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Scotland Yard descarta que la muerte de Sinéad O’Connor se deba a un crimen

La investigación confirma que el fallecimiento de la cantante irlandesa fue en Londres y que no hay terceras personas implicadas

Flores y una fotografía de la cantante Sinéad O'Connor, fallecida el miércoles, a las puertas de su casa en Bray (Irlanda). Foto: DAMIEN STORAN (REUTERS) | Vídeo: EPV

La muerte de la cantante irlandesa Sinéad O’Connor no está siendo investigada como “sospechosa”, ha informado este jueves Scotland Yard, que ha confirmado que la artista, de 56 años, falleció en su casa de Londres. Cuando la policía emplea ese término, significa que no considera que haya terceras personas implicadas, ni indicios de criminalidad, por lo que lo único que resta ahora es determinar las causas del fallecimiento. Un portavoz de Scotland Yard ha explicado que recibieron una llamada a las 11.18 del miércoles, 26 de julio (una hora más en la España peninsular), alertando del hallazgo de una mujer inconsciente en una residencia al sur de la capital británica. La llegada de los agentes a la propiedad, en la zona de Herne Hill, entre las populares áreas de Brixton y Dulwich, solo sirvió para ratificar el óbito.

La noticia no se conoció hasta última hora de la tarde, cuando la familia la hizo pública a través de un comunicado en el que pedía respeto a su intimidad. En las últimas semanas, O’Connor, que saltó al estrellato en 1990 con su versión del tema Nothing Compares 2 U, había compartido en sus redes sociales que acababa de instalarse de nuevo en Londres, la ciudad a la que llamaba su “hogar” y a la que se había mudado desde Dublín en 1985, con 19 años. Fue en la capital donde, solo dos años después, obtuvo su primera oportunidad en la industria musical, con la publicación de su primer disco, The Lion and the Cobra.

La policía ha confirmado que habrá un informe de un juez, si bien los medios británicos consideran que será necesaria primero una autopsia, al tratarse de un fallecimiento repentino. La muerte de la cantante irlandesa ha generado un torrente de tributos de destacadas figuras de la industria musical, como Annie Lennox, Chrissie Hynde, líder de The Pretenders; o Morrissey, excantante de The Smiths, quien fiel a su controvertida reputación, reprochó los homenajes a O’Connor por parte de aquellos a quienes acusó de no haberla ayudado cuando lo necesitaba.

También ha habido reacciones en la política, empezando por el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, quien calificó la noticia de “totalmente devastadora”. La cantante, no obstante, siempre tuvo una relación complicada con su país de origen, donde vivió algunas de las experiencias más traumáticas de su vida, desde los abusos físicos sufridos de niña por parte de su madre, hasta los 18 meses que, cuando contaba con 15 años, pasó en las llamadas Lavanderías de la Magdalena, las instituciones católicas en las que se recluía a las jóvenes consideradas “caídas”.

Dos fans de Sinead O'Connor rinden homenaje a la cantante en el exterior de su casa en Bray (Irlanda).
Dos fans de Sinead O'Connor rinden homenaje a la cantante en el exterior de su casa en Bray (Irlanda).DAMIEN STORAN (REUTERS)

Desde prácticamente los primeros lances de su carrera, O’Connor fue una de las voces más críticas contra la Iglesia católica, en una época en que las denuncias sobre abusos sexuales en la institución no habían trascendido al nivel que se conoce hoy. Además, su ataque al papa Juan Pablo II en directo en el programa de televisión Saturday Night Live, cuando rompió una fotografía del pontífice mientras instaba a “combatir al verdadero enemigo”, marcó un antes y un después en su trayectoria, ya que su reputación se resquebrajó y acabó afectando a su relación con la industria musical.

El elevado precio que pagó, sin embargo, no detuvo su activismo, y durante años reclamó una investigación sobre el papel de la Iglesia en el ocultamiento de los casos de abuso infantil por parte de sacerdotes. Cuando en 2010, el papa Benedicto XVI se disculpó ante Irlanda por estos hechos, la cantante condenó la intervención por no ir, en su opinión, lo suficientemente lejos, y apeló a boicotear las misas católicas hasta que tuviese lugar una revisión total sobre el papel del Vaticano.

Ella misma había llegado a declarar en un artículo en The Washington Post que, aunque “la gente asumía” que ella no creía en Dios, “no era así”. “Soy católica de nacimiento y cultura, y sería la primera en la puerta de la iglesia si el Vaticano ofreciese una reconciliación sincera”, escribió en 2010, ocho años antes de su conversión al islam, que la llevó a adoptar el nombre Shuhada Sadaqat. Profesionalmente, sin embargo, mantuvo su nombre, el de los más de 30 años de carrera con 10 álbumes de estudio. Las portadas de este jueves en la prensa británica e irlandesa acompañan la imagen de O’Connor, con su icónica cabeza rapada, con una misma frase: “Nada se puede comparar”.

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