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Los ‘Cielos’ de Carmen Laffón sobrecogen el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo

El museo sevillano expone 19 pinturas donados por los herederos de la artista hispalense

Parra en otoño, de Carmen Laffón en el CAAC.
Parra en otoño, de Carmen Laffón en el CAAC.Paco Puentes El Pais
Amalia Bulnes

Hay mucho de la Sevilla de Antonio Machado en la obra de la pintora Carmen Laffón (Sevilla, 1934–Sanlúcar de Barrameda, 2021), también en la vocación callada que determinó su personalidad, que no fue nunca otra cosa que una extensión de su pintura. O viceversa: su apasionada entrega a la creación conformó su carácter y su humanidad, una existencia apegada a la belleza de lo cotidiano. Si del gran poeta Machado conservamos ese verso manuscrito, encontrado en el bolsillo del viejo gabán que le abrigó el día de su muerte, y donde recordaba “esos días azules / y ese sol de la infancia”, de Carmen Laffón nos deslumbra estos días también el firmamento añil de sus días tempranos.

Los Cielos de Carmen Laffón, una sobrecogedora rareza dentro de la producción paisajística de la sevillana, constituyen un conjunto monumental de 19 pinturas que se expone estos días como reclamo principal de la exposición colectiva Devenir pintura, producida por el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, en su Sevilla natal. Pero el cielo de infancia que pintó Carmen Laffón, a diferencia de Machado, no son los celestes de la capital andaluza, sino el cobalto que baja por el río Guadalquivir hasta su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda, el territorio más representado en la producción de la sevillana, sin duda una de las artistas españolas más importantes del siglo XX.

Sentarse a contemplar esta instalación monumental que ocupa una superficie de más de 15 metros de largo se convierte una experiencia espiritual, poética, como lo fue la propia existencia de Laffón, algo similar a lo que provoca en el espectador la visión extasiada de los nenúfares de Monet en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MOMA). Y es que no son estos cielos un ejemplo de la figuración a la que se ha circunscrito siempre la obra de Carmen Laffón, sino más bien un realismo que coquetea con la abstracción. “La obra de Carmen, desde los años 90, se fue volviendo cada vez más abstracta”. Ella siempre decía que sus amigos pintores contemporáneos ―Juan Suárez, Jaime Burguillos, Pepe Soto, José Ramón Sierra…― le enseñaron a no tener miedo y “se volvió muy libre, comenzó a tender a la abstracción, a la atmósfera, el color, a hacer grandes series, ella que era tan menudita…”, recuerda el director del CAAC, José Antonio Álvarez Reyes.

'Zigzag', de José Ramón Sierra, en la exposición 'Devenir pintura' del CAAC.
'Zigzag', de José Ramón Sierra, en la exposición 'Devenir pintura' del CAAC.

Los Cielos de Carmen Laffón es uno de los conjuntos pictóricos más significativos del excepcional legado de la artista sevillana que acaba de incorporarse a los fondos del CAAC. La pintora realizó esta instalación, titulada originariamente Parra en otoño. Estudio de cielos para el techo de San Telmo (2009-2011), tras recibir la invitación de intervenir el zaguán del palacio del mismo nombre en Sevilla, sede de la presidencia de la Junta de Andalucía. Sin embargo, estos paneles luminosos de cielos y nubes fueron descartados por la artista una vez terminados y probados en su ubicación real, esgrimía que el color azul era demasiado intenso y los sustituyó por otros de tonos más matizados, que servían de fondo a la gran parra escultórica que ejecutó para la bóveda palaciega y que pueden visitarse a día de hoy en San Telmo. “Carmen no conocía la pereza. Fue capaz de desmontar toda la exposición y ponerse de nuevo a pintar unos cielos más grisáceos, de un día de esos en los que en Doñana se confunde todo, el cielo y el mar, con la bruma, en un mismo ambiente”, relata Álvarez Reyes.

Los Cielos ingresaron el pasado mes de mayo en la colección permanente del CAAC, donde se expusieron por primera vez en 2014 en la muestra Carmen Laffón. El paisaje y el lugar, en una instalación supervisada personalmente por la artista. “Cada una de sus 19 partes tiene un interés impresionante de manera independiente. Pero ella quería que fuera una única obra, trabajó con su amigo Pepe Soto en su disposición final y la pieza quedó finalmente así”, explica el director del CAAC. De todos modos, su sobrino Manuel Laffón, presente en la inauguración de la exposición de esta serie, matiza en alusión a la extremada exigencia por la que era conocida la pintora: “Seguro que si estuviera aquí, nos pediría que lo subiéramos un par de centímetros. Es imposible que no nos pusiera una pega”, bromeó este viernes en la presentación de la obra al público.

De izquierda a derecha, Manuel Laffón, Marita Fernández-Trueba, Diego Laffón y Juan Antonio Álvarez Reyes, comisario de la muestra.
De izquierda a derecha, Manuel Laffón, Marita Fernández-Trueba, Diego Laffón y Juan Antonio Álvarez Reyes, comisario de la muestra. JUNTA DE ANDALUCÍA (JUNTA DE ANDALUCÍA)

Junto con el conjunto de los Cielos, los sobrinos y herederos de Carmen Laffón han depositado en el CAAC la serie dedicada a la viña que rodeó el estudio de la pintora en La Jara, la casa de verano familiar frente al Coto de Doñana que acabó siendo el lugar central de su actividad artística. En concreto, las piezas entregadas al museo andaluz en concepto de dación de pago son cuatro dibujos de La viña, los dibujos a carbón Espuertas con uvas y Espuertas vacías II, así como dos bellísimas instalaciones: la serie pictórica de los Cielos y una instalación escultórica compuesta por 26 piezas de bronce.

Con su célebre trabajo sobre La viña, Laffón despertó la memoria de dos mitos mediterráneos: la vid y el lagar, y su pincel etéreo, entregado a las pequeñas causas, fue el que mejor ha sublimado la cultura andaluza, alejando el foco del tópico para colocarlo en esa Andalucía predispuesta a la calma y la reflexión, por supuesto también a la contemplación, a la que le escribió Machado y le pintó Laffón.

Devenir pintura

Los Cielos de Carmen Laffón se integran en la ampliación de la exposición Devenir pintura, que ha marcado la temporada del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Se trata de una muestra que reúne las obras más destacadas de artistas que se han incorporado en los últimos diez años a la colección permanente del CAAC mediante adquisiciones y donaciones. Aunque mayoritariamente andaluces, la muestra hace una especial parada en la obra de Jordi Teixidor (Valencia, 1941), con el políptico titulado Siete maneras de mirar una mañana de domingo. Entre los nombres andaluces, destacan grandes figuras de la generación de los 80, con obras de Curro González, Guillermo Pérez Villalta y Manolo Quejido; así como de relevos más actuales como Gloria Martín, María José Gallardo, Ángel Alén y Miki Leal, entre otros.


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