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El Bafici lleva el cine de vuelta a la avenida Corrientes de Buenos Aires

El principal festival cinematográfico de la capital argentina exhibirá casi 300 películas en su regreso a las salas tras la pandemia

BAFICI Pequeña flor la película de Santiago Mitre
Fotograma de 'Pequeña flor', la película de Santiago Mitre proyectada el martes en la inauguración del Bafici.

El Buenos Aires Festival de Cine Independiente (Bafici) vuelve a las salas de cine después de un paréntesis de dos años por la pandemia de covid-19. Su regreso a la plena presencialidad, con casi 300 películas exhibidas en 13 días, supone además su vuelta al centro de la ciudad, a la mítica avenida Corrientes, en un momento difícil para la industria cinematográfica nacional. La decisión tiene una importante carga simbólica: en el teatro Odeón de esta arteria cultural de la ciudad, los argentinos vieron la primera proyección de cine en 1896, el mismo año que en Nueva York; décadas después, las salas de cine-arte eran uno de los grandes atractivos de Corrientes, junto a las librerías, las pizzerías y los cafés.

“Para mí esto de ir de un cine a otro es lo más interesante de un festival de cine que está en la ciudad y se vive la ciudad, sobre todo en esta zona con mucha historia, acá se originó todo, acá nació la exhibición de cine en la Argentina. Eso le da al festival una combinación muy potente”, declaró el director artístico del Bafici, Javier Porta-Fouz, en la presentación de la vigesimotercera edición.

Paralela a Corrientes, Lavalle fue conocida también hasta los años ochenta como la calle de los cines, hoy en su mayoría convertidos en comercios, bingos y templos evangélicos. En uno de los pocos que resisten, aunque ahora como multisala, el Multiplex Lavalle, se celebró este martes la gala de inauguración con una proyección doble: el cortometraje Ahora ya sé dónde encontrarte, de Diego Berakha, y la coproducción entre Francia, Argentina, España y Bélgica Pequeña flor, de Santiago Mitre.

A través de imágenes de Google Earth, Berakha realiza un pequeño milagro: recrea en seis minutos un nostálgico viaje autobiográfico entre España y Argentina en el que se pueden ver reflejados miles de compatriotas que pasaron parte de sus vidas en Europa. La comedia negra de Mitre bebe también del desarraigo migratorio: José (interpretado por el uruguayo Daniel Hendler) vive en Francia con su pareja francesa (Vimala Pons, presente en la apertura) y la bebé recién nacida, de la que se hace cargo mientras aprende ese nuevo idioma y entabla una amistad con su oscuro vecino.

Después de un 2020 sin festival y la edición de 2021 marcada por la virtualidad, en la inauguración se mezclaban caras con y sin mascarilla y muchos dudaban entre saludar con el puño o un beso a quiénes reencontraban después de largo tiempo. La ovación más larga de la noche fue para el maestro Manuel Antín, presente en la sala, a quien se le rendirá homenaje durante el festival a los 60 años de su ópera prima, La cifra impar.

El Bafici apuesta con fuerza por el cine argentino, presente no sólo en la competencia nacional sino también en la internacional con Clementina, de Constanza Feldman y Agustín Mendilaharzu; El sistema K.E.OP/S, de Nicolás Goldbart; Fanny camina, de Alfredo Arias e Ignacio Masllorens y Carrero, de Fiona Lena Brown y Germán Basso. Fuera de competencia, se proyectarán en pantalla grande tres clásicos restaurados: la citada La cifra impar (1962), Prisioneros de la tierra (1939) de Mario Soffici y Bolivia (2001) de Adrián Caetano.

Entre los invitados internacionales de esta edición, destaca la presencia del director estadounidense Bruce Labruce para acompañar su último largometraje The Affairs of Lidia y dar una masterclass y de la paraguaya Paz Encina, que presentará Eami, ganadora del Festival de Rotterdam. De las películas extranjeras en exhibición, Porta Fouz citó The Card Counter, de Paul Schrader; Avec amour et acharnement, de Claire Denis; La Croisade, de Louis Garrel; Marx può aspettare, de Marco Bellocchio; y Mutzenbacher, de Ruth Beckermann.

Derrumbe de espectadores

Con precios muy accesibles (de poco más de un euro cada entrada, al valor oficial), el Bafici busca también volver a atraer espectadores después de una pandemia que vació las salas de cine de Argentina. En 2020, la cifra de entradas vendidas se desplomó más de un 80%, hasta los nueve millones, frente a los casi 49 millones de un año antes. La débil recuperación de 2021 -14,3 millones de entradas- supone un gran riesgo para la supervivencia de las salas y significa también la pérdida de una de las fuentes de ingresos de la industria cinematográfica, que recibía el 10% de su valor.

“Hay mucha gente preocupada por el destino del cine nacional, esos cambios hay que orientarlos para sostener un cine riquísimo, de una tremenda capacidad de reinventarse”, expresó Porta Fouz sobre la crisis que atraviesa la industria cinematográfica argentina. “Hay que ver como se sostiene esa variedad del cine argentino”, agregó.

La presencialidad vuelve a imponerse en esta edición, pero la virtualidad mantiene el terreno conquistado. De las 290 cintas en exhibición, 223 podrán verse durante dos o tres días de forma virtual a través del portal Vivamos Cultura. Vuelven así los espectadores a la avenida Corrientes, pero las puertas del cine independiente se abren también para los espectadores de todo el país.

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