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Oliver Laxe: “En Cannes hay espacio para todos y yo encontré el mío”

El director de ‘O que arde’ habla en TCM de su relación con el certamen francés

Hace un año, en mayo de 2019, Oliver Laxe estrenaba su película O que arde en el Festival de Cannes. “En Cannes hay un cine muy militante, muy esencial. Obviamente también hay un contrato con la cultura del espectáculo. Es el centro de la industria cinematográfica. Y creo que hay un buen equilibrio. Hay un espacio para todos y yo encontré el mío”, admite.

O que arde fue uno de los grandes títulos de la temporada pasada. En Cannes acabó consiguiendo el Premio del Jurado de la sección Un Certain Regard y en la ceremonia de los Goya, celebrada a comienzos del 2020, ganó los premios a la mejor actriz revelación, para Benedicta Sánchez, y a la mejor dirección de fotografía, para Mauro Herce. Según el director gallego, todos aquellos que tienen la profunda vocación de hacer películas las acabarán haciéndolas “con más o con menos dinero, con apoyo o sin apoyo, con un festival importante o sin ellos. Al final se acabará imponiendo ese talento, esa mirada, esa energía, esa fuerza”.

Hoy viernes y a lo largo de este fin de semana TCM invita a Oliver Laxe a hablar sobre su personal concepción del cine y de su relación con el Festival de Cannes, un certamen que este año no se ha podido celebrar por la crisis del coronavirus. Además, el cineasta gallego, que nació en París hace 38 años, seleccionará y comentará algunos de los títulos de la programación del canal, películas como Cowboy de medianoche, de John Schlesinger; Malas tierras, de Terrence Malick y Ladrón de bicicletas, de Vittorio De Sica.

Oliver Laxe conoce muy bien el festival de la Costa Azul. Su primer largometraje, Todos vos sodes capitáns, se presentó en la Quincena de los Realizadores del año 2010 y ganó el premio de la FIPRESCI (Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica). “El Festival de Cannes me ha legitimado y me ha dado confianza”, reconoce el director. “Recuerdo que mi primer largometraje lo hice sin haber dirigido casi cortometrajes. Vivía en Marruecos y había asumido que iba a ser un cineasta en los márgenes, periférico. Era una película que la mayoría de los festivales hubiera dejado fuera de sus programaciones", añade.

Con su segundo largometraje, Mimosas, Oliver Laxe obtuvo el Gran Premio de la Semana de la Crítica en la edición de 2016 del Festival. “Se suele creer que estar en Cannes implica tener producción francesa y yo he estado con tres películas y en las dos primeras no había ni un solo euro francés”, recuerda. “Se dice que los franceses son muy chovinistas y yo me siento más gallego y español que francés, pero me veo también legitimado para defenderlos porque, en el fondo, Francia es uno de los pocos países que bebe, saborea, programa y defiende otras cinematografías. Y eso creo que hay que reconocérselo”, afirma.

Oliver Laxe se ha convertido en uno de los directores más creativos y arriesgados de la presente cinematografía española. Un realizador capaz de aunar en imágenes lo poético con la crítica social y política. Un cineasta que, con su cámara, mira de forma única al hombre y a la naturaleza. “Ver cine en solitario, me aburre”, dice. “Ahora mismo sólo puedo ver cine en una sala y rodeado de gente. Creo que hay una relación esencial y misteriosa entre las imágenes y el espectador. Hay una energía diferente en cada proyección”.

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