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Feria de San Isidro
Crónica
Texto informativo con interpretación

El destino como desdicha

Javier Cortés paseó una oreja, pero la terna no cumplió las expectativas ante una noble corrida de triunfo de El Pilar

Javier Cortés, en una trincherilla a uno de sus toros.
Javier Cortés, en una trincherilla a uno de sus toros.Alfredo Arévalo
Antonio Lorca

Javier Cortés se encontró de salida con un toro que llevaba un cortijo en los pitones, pero se tuvo que conformar con un adosado; Francisco José Espada hizo lo más difícil, que fue meter en la muleta a un manso que estaba loco por salir corriendo, y lo tiró todo por la borda por su empeño en alargar sin sentido su faena; y Tomás Campos tuvo una mala tarde, con la mente poco despejada, un día de esos que todo lo ves negro y no te sale nada; pero, claro, en su situación, una tarde oscura no es un asunto menor.

A ver si va a ser verdad aquello de que cada cual está donde tiene que estar; a ver si va a ser cierto que cada uno tiene un destino y no hay forma de cambiarlo…

Ojalá que el aforismo no sea más que una habladuría popular, y que cada cual tenga capacidad para modificar su trayectoria a base de disposición, esfuerzo y voluntad. Pero, ciertamente, la terna de esta tarde no ha estado fina; o, mejor, no ha estado todo lo fina que pedían las circunstancias para cambiar radicalmente el destino.

La corrida de El Pilar salió dispuesta a encumbrar a los toreros. Bien presentados los toros, astifinos, cumplidores en líneas generales en los caballos, y nobles y con movilidad en el tercio final. Exigían, eso sí, valor, actitud y buenos alimentos; es decir, una muleta poderosa. Y algo más: una mente despejada, que tuviera claro que todo no consiste en dar pases y más pases, sino en adivinar con justeza la faena que un toro pide y el fondo y las formas necesarias para conectar con los tendidos.

Cortés se encontró con el toro de su vida en la plaza más importante. Un animal bravo, noble, que humillaba en cada embestida, con clase y ritmo. Y la faena fue correcta, entonada, con momentos lucidos y otros irregulares, pero aceptable. Faltó la garra, el arrojo, hacerse uno con el toro a cambio del riesgo impredecible, para cortar las dos orejas, salir por la Puerta Grande y tomar un camino diferente. Mató muy bien, pero solo cortó una oreja. Ese fue el justo premio a sus buenos muletazos por ambas manos, algunos derechazos muy hondos y largos, y no faltaron naturales de enjundia. Pero faltó la guinda, esa cabeza capaz de poner a hervir a una plaza que estaba dispuesta a acompañarlo en el triunfo. Y no pudo ser.

Tampoco se rompió en el cuarto, con tandas tan cortas de esas que no dan tiempo a que surja la emoción. Hubo estatuarios ceñidos, naturales hermosos y tres trincherillas de cartel, pero faltó cerrar el círculo y acabar con el cuadro. Además, mató mal. No obstante, no debe quedar en el olvido un primoroso quite por chicuelinas y una media extraordinaria.

Espada tiene valor, maneras y buen gusto. Alargó tanto su labor ante el tercero que acabó aburriendo al respetable, y pasó un quinario a la hora de matar al sexto, el más retraído de la corrida; la campana lo salvó del tercer aviso tras fallar reiteradamente con el verduguillo.

Y dicho queda que Tomás Campos estuvo sin estar en él. Embarullado se mostró ante su primero, muy por debajo de las condiciones del toro, y dio muchos pases insulsos, y casi siempre despegado, al quinto.

En fin… que ojalá no se cumpla aquello de que cada cual está donde tiene que estar; porque los tres toreros no han hecho lo necesario para salir de esa situación incómoda e insatisfecha de sentirse en tierra de nadie.

El Pilar / Cortés, Campos, Espada

Toros de El Pilar-Moisés Fraile, bien presentados, astifinos, cumplidores en los caballos, nobles y con movilidad; bravo y encastado el primero, y manso y encastado el tercero. Mansos tercero y sexto.

Javier Cortés: gran estocada (oreja); tres pinchazos _aviso_ casi entera que el toro expulsa y un descabello (silencio).

Tomás Campos: bajonazo y un descabello (silencio); pinchazo, pinchazo hondo en los bajos _aviso_ (silencio).

Francisco José Espada: _aviso_ estocada contraria (ovación); estocada caída _aviso_ cinco descabellos _segundo aviso_ y diez descabellos (silencio).

Plaza de Las Ventas. 10 de mayo. Tercera corrida de la Feria de San Isidro. Media entrada (10.444 espectadores, según la empresa).

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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