giras por el circuito de escritores de Estados Unidos, adonde se le presentaba como una de las nuevas voces latinas más interesantes publicando en Granta, The New Yorker, Harper’s, entre otras revistas. Se acabaron los empleos en librerías. Torres pasó al mundo de la academia, donde se convirtió en becario en las universidades de Stanford y Harvard. Hoy es profesor asociado de la Universidad de California en Los Ángeles.

El largo periodo entre los libros le permitió prepararse para lo que iba a ser una muy esperada segunda novela. “Creo que me tomé mucho tiempo para desarrollar un estilo de escritura y mis referencias literarias. Necesitaba expandirme”, afirma Torres. Entre las deudas que salda en Blackouts están las influencias que han auxiliado a explorar su camino como escritor. Sus personajes citan a Rimbaud, a Pedro Páramo, a Jean Genet a Tennesee Williams, Anna Freud y Oscar Wilde.

El jurado ha reconocido la enorme influencia que ha tenido sobre la novela El beso de la mujer araña, el clásico de 1976 del argentino Manuel Puig, donde un militante contra la dictadura y un homosexual conversan largamente dentro de una celda. Torres reconoce también la gran deuda que tiene con el libro más famoso de Juan Rulfo. “Uno de los motivos por el que Pedro Páramo se ha quedado tanto tiempo conmigo es por su forma de narrar a través de una viñeta polifónica. La historia son voces que constantemente se están apagando y creo que eso pone un gran énfasis sobre la comunidad. Aunque trata de contar la historia de su padre, termina por contar una que afectó a muchos otros”, indica Torres.

En su búsqueda de estilo, Torres redobla la apuesta por contar una historia en fragmentos. Las viñetas permitieron a los lectores asomarse a su infancia de una forma poética en Nosotros los animales. Ahora le permiten colapsar el tiempo. “No estás leyendo para saber qué pasa más adelante, sino lo que está pasando ahora. Es una relación muy diferente con el tiempo, pues en muchas ocasiones el pasado, el presente y el futuro están en capas dentro de una viñeta”, indica el autor. De aquí se desprende otros de los significados del libro: los recuerdos que aparecen en la memoria después de un tiempo en la oscuridad. “Tienes un momento que te lleva a otro, pero que no están asociados en tiempo ni cronología, pero es la siguiente que salta y sale a la superficie”, añade el autor. Los recuerdos que han aflorado en los dos personajes creados tienen un diálogo contra el olvido.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.
Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_