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El estreno de una polémica película histórica inflama el nacionalismo hindú

Grupos de extremistas quemaron coches y destrozaron comercios en varias ciudades al norte del país

Protestas en Ahmadabad (India) ante el inminente estreno este jueves de la polémica película 'Padmaavat'
Protestas en Ahmadabad (India) ante el inminente estreno este jueves de la polémica película 'Padmaavat'Ajit Solanki (AP)

El estreno de una controvertida película ayer en India volvió a prender la mecha del nacionalismo hindú. Grupos de extremistas quemaron coches y destrozaron comercios en varias ciudades al norte del país, donde la policía también registró agresiones contra propietarios de cines ante el estreno del filme, que se titula Padmaavat. Los radicales se declaran ofendidos por el retrato que la cinta hace de la relación entre una reina hindú y un invasor musulmán fundamentado en un episodio histórico que sucedió hace siete siglos

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Los actos vandálicos de ayer se suman a los ocurridos el martes, incluido el ataque a un autobús escolar en los suburbios de Nueva Delhi, lo que ha llevado al cierre temporal de algunos colegios del sur de la capital.

La policía detuvo a más de un centenar de manifestantes violentos en varios Estados del país. Entre ellos está Suraj Pal Amu, coordinador de comunicación del partido de centroderecha y nacionalista Bharatiya Janata Party (BJP) en el estado de Haryana, que fue puesto bajo arresto domiciliario por incitar a la violencia. En noviembre del año pasado, Pal Amu ofreció una recompensa de 1,2 millones de euros por la decapitación de la protagonista y el director de la película, Deepika Padukone y Sanjay Leela Bhansali, respectivamente.

El BJP, actual partido en el Gobierno central y al que pertenece el primer ministro, Narendra Modi, envío un aviso a Suraj Pal Amu por “declaraciones en contra de la línea del partido”. Suraj Pal Amu es también líder de la casta Rajput —o guerrera, segunda en importancia en el sistema de castas tras los brahmanes—, que se ha manifestado en contra de la producción de Bollywood, que costó 18,8 millones de euros, alegando que daña los sentimientos religiosos de su comunidad.

A principios de 2017, manifestantes de una asociación de los Rajput, Shree Rajput Karni Sena (SRKS), atacaron al director de la película y destrozaron los decorados durante su rodaje en Rajastán. Medios locales apuntaban a miembros de ese colectivo como responsables de los disturbios de ayer.

La película, basada en el poema sufí del siglo XIV Padmaavat, narra la historia de la reina hindú Padmavati y su defensa de la ciudad ante la invasión del sultán mogol Alauddin Khilji. Según grupos hindúes y miembros de la casta Rajput —a la que pertenecería la reina—, la trama describe un romance suyo con el invasor musulmán. Los realizadores han negado estas acusaciones, afirmando que sus críticos no han visto el metraje.

Aunque la película está basada en sucesos reales, algunos cuestionan la veracidad de hechos que ocurrieron hace 700 años y están recreados en un poema escrito dos siglos después. Algunos historiadores, sin embargo, subrayan el papel de los partidos políticos que enaltecen la violencia religiosa. “Grupos fanáticos hindúes apoyados por partidos políticos están tratando de crear un odio irracional hacia todo no hindú, especialmente lo musulmán”, comenta Aditya Mukherjee, doctor en Historia de la Universidad Jawaharlal Nehru de Nueva Delhi. “Tratan de acabar con nuestra historia y modificarla a su antojo. Han llegado a decir que el Taj Mahal no fue construido por los mogoles”, añade.

Como consecuencia de las críticas, el estreno de la cinta se retrasó en diciembre. La Junta Central de Certificación Cinematográfica aprobó su pase, recomendando el cambio del título. Este mes, sin embargo, los Estados de Gujarat, Rajastán, Madhya Pradesh y Haryana prohibieron su visionado aludiendo al riesgo de desórdenes públicos. “El cine es una parte inseparable del derecho a la libertad de expresión”, declaró el ministro de Justicia, Dipak Misra. “Los Estados no pueden, por otro lado, notificar la prohibición de la proyección de ninguna película”, añadió.

Ante los acontecimientos y la incapacidad policial para frenar la violencia, instituciones como la Asociación de Propietarios de Cine del Estado de Bihar han decidido no proyectar la cinta.

Padmaavat no es una excepción. En las últimas décadas, una veintena de películas han sido prohibidas en uno o varios Estados por razones que van desde el perjuicio a individuos hasta el daño colectivo a sentimientos religiosos. Una de las más recientes es India’s Daugther (2015), un documental sobre la tristemente famosa violación múltiple que sucedió en Delhi en 2013. La película fue prohibida en todo el país por el tratamiento irrespetuoso de la víctima.

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