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Falsa vida en plenitud

Mónica Monteys ha hecho de 'Normandía' un libro de cuentos espléndido sobre rutinas, secretos y la ilusión de tener una existencia completa y satisfactoria

J. Ernesto Ayala-Dip

Hay un tipo de relato que hila su trama en función de su desenlace. La trama es importante, pero sólo porque sospechamos que adquirirá sentido en su final. Hay otros que ya en su comienzo dibujan su tono y su pathos. La balada del café triste, de Carson McCullers, pertenece a esta especie milagrosa. Luego está el método de representación de una Katherine Mansfield, historias como sin comienzo ni final: sólo la vida captada en un instante, o en varios encadenados por la rutina o una inesperada epifanía. Los cinco relatos que componen Normandía, el primer volumen de cuentos y el primero de ficción en general de Mónica Monteys (Barcelona, 1957), se valen en cierta manera de estas tres variantes narrativas.

Las cinco historias que escribe Mónica Monteys aluden a personas cercanas entre sí. Hombres, mujeres, hermanas, con sus propias obsesiones, maneras de ver la vida inmediata, distintas rutinas donde algunos secretos necesitan mantenerse porque así es mejor para mantener la ilusión de que se vive en plenitud. El cuento que presta título al libro, ‘Normandía’, es un ejemplo de cómo en medio de una historia con maridos, hijos, amantes, matrimonios que se separan para volver como amantes, secretos incomunicables y una escritora que hace un trayecto en tren para recoger un premio literario, se incrustan las playas de Normandía, la naturaleza pura junto a la naturaleza humana, para convertirse en una luminosa metáfora de la felicidad perdida. Sugiero empezar la lectura de este libro por este cuento. Esta pieza define la estructura tonal y estilística de los cinco cuentos. Una lengua literaria reducida a una función puramente comunicativa, donde lo que importa esencialmente son las cosas que suceden (algunas extrañas y muchas veces insólitas) y las que se esconden entre los protagonistas, que no a los lectores. Esto parece fácil, pero no lo es. Otro cuento de similar valía al anterior es el titulado ‘El corazón de Thomas Hardy’. Aquí la autora se vale de un asunto muy visitado por la literatura. El entierro de un familiar (la madre de la protagonista en este caso). Como en ‘Normandía’, también están comprometidas dos hermanas. Pero Monteys somete su historia a una vuelta de tuerca absolutamente literaria. Apela a un hecho real en la vida del escritor inglés. El corazón del autor de Lejos del mundanal ruido está enterrado en un sitio y el resto de su cuerpo en otro. Esto le es suficiente a Monteys para introducir toda la poesía lacerante de la vida en su relato.

“Hay cosas que a uno no deberían de haberle sucedido, sin embargo intuye que serán esas cosas y no otras las que luego habrán de servirle y darle continuidad en la vida”. Así comienza ‘Navidad’, el primer cuento del volumen. Mónica Monteys ha escrito un libro espléndido. El arte del mejor cuento a nuestro alcance.

Normandía. Mónica Monteys. Huega & Fierro. Madrid, 2015. 138 páginas.14 euros

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