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Francia quiere salvar su patrimonio nacional mediante una lotería especial

El premio, que se jugará a partir de septiembre, busca recaudar hasta 20 millones de euros anuales para restaurar edificios históricos

Silvia Ayuso
El presidente Emmanuel Macron en el restaurado palacio de Voltaire
El presidente Emmanuel Macron en el restaurado palacio de Voltaire FABRICE COFFRINI (AFP)

¿Una lotería para salvar edificios históricos? Si hace falta, por supuesto. Y con la bendición estatal más alta. “Cuando se habla de patrimonio, se habla de la identidad de nuestro país. Es una causa nacional”, dijo el presidente francés, Emmanuel Macron, al dar personalmente su visto bueno a la Misión Patrimonio en Peligro. Es en este proyecto en el que se enmarca la edición especial de lotería que se pondrá a la venta a partir de septiembre y con la que Francia busca financiación para restaurar, en un primer momento, 18 monumentos “emblemáticos” distribuidos por todo el país.

La puesta en escena de la presentación del proyecto fue cuidada al milímetro. Primero, Macron se desplazó el jueves hasta el palacio de Ferney, cerca de la frontera con Suiza, donde Voltaire vivió sus últimos 25 años y, entre otros, escribió su Tratado sobre la Tolerancia. Pero este château es mucho más. Es un ejemplo de la recuperación de ese patrimonio histórico que está en el centro de todo el proyecto. Adquirido por el Estado francés en 1999, acaba de ser restaurado por un coste de nueve millones de euros, a partir de una maqueta conservada en San Petersburgo que encargó en su día Catalina II de Rusia.

“Voltaire habría sido feliz de ver que su palacio recuperaba esta forma”, dijo el presidente francés al recorrer las instancias que, desde este viernes, han vuelto a estar abiertas al público. Y justificaba su apoyo a la iniciativa de recuperar, por medio de una lotería, otros monumentos emblemáticos del país. “Necesitamos ir mucho más rápido y mucho más fuerte”, señaló. “Y no tengo ganas de aumentar vuestros impuestos y la deuda de vuestros hijos”, agregó.

La tarea no es menor. Francia tiene censados 44.000 inmuebles protegidos como monumentos históricos, de los que, según la ministra de Cultura, Françoise Nyssen, “6.000 se benefician cada año de operaciones de restauración”. Para ello, su oficina cuenta con un presupuesto de 326 millones de euros. Insuficiente, concedió la titular de la cartera. Por eso, a finales del año pasado, el Gobierno decidió lanzar la Misión patrimonio en peligro. Macron le encargó a una persona muy especial para él la tarea de identificar los monumentos más necesitados de atención inmediata y de buscar vías para financiarlos sin cargar más aún los presupuestos del Estado. Se trata del periodista Stéphane Bern, cronista por excelencia en Francia de las casas reales y, a la par, gran divulgador popular —o populista, según sus críticos— del patrimonio galo, hasta el punto de que se le conoce como Monsieur Patrimoine, Señor Patrimonio. Es también un hombre muy próximo al inquilino del Elíseo.

Desde noviembre del año pasado, Bern y su equipo han analizado más de 2.000 proyectos que los ciudadanos identificaron como prioritarios a través de una plataforma en línea creada con este propósito. De ellos, fueron seleccionados 251 considerados como “prioritarios”, de los que finalmente resultaron finalistas los 18 que se beneficiarán de la lotería tan particular.

La idea, sostuvo el mandatario desde el Elíseo, es celebrar esta lotería cada año. La primera edición se pondrá la venta el 3 de septiembre y el sorteo se realizará el 14 de ese mes, para que coincida con las Jornadas del Patrimonio. Los boletos tendrán un tamaño mayor de lo habitual y llevarán una imagen de 13 de los 18 monumentos principales seleccionados. También su precio será mayor del habitual: 15 euros. El premio máximo por boleto jugado será de 1,5 millones de euros.

La empresa nacional de lotería francesa, FDJ, dijo que espera recaudar entre 15 y 20 millones de euros anuales, que serán destinados a un fondo especial denominado “Patrimonio en peligro”.

Ese dinero “no es más que una gota de agua”, dijo el periodista Bern. Pero “le dan la sensación a los franceses de que el patrimonio les pertenece a todos y cada uno de ellos”, y eso a su vez “les va a dar ganas de movilizarse” por un bien nacional, confió. La suerte está echada.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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