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“En una fiesta me sentaría con El Chapo o con Oliver Sacks”

El escritor y periodista estadounidense Francisco Goldman responde el carrusel de preguntas de este diario

Pablo de Llano Neira
El escritor estadounidense Francisco Goldman, en Nueva York.
El escritor estadounidense Francisco Goldman, en Nueva York.

Francisco Goldman (Boston, 1954), hijo de un judío de origen ruso y de una migrante guatemalteca, hincha de los Red Sox, escritor, amante de los cactus enanos, del mezcal y buen conocedor de la pizza italoamericana, vive medio año en Nueva York, a la que odia por consumista, y medio en Ciudad de México, a la que adora por su energía y de la que trata su último libro, El circuito interior (Turner).

Pregunta. ¿Qué personaje literario se asemeja a usted?

Respuesta. Supongo que debería nombrar el “yo autobiográfico” de mi novela Di su nombre, pero prefiero pensar en Pnin, el profesor de Nabokov.

P. ¿Qué libro le hubiese gustado escribir?

R. Ya que estoy con ánimo de leer a Nabokov, Pálido Fuego.

P. ¿Y cuál le regalaría a un niño?

R. El Hobbit, para que entre al mundo de Tolkien. De niño también me inspiraba la novela Michel of Ironwood, sobre un francesito que va a una escuela gringa como estudiante de intercambio y se convierte en la estrella del equipo de fútbol americano.

P. ¿Qué música le sirve para escribir?

R. Estoy en una etapa en la que no escucho música mientras escribo. Pero en el pasado tuve varias etapas: The Clash, Television, Sigur Rós, Lorraine Hunt Lieberson cantando Handel o Bach, Keith Jarret, y lo más reciente Bedhead.

P. ¿Una recomendación de un lugar para comer?

R. Aquí en el DF, El Parnita para beber mezcal con excelentes tacos. En Brooklyn, Frankie's, para el cavatelli con salchicha, mantequilla y salvia.

P. ¿Cuál es su lugar favorito en el mundo?

R. Ayer estaba extrañando el pequeño hotel en Guatemala de mi amigo David: Posada de Santiago, con su jacuzzi rústico, la vista del lago y el volcán, y la deliciosa neblina por la tarde…

P. ¿Y el mejor souvenir que ha llevado a casa?

R. Una taza y un platillo verde pálido que fueron utilizados en la película In the Mood for Love, de Wong Kar-Wai, y que trajimos de una tienda de segunda mano de Hong Kong mi difunta esposa Aura y yo.

P. ¿Qué es un buen fin de semana?

R. Estar en la playa con mi esposa, Jovi, o quizás en París con ella, aunque nunca hemos estado juntos en París.

P. Si pudiera tener cualquier pintura, ¿cuál sería?

R. La Madonna del Parto, de Piero della Francesca.

P. ¿Un sueño recurrente?

R. Estoy de viaje y de repente se me ocurre que he olvidado dejar comida a mis gatos.

P. ¿Con quién le gustaría quedar atrapado en un ascensor?

R. Con mi bella esposa Jovi.

P. ¿Junto a quién le gustaría sentarse en una fiesta?

R. En este momento, El Chapo. Si no le llega la invitación, Oliver Sacks.

P. Si pudiera tener un superpoder, ¿cuál sería?

R. ¿Inagotable libido, quizás? Como la de los tapires, dicen.

P. ¿Quién fue su primer amor?

R. Betty Ann, cuando tuvimos 15 años, un amor no correspondido.

P. ¿Qué le asusta?

R. Le podría dar una lista infinita, pero en estos días, por que no decirlo, México.

P. De pequeño quería ser

R. Guerrillero con los Roger’s Rangers en la Guerra Franco-India, una guerra feroz que se peleó muy adentro de los densos, oscuros y fríos bosques de Nueva Inglaterra y Canadá. También soñaba con ser de los Niños Cantores de Viena.

P. ¿Cuál es el mejor consejo que le dio alguno de sus padres?

R. Que apostar en los caballos no es cosa de intuición o de impulso. Hay que estudiar detenidamente el Daily Racing Form.

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