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Mujeres heroínas con hijos para un nuevo cine

La directora francesa Alice Wincour estrena ‘Próxima’, una historia sobre la conciliación familiar que obtuvo el Premio Especial del Jurado en San Sebastián

Rocío García

Es Próxima todo un grito feminista en imágenes, una denuncia de la situación que las mujeres todavía soportan en el mundo laboral, una decidida defensa de la compatibilidad del trabajo y la maternidad, una historia bellísima sobre la conciliación familiar y la superación del sentimiento de culpabilidad. Esos eran los objetivos, claramente conseguidos, de la cineasta francesa Alice Winocour cuando se planteó llevar a la pantalla la relación entre una madre y su hija pequeña. Próxima, película que consiguió el Premio Especial del Jurado en el pasado festival de cine de San Sebastián y que se estrena hoy en los cines, habla de la persecución de un sueño, el de una mujer en un mundo de hombres, una madre que quiere ser astronauta sin que por ello la maternidad afecte a su carrera profesional.

“Yo soy madre y quería hablar de la maternidad en el trabajo”, explicaba Alice Winocour (París, 43 años), en una entrevista en el festival de San Sebastián. “El sentimiento de culpabilidad que embarga a las mujeres en los trabajos nos es común a casi todas. Las mujeres tienen que estar demostrando continuamente de lo que son capaces, incluso cuando realizan las mimas labores que los hombres. Vivimos en una sociedad en la que parece que te obligan a elegir entre tus hijos o tu carrera. Superar esa sensación de culpabilidad es difícil. Es una lucha contigo misma. Hay mujeres que ni siquiera intentan vivir sus sueños porque la culpabilidad que sienten es demasiado fuerte”, explicaba la cineasta, que eligió a dos grandes intérpretes para dar voz a este problema social. Eva Green y Matt Dillon son, junto a la niña Zélie Boulant, los protagonistas de esta historia que gira en torno a una astronauta francesa, la única mujer que se entrena en la Agencia Espacial Europea en Colonia (Alemania). Madre de una niña de siete años, esta mujer siente un gran sentimiento de culpabilidad por no poder pasar más tiempo con su hija, que se agrava cuando la eligen para participar en una misión espacial que le alejará de la tierra durante un año.

Winocour se rebela contra el hecho de que en el mundo laboral todavía impere la imagen de que el hecho de tener hijos se considera una debilidad para la mujer. “Como si no pudieras cumplir al 100%, te tuvieras que ir a casa pronto o no fueras lo suficientemente competitiva”, denuncia esta directora y guionista que lamenta la sarta de mentiras que gira en el cine alrededor de las mujeres. “Ya es hora de que el cine muestre a las mujeres superheroínas con hijos”, proclama Winocour, para quien no existen las madres perfectas igual que tampoco los padres perfectos. “Próxima es también una historia de superación y de liberación, no solo para la madre, también para la hija. Los hijos deben de saber que la madre perfecta no existe y de que las mujeres que no persiguen sus sueños no son un buen ejemplo y una buena compañía para esos niños”.

Eva Green y Alice Winocour, en el festival de San Sebastián.
Eva Green y Alice Winocour, en el festival de San Sebastián.

Quiso esta cineasta centrarse en la profesión de astronauta por su dureza y extremismo, pero esto, advierte, sirve de ejemplo a todo tipo de oficiios y trabajos. Recuerda Winocour lo que le dijo una astronauta de la NASA cuando estaba preparando el guion de Próxima. “Ser madre es la mejor escuela para llegar a ser astronauta, porque es el lugar donde mejor se aprende a ser polivalente, a hacer muchas cosas y distintas al mismo tiempo”, explica la directora, que ha puesto el acento en la fragilidad y vulnerabilidad que supone la vida de una persona en el espacio y más cuando se tienen que separar de sus seres queridos. “Es algo así como romper el cordón umbilical con la tierra a la que pertenecemos. Vivir en el espacio es inhumano, daña la integridad física, se pierde el sentido del equilibrio, las células envejecen, se debilita la visión y el cuerpo se ensancha de 10 a 15 centímetros. Yo quería filmar esas mutaciones que son muy dolorosas. Pero a pesar de todas las dificultades, la protagonista de la película nos muestra que por encima de todo está su sueño y que ese sueño se puede alcanzar”.

Por eso, el filme rinde un bello homenaje a todas aquellas mujeres que como la rusa Valentina Tereshkova, la primera cosmonauta de la historia, cuya proeza, en 1963, la convirtió en una heroína mundial y un símbolo de la igualdad. “Yo he podido hacer esta película gracias a la lucha de nuestras madres y abuelas, de todas aquellas mujeres que como Valentina Tereshkova se enfrentaron al mundo con valentía. Ahora que los derechos de las mujeres están en peligro tenemos que unirnos y luchar juntas".

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