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Por qué nada logra hundir el mercado del arte

La nueva feria de Art Basel en París confirma el buen estado de salud del sector pese al peor contexto económico en décadas, marcado por la guerra, la inflación y la crisis del coronavirus

Una visitante toma una foto de una obra de Ai Weiwei, este jueves en la nueva feria Paris+, impulsada por Art Basel en la capital francesa.
Una visitante toma una foto de una obra de Ai Weiwei, este jueves en la nueva feria Paris+, impulsada por Art Basel en la capital francesa.TERESA SUAREZ
Álex Vicente

Nada logra hundir el mercado del arte. El palpable entusiasmo que se detectaba este jueves en los pasillos de la jornada inaugural de Paris+, la nueva feria impulsada por Art Basel en la capital francesa, confirmó que ni siquiera el difícil contexto económico marcado por la guerra y la inflación galopante, sumadas a las consecuencias del nuevo orden impuesto por la crisis del coronavirus, es capaz de debilitar el estado de salud que exhibe el sector, que sigue pareciendo inmejorable.

Las ventas registradas en la sesión previa para profesionales y coleccionistas VIP que se celebró el miércoles, antes de abrir sus puertas al público hasta el domingo, demuestran que ninguno de esos factores supone, por lo menos de momento, una amenaza para el negocio de las galerías de arte. Solo en un día se vendieron 200 obras por un total de 50 millones de euros, según un recuento provisional que algunos profesionales indicaban que habría que multiplicar por dos o por tres. Además, 10 piezas lograron superar la barrera simbólica del millón de euros. El alemán David Zwirner, el galerista mejor colocado en la lista anual Power 100 que reúne a las personalidades más influyentes del mundo del arte, anunció ventas por un total de 11 millones de euros en el día del arranque y logró adjudicar un cuadro de Joan Mitchell por 4,5 millones. Hauser & Wirth, otra de las mayores galerías internacionales, también tuvo un óptimo comienzo y vendió una obra de George Condo por 2,6 millones de euros, entre otras piezas de su expositor.

Una obra de Piero Gilardi en el expositor de Michel Rein en la feria, este jueves en París.
Una obra de Piero Gilardi en el expositor de Michel Rein en la feria, este jueves en París.STEPHANE DE SAKUTIN

Sumadas a los buenos resultados de la feria Frieze London la semana pasada, pese al contexto de máxima incertidumbre económica que ha conducido a la dimisión de Liz Truss, las cifras confirman que el arte no se ha visto perjudicado por la crisis global. Al revés: ya hace meses que recuperó los niveles prepandémicos. En 2021, las ventas de arte alcanzaron los 65.000 millones en todo el mundo, una cifra ligeramente superior al total de 2019. Y todo apunta que, con la vuelta definitiva a la normalidad tras los estragos de la covid, el balance será todavía mejor cuando termine este año. También las casas de subastas viven un periodo dulce: en 2021, sus ventas aumentaron un 47% respecto al difícil ejercicio anterior. La covid habrá sido solo un bache en el progreso imparable que vive el sector desde comienzos de este siglo.

¿Por qué no se tambalea el mercado del arte frente al peor contexto económico en décadas? Los participantes en Paris+ improvisaban ayer algunas respuestas. “Es un sector relativamente resistente ante las grandes crisis, como se ha demostrado en el pasado, pero no hay que olvidar que está anclado en la realidad, que es tributario de la escasez de materias primas o del aumento de los costes de transporte”, respondía el director de la feria, Clément Delepine, que ha logrado convocar a 156 galerías de 30 países en el llamado Grand Palais Efímero, una carpa provisional levantada junto a la Torre Eiffel mientras duran las obras del monumento, sede oficial de Paris+ a partir de 2024.

“En tiempos de dificultades, el arte es una apuesta segura. Es el único motivo que explica que estemos en un mundo paralelo, lo que puede resultar incluso perturbador para mucha gente”, decía el galerista Thaddaeus Ropac

Otra causa importante es que el arte es considerado un “valor refugio”, un activo con mucha menos volatilidad que otros. Su precio suele aumentar incluso cuando el crecimiento económico se contrae. “En tiempos de dificultades, siempre es una apuesta segura”, decía en la feria el galerista austriaco Thaddaeus Ropac. “Es el único motivo que explica que el sector del arte se encuentre en una especie de mundo paralelo, lo que entiendo que pueda resultar perturbador para mucha gente”. El francés Emmanuel Perrotin apuntaba a motivos similares. “Se trata de un sector en el que hay más demanda que oferta, más compradores interesados en adquirir arte que obras de primer nivel que estén disponibles”, aseguraba Perrotin, recordando una regla básica del mercado. “La paradoja es que la situación haya mejorado tras la covid: el hecho de pasar más tiempo en casa hizo que muchos coleccionistas se pusieran a comprar obras para decorar sus hogares”, añadía el galerista, que también apuntaba a una mayor presencia en Paris+ de grandes coleccionistas internacionales. En especial, de estadounidenses y de asiáticos, que hasta hace pocos meses no podían viajar libremente a Europa.

El marchante Kamel Mennour, con galerías en París y Londres, incidía en “la calidad del arte que surge de los tiempos de crisis”, en el que observa “una mayor gravedad temática que en épocas más tranquilas”, y también en “su capacidad para elevar nuestro ánimo” en un mundo donde todo incita a la depresión. “Quienes se lo pueden permitir compran obras de arte porque es una forma de salir de este marasmo”, señalaba Mennour. Aunque el galerista también aconsejaba mantener la prudencia. “Por muy bien que vayan las cosas, no vivimos en una burbuja: estamos experimentado la mayor crisis en décadas. En los próximos años, se producirán correcciones inevitables”, advertía. “No soy profeta, pero estoy preocupado”.

El éxito de Paris+ también confirma el momento dorado que vive la capital francesa. La ciudad se ha visto beneficiada por el Brexit, que ha debilitado el lugar preponderante de Londres (aunque tampoco tanto como se esperaba) y la apertura de grandes centros privados, como los que exponen las colecciones de los multimillonarios Bernard Arnault y François Pinault, que han dinamizado el mapa museístico de la ciudad. A París también ha llegado, desde la salida del Reino Unido de la UE, un éxodo de importantes galerías como David Zwirner o White Cube, que fueron los primeros en instalarse en la capital francesa tras el Brexit para evitar los nuevos aranceles. Mientras tanto, Hauser & Wirth ha anunciado la apertura de una sala en París en 2023.

“No es por romanticismo, sino por pragmatismo: el mercado francés es bueno para sus ambiciones. En los últimos años, en París se han alineado los planetas. La llegada de Art Basel a la ciudad acompaña ese movimiento y lo amplifica”, concluye Delepine sobre un desembarco que, en un primer momento, fue percibido con hostilidad por ciertos sectores. La feria suiza, líder en todo el mundo, ganó un concurso público improvisado en el último minuto, en el que desbancó a la mítica Fiac, cita puramente francesa e independiente que se celebraba en la ciudad desde 1974. El poder arrollador de Art Basel, con sedes en Basilea, Miami y Hong Kong, se llevó por delante a la envejecida feria parisiense, que parecía haber entrado en una relativa decadencia. Aunque también eso tuvo cierto sentido: la concentración empresarial es otro signo de los tiempos en este sector.

La obra 'Le Songe de Gilgamesh' (2021), de Rayan Yasmineh, en la jornada inaugural de Paris+, que sustituye a la mítica Fiac después de 47 años.
La obra 'Le Songe de Gilgamesh' (2021), de Rayan Yasmineh, en la jornada inaugural de Paris+, que sustituye a la mítica Fiac después de 47 años.Francois Mori
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Sobre la firma

Álex Vicente
Es periodista cultural. Forma parte del equipo de Babelia desde 2020.

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