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EL HOMBRE QUE FUE JUEVES
Columna
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Cosecha Remón

El autor y director teatral prepara tres piezas para la próxima temporada

Marcos Ordóñez
Pablo Remón, en una imagen del año pasado.
Pablo Remón, en una imagen del año pasado. JAIME VILLANUEVA

“Me gusta —me dice Pablo Remón— tener varias cosas entre manos, porque si me atasco en una puedo seguir con las otras. Y suelen ser muy distintas. Por ejemplo, escribí en paralelo Barbados, El tratamiento y Los mariachis”. ¿De dónde saca el tiempo? Remón prepara tres piezas para la próxima temporada, quiere traducir una obra de Pinter y con su hermano Daniel escribirá una serie que se llamará El dinero. La primera pieza es El milagro español, que ganó el premio Jardiel Poncela y abrirá temporada en el ambigú del Pavón, en septiembre. “La escribí hará año y medio con un amigo guionista, Roberto Martín Maiztegui, pero seguimos reescribiéndola: trata del auge y caída del ladrillo en España a través de la figura de Rodrigo Rato. No es teatro documento: mezcla realidad y fantasía. A veces la fantasía revela verdades muy profundas”. Le digo que no está muy lejos de Los mariachis. Y que la parte final, que imagina un encuentro delirante entre Rato y el discotequero Chimo Bayo, reconvertido en taxista, sería el spin off ideal para una serie tipo Better Call Saul. “Dirigirá Raquel Alarcón, que ha sido ayudante en todas mis obras. Con dos actores aún por decidir: uno será Rato, y el otro, todos los demás personajes”.

Está dándole a su nueva obra, todavía sin título, también para el Pavón. Cerraría temporada, en la sala grande. “De momento solo te puedo contar que estoy emperrado en hacer lo que Cercas llamaba ‘novela-cocido’: parece que sobran cosas pero todo alimenta. Lo que más me gusta del teatro es que lo absorbe todo. Este año enloquecí con las seis horas de The Inheritance, de Matthew Lopez: ¡gran relato teatral! Quiero escribir una obra en la que los personajes pasen por muchos estados; que tengas la sensación de que la historia podría seguir. Mi lema sería esta gran frase de Daulte: ‘Los mayores enemigos del teatro son la solemnidad y la frivolidad”. Le digo que a veces la frivolidad es mucho más seria (y nutritiva) de lo que parece. “Puede ser — me dice—. Uno escribe lo que puede, no lo que quiere”.

Tercera aventura de Remón: “Me voy a atrever a hacer una versión de Lorca. En el Canal, en diciembre. Me la propuso la Comunidad de Madrid. Doble atrevimiento: por Lorca y porque nunca he dirigido una obra ajena. Será una versión libérrima ya desde el título: Doña Rosita, anotada. El original me pareció un texto extraño, con un humor y un tono chejovianos. Me pareció que trataba sobre dos temas: el paso del tiempo y la vida en provincias. Creí reencontrarme con mis tíos abuelos de Aragón”. Sin embargo, le digo, veo que la protagonista va a ser una formidable actriz argentina: Fernanda Orazi. Ríe. “¡No es el único atrevimiento! ¡Una Rosita argentina y solo dos intérpretes más! Natalia Hernández, y Francesco Carril, que hace todos los hombres. ”.

Empezamos a hablar de Pinter, el autor que le “lanzó” al teatro; de la obra que dirigirá Elejalde y que aún no han elegido. Pero ya no cabe aquí.

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