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La aventura de un padre y un hijo en busca de los grandes felinos en peligro

El documental ‘Panteras’ narra el viaje del fotógrafo de naturaleza Andoni Canela durante cuatro años para filmar al puma, al guepardo, al jaguar, al leopardo, al león y al lince ibérico

Imagen de 'Panteras', de Andoni Canela. En el vídeo, tráiler de la película.
Esther Sánchez

Dos hombres observan, sentados en una roca situada a unos 4.400 metros de altura, las impresionantes cumbres de la cordillera del Himalaya, en Ladack (India). Van equipados con prismáticos e intentan localizar al esquivo leopardo de las nieves.

— ¿Tú crees que lo vamos a ver en estos días. Tienes fe? —pregunta uno de ellos.

— Te quedas con este lugar, estos paisajes del Himalaya y del Tibet. Quince viajes que acaban aquí, el camino de cuatro años... Creo que hay algo ahí debajo del pico —responde su compañero.

Andoni Canela y su hijo Unai, en 'Panteras'.
Andoni Canela y su hijo Unai, en 'Panteras'.

Son Andoni Canela, un reconocido fotógrafo de naturaleza, y su hijo Unai, en una secuencia del documental Panteras (2021), que narra el viaje en el que se embarcaron durante cuatro años para ir al encuentro de los grandes felinos en peligro. Grabaron al jaguar del Mato Grosso, al guepardo del Kalahari, al tigre de Rajastán, al puma de la Patagonia, al leopardo de Yala, al lince ibérico de Sierra Morena, al león de Masái Mara y al huidizo leopardo de las nieves. La aventura comenzó cuando Unai era un chaval de 12 años. Entonces su padre le propuso “viajar por todo el mundo” y conocer “lugares que no me podía imaginar”. “No tuve que pensármelo mucho”, asegura Unai en el documental.

El resultado es una hermosa historia, dirigida por Andoni Canela y producida por Wanda Films, en la que no solo se contempla a estos impresionantes animales y su hábitat, sino la relación entre padre e hijo en las duras horas de rastreo donde la paciencia se pone a prueba. Con sus momentos buenos y malos. El rodaje plasma la evolución de Unai, que deja atrás la adolescencia y se da de bruces con su pasión, porque lo que su padre no sabía es que “aquella aventura” que le propuso hace tanto tiempo “me marcaría para siempre”. Ahora, a punto de cumplir 18 años, tiene claro que el cine es lo suyo.

La película refleja la realidad del rodaje de documentales de naturaleza y huye de las precipitaciones de otras producciones de este tipo. Hay planos que duran varios minutos, en los que el tiempo se detiene y parece que no va a pasar nada. “He intentado transmitir que la naturaleza es así, que hay que dejarse llevar, con el riesgo de que el espectador lo encuentre lento”, comenta Andoni Canela a EL PAÍS. Largas esperas que son necesarias incluso para observar al lince ibérico en España. Andoni y Unai pasaron días camuflados en el interior de un escondite y necesitaron varios viajes hasta que, por fin, apareció una hembra con sus dos cachorros en el valle de Matachel (Badajoz).

Felinos esquivos

Difícil, pero nada comparado con descubrir al leopardo de las nieves por las majestuosas cumbres del Himalaya. Pasaron frío, sobre todo Unai, siguieron huellas que se perdían y a carneros de los que se alimenta el leopardo, hasta que lo lograron. El documental muestra al esquivo felino con su pelaje grisáceo moteado deambulando por los riscos y por la nieve rodeado de un paisaje excepcional.

Un momento de 'Panteras'.
Un momento de 'Panteras'.

De todas las experiencias vividas, a Andoni le impresionó, sobre todo, el encuentro con el jaguar. “Fue la más intensa, me sorprendió su relación con el río, con el agua”, sostiene. Tras 10 días al acecho en El Pantanal, que se convierte en un inmenso humedal en el Mato Grosso (Brasil) en épocas de lluvia, rodeados de mosquitos, apareció un gran ejemplar una noche, nadando con tan solo la cabeza fuera del agua. También le consiguieron filmar devorando un caimán.

La búsqueda del guepardo los lleva hasta el sur de África, al desierto del Kalahari, en Botsuana. De allí, saltan a Yale (Sri Lanka) donde graban a un macho de leopardo “gigantesco”. “Yo me he quedado con su mirada ¿tú, papá?”, pregunta Unai. Y en Torres del Paine (Chile) encuentran a varios pumas, uno de ellos una hembra con dos cachorros. En ese periplo, se produce la transformación de Unai: de voz, de altura, de actitud, de peinado, de vestimenta... mientras toca el ukelele o la armónica.

Un momento de 'Panteras'
Un momento de 'Panteras'

A partir del documental, en cartelera esta semana en varias ciudades de España, se ha desarrollado un proyecto educativo, al que de momento se han apuntado varios colegios de Madrid, Cataluña y Canarias. Se trata de compartir la experiencia de Unai, para que otros estudiantes tengan la oportunidad de “entusiasmarse por la naturaleza, de aprender a valorarla y de que tengan otras referencias que no sean solo las redes sociales”, comenta Andoni Canela. Porque como explica Unai en Panteras: “Poco a poco me di cuenta de que a mi padre lo que le preocupa es que estos entornos estén amenazados. Su deseo es compartirlo conmigo”.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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