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Cultura incluirá los toros en el Bono Cultural Joven tras el fallo del Supremo

El ministerio confirma que modificará las actividades en las que se puede gastar la ayuda de 400 euros a los ciudadanos que cumplan 18 años después de que el tribunal anulara la exclusión de los espectáculos taurinos

Tommaso Koch
Toros
La sombra de un participante de los encierros de San Sebastián de Los Reyes (Madrid) se proyecta contra los tablones de la plaza de toros, el 27 de agosto de 2014.PEDRO ARMESTRE (AFP)

Los toros entran en el Bono Cultural Joven a hombros del Supremo. El tribunal anuló ayer la exclusión de los festejos taurinos de la lista de actividades en las que los ciudadanos que cumplan 18 años pueden gastar los 400 euros que les dona el Gobierno. Y, hoy miércoles, el ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, anunció que se acatará el fallo y se modificará la ayuda “inmediatamente” para incluir estos espectáculos.

“Nos vamos a dirigir a las entidades colaboradoras a efectos de la compra de entradas o a los organizadores de espectáculos taurinos para que, si lo desean, se puedan acoger al bono”, declaró Iceta en Guadalajara, en la presentación del proyecto Prado Extendido, en el Palacio del Infantado de Guadalajara, informa Europa Press. Cultura despeja así, casi 24 horas después de la sentencia, las dudas sobre sus consecuencias: el ministerio quiere que el cambio se aplique ya a la edición 2022 del proyecto, la primera, que se encuentra precisamente en la fase en la que los beneficiarios pueden invertir el dinero de la ayuda. El ministro ha subrayado que el proyecto arrancó en noviembre, cuando no había temporada taurina, y que “hay un año para dedicar esos 400 euros”. El cambio se aplicará también al Bono Cultural para 2023, que acaba de empezar su recorrido, y a los que vengan después, ya que el Gobierno quiere que la iniciativa sea anual.

Cultura se ve así obligada a modificar su criterio, ya que en el Real Decreto que lanzó el bono, el 22 de marzo de 2022, excluyó explícitamente los espectáculos taurinos, lo que generó polémicas y un recurso de la Fundación Toro de Lidia. El Supremo le dio ayer la razón al considerar que faltaban justificaciones válidas para la decisión. “La exclusión de 2022 ha producido un quebranto patrimonial para la tauromaquia, y habrá que valorar si se puede reclamar de algún modo”, aseguró a este diario Lorenzo Clemente, presidente de la comisión jurídica de la Fundación Toro de Lidia (FTL) y redactor del recurso. “Lo que está claro es que si la Administración ha actuado ilegalmente y ha causado un daño, debe repararlo; pero será difícil cuantificarlo, y la reclamación correspondería a los sectores afectados, especialmente a los empresarios taurinos”, agregó.

La sentencia considera que los toros tienen reconocidas por ley “sus dimensiones cultural, histórica y artística” y por tanto no son comparables con otras actividades y sectores excluidos del bono, como espectáculos deportivos, junto a la adquisición de productos de papelería, libros de texto curriculares (impresos o digitales); equipos, software, hardware y consumibles de informática y electrónica, material artístico, instrumentos musicales, moda y gastronomía.

Además, el Supremo argumenta que no le compete resolver si la tauromaquia y los espectáculos taurinos son manifestaciones culturales porque la propia ley (18/2013) los considera patrimonio cultural. Recuerda que el Constitucional también dejó clara su “naturaleza cultural” y añade que el hecho de que el ministerio excluira explícitamente a los toros del bono es otra demostración, en realidad, de que sí pertenecen a la lista de actividades culturales.

Contra estos argumentos, el Supremo no halla respuestas convincentes por parte de Cultura para defender su elección: las alegaciones a favor de la exclusión se centraron en que la tauromaquia ya se fomenta a través de otros mecanismos, como el Premio Nacional o subvenciones a la fundación recurrente, y que cada Administración elige qué sectores impulsar y cómo. El tribunal califica estas explicaciones de “genéricas e insuficientes” y sostiene que todas esas iniciativas enumeradas son “puntuales”, mientras que el Bono Cultural Joven “tiene una proyección de carácter general”. Además, el fallo subraya que el proyecto está dirigido a los que cumplan 18 años y, por tanto, a las generaciones futuras, “perspectiva que es fundamental cuando de la conservación y promoción del patrimonio cultural se trata”.

El Bono Cultural Joven afronta así otro bache en un camino accidentado. Cientos de jóvenes se quejaron de las dificultades en el proceso de solicitud del bono —una tarjeta de prepago que emite Correos y que el beneficiario puede tener de forma virtual en su móvil o de forma física—, tanto que Cultura simplificó la tramitación y prolongó dos semanas el plazo máximo de inscripción, hasta el pasado 31 de octubre. Finalmente, lo recibieron 281.557 jóvenes, el 57,8% de las personas nacidas en 2004 (cerca de 488.000). Y de los 210 millones incluidos inicialmente en los Presupuestos Generales del Estado, el gasto previsto pasó, por tanto, a 112 millones. Ahora queda en manos del sector taurino decidir si reclama la parte que le hubiera correspondido de ese pastel.

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Sobre la firma

Tommaso Koch
Redactor de Cultura. Se dedica a temas de cine, cómics, derechos de autor, política cultural, literatura y videojuegos, además de casos judiciales que tengan que ver con el sector artístico. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Roma Tre y Máster de periodismo de El País. Nació en Roma, pero hace tiempo que se considera itañol.

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