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La catástrofe de un trío que llega con la Navidad

La uruguaya Denise Despeyroux dirige 'El más querido', una historia en torno a un seductor narcisista y dos mujeres

Rocío García
De izquierda a derecha, Carmela Lloret, Joan Carles Suau y Sara Torres en 'El más querido'.
De izquierda a derecha, Carmela Lloret, Joan Carles Suau y Sara Torres en 'El más querido'.Santi Burgos

Finalmente, la catástrofe llega con la Navidad, junto al árbol de luces y los relucientes paquetes de regalos. La historia sobre un trío que conforman dos mujeres maduras que ven trastocadas sus vidas con la llegada de un joven seductor profesor de tenis es un viaje lento y perturbador que va de la comedia al drama para terminar en una catástrofe de sentimientos, mentiras y traumas. El título, El más querido, lo dice todo sobre su protagonista: un narcisista y misterioso seductor, compulsivo y mentiroso, que necesita ser el más admirado y que ejerce un nefasto poder sobre esas dos mujeres necesitadas de cariño. Denise Despeyroux escribe y dirige esta obra que se estrena mañana en los Teatros Luchana, de Madrid, y que está protagonizada por Joan Carles Suau, Carmela Lloret y Sara Torres, tres de los actores que han acompañado a la dramaturga en Carne viva, obra que sigue en cartel desde hace 16 meses en La pensión de las pulgas.

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En una casa con un sofá, una hamaca y una camilla con un par de sillas, se reúnen estos tres personajes tras sus partidas de tenis que se desarrollan, en el mismo escenario, sobre una pequeña pista de césped verde. Despeyroux, uruguaya afincada en España, va de manera lenta pero bien segura explorando la dramaturgia con imaginación y mucha sorpresa. Tras un primer ensayo en la sala de los Luchana, Despeyroux explica que hoy en día hay que inventar géneros. "A mí ya la comedia o la tragedia se me queda corto. Son géneros que ya no sirven para definir la dramaturgia contemporánea. Yo, por eso, he calificado esta obra de catástrofe". El más querido surge de un encuentro en 2008 en Buenos Aires con tres actores bonaerenses en una obra en la que dos mujeres rivalizaban por la figura de un hombre más joven. "Fue entonces cuando empecé a pensar y escribir para ellos sobre un triángulo de relaciones y explorar el mundo del tenis. La obra, finalmente, se culminó un año más tarde y se representó unos días en Barcelona y Madrid y todo el 2011 en la capital argentina". Ahora, se estrena un nuevo montaje en Madrid con otros tres actores, con los que Despeyroux trabaja desde hace tiempo, pero con la misma esencia de disparate y locura de la obra inicial.

El más querido se centra especialmente en el carácter del protagonista masculino, un tipo narcisista, simpático y disparatado, con un punto psicótico y maltratador, que consigue no llegar a romper la relación de esa pareja de amigas pero si resquebrajarla de alguna manera. "Es un ejemplo de muchos hombres, del maltratador psicótico e inconsciente. Se va generando un clima que estalla en una Navidad amarga, con la dinámica de los regalos siempre por medio, en ese dar y recibir que se convierte en ocasiones en situaciones explosivas". Todo dentro del código de un seductor que se atreve a enseñar a jugar a tenis sin pelotas y hasta sin raquetas. "Los que se dejan seducir a veces no se dan ni cuenta de lo que están viviendo".

Despeyroux entra con esta obra en un circuito entre alternativo y comercial, después de una larga carrera en el circuito off. Autora, entre otras, de Terapia, La muerte es lo de menos, La realidad (finalista al premio Max Revelación en 2013) o Carne viva, Despeyroux plantea El más querido para todo tipo de públicos. Muy peleona y siempre sacando adelante los proyectos en solitario, esta dramaturga va a dar el salto por primera vez a los teatros públicos, concretamente al Centro Dramático Nacional, con Los dramáticos orígenes de las galaxias espirales, que está preparando para su estreno en marzo próximo. "El trabajo en los teatros más alternativos ha sido positivo para mi dramaturgia porque me ha dado una libertad extrema, siempre he hecho lo que querido y sigo haciéndolo. La intemperie en la que he trabajado me ha dado una independencia muy radical. No he tenido nunca miedo y siempre he hecho lo que quiero y necesito hacer". Pero no niega su felicidad por dar el salto al confort de un gran teatro.

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